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PAPELES DEL PSICÓLOGO
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Papeles del Psicólogo, 2004. Vol. 25(89).




PERSONALIDAD, PSICOPATOLOGÍA Y SUGESTIONABILIDAD HIPNÓTICA

James R. Council, Ph.D.

North Dakota State University (EE.UU.)

En esta revisión se contrasta la investigación académica y clínica relacionada con la sugestionabilidad hipnótica. La investigación académica básica usando medidas estandarizadas ha demostrado varias relaciones consistentes y significativas. La investigación sobre el constructo, absorción, y otras variables relacionadas con la habilidad imaginativa parecía prometedora, pero investigación posterior indicó que los resultados estaban influidos por el contexto de la evaluación. En general, la investigación básica sobre personalidad y sugestionabilidad hipnótica indica que pueden haber correlaciones válidas, pero los niveles de las relaciones son bajas. Sin embargo, la investigación clínica sobre la relación de varios síntomas psicopatológicos y síndromes indica la existencia de relaciones significativas entre alta sugestionabilidad hipnótica y psicopatología. Se discute las razones de la discrepancia entre los hallazgos de las investigaciones académicas y clínicas.

Academic and clinical research on correlates of hypnotic suggestibility is contrasted in this review. Basic academic research using standardized measures has yielded few consistent, significant relationships. Research on the construct, absorption, and other variables related to imaginative ability seemed promising, but further research indicated that results were biased by the context of assessment. Overall, basic research on personality and hypnotic suggestibility indicates that there may be some valid correlates, but the levels of the relationships are quite low. However, clinical research on the relationship of various psychopathological symptoms and syndromes indicates a number of meaningful relationships between high hypnotic suggestibility and psychopathology. Reasons for the discrepancy between academic and clinical research findings are discussed.

INTRODUCCIÓN

Es frecuente que los teóricos e investigadores de la hipnosis no coincidan en lo concerniente a las relaciones entre las variables de diferencias individuales y sugestionabilidad hipnótica; incluso, en ocasiones, sus posiciones son marcadamente opuestas. Los desacuerdos son particularmente evidentes cuando la investigación académica, usando estudiantes voluntarios normales, se compara con la investigación clínica que emplea pacientes en proceso de tratamiento por conductas anormales en hospitales o clínicas (Barber, 1999). Esta revisión plantea el problema de cómo la personalidad correlaciona con sugestionabilidad hipnótica desde las dos posiciones. Comenzará con la investigación académica, que con frecuencia utiliza cuestionarios estandarizados y análisis estadísticos de datos de grupo, con voluntarios normales como sujetos. El control experimental es habitual. Después, haré una revisión de la teoría e investigación desde la perspectiva clínica, que, como norma, ha usado una metodología menos rigurosa.

Investigación académica de cuestionario

Los cuestionarios estandarizados han sido la base de la investigación en personalidad durante muchos años, y muchos han sido los intentos de correlacionar estas medidas con sugestionabilidad hipnótica (para una revisión, ver Barber, 1964; Deckert & West, 1963; DeGroh, 1989; Hilgard, 1965, 1967; Kirsch & Council, 1992; Weitzenhoffer, 1953). En la mayoría de la literatura ha habido un patrón de resultados con una variable particular de personalidad, seguido de fracasos en el intento de replicar los resultados (Kirsh & Council, 1992). Sin embargo, se han dado algunas excepciones al fracaso general de encontrar resultados consistentes, lo que se repasará más adelante.

Absorción. En los años sesenta, los investigadores comenzaron a informar de correlaciones consistentes entre sugestionabilidad hipnótica y varias medidas relacionadas con habilidad imaginativa (para revisiones completas, ver Council, Kirsch, & Grant, 1996; Kirsch & Council, 1992). En particular, las escalas desarrolladas por Shor, Orne y O´Connell (1962), As (1963) y Lee-Teng (1965) contenían ítems relacionados con experiencias imaginativas y con experiencias similares al trance en la vida cotidiana, y demostraron correlaciones consistentes con medidas estándar de sugestionabilidad hipnótica. Tellegen y Atkinson (1974), construyeron estas escalas para desarrollar una primera medida que fue posteriormente perfeccionada con la Escala de Absorción de Tellegen (EAT) de 34 ítems (Tellegen, 1981). La EAT no sólo mostró correlaciones significativas con sugestionabilidad hipnótica en numerosos estudios (ver Council et al., 1996 para una revisión completa), sino además introdujo el constructo de absorción, proporcionando una teoría explicita sobre la relación entre la EAT y las escalas de hipnosis. Tellegen y Atkinson (1974) presentaron la absorción como un rasgo de la personalidad que posibilita a la persona implicarse en una variedad de experiencias a través de la imaginación. Las personas que son altas en absorción informan tener imaginaciones vividas e involucrarse en experiencias sensoriales e imaginativas hasta el punto de perder su sentido del ego.

Durante algún tiempo, la investigación en absorción y variables relacionadas parecía ofrecer un acercamiento entre puntos de vista teóricos opuestos, en el que todos podían coincidir en la habilidad imaginativa como un paso a la respuesta hipnótica. Sin embargo, cuando se refinaron los métodos de investigación, la influencia de las variables situacionales en las correlaciones se hicieron patentes. El primer signo fue un experimento realizado por Council, Kirsh, Vickery y Carlson (1983), que indicó que la correlación entre absorción y sugestionabilidad hipnótica estaba mediada por la expectativa. En un estudio de seguimiento (Council, Kirsch, & Hafner, 1986), se administró la EAT bajo dos condiciones diferentes: en una condición, se administraban la EAT y una escala de hipnosis durante la misma sesión de investigación; en la otra condición, las escalas se administraban en contextos diferentes que no podían ser relacionados por los participantes. Sólo cuando las escalas estaban asociadas de manera clara, surgieron correlaciones significativas entre absorción e sugestionabilidad hipnótica. Council, Kirsch y colegas (Council et al., 1986; Kirsch & Council, 1992) propusieron que los sujetos usaron el contenido de las respuestas de sus TAS para inferir sus propios niveles de habilidad hipnótica, lo que podía influir en sus expectativas para responder a las sugestiones hipnóticas de prueba. Todos los ítems de la EAT están escritos positivamente y de forma auto-descriptiva (ejemplo: "Si lo deseara, podría imaginar que mi cuerpo es tan pesado que no podría moverme aunque quisiera"). Una persona que señala positivamente un número de ítems, puede inferir que puede ser un buen sujeto hipnótico. A esto lo llamamos un "efecto de contexto": si se administra la EAT en un contexto de un estudio de hipnosis se incrementa la correlación.

Una serie de investigadores realizaron estudios para replicar y ampliar los resultados de Council et al. (1986) (pueden ser encontrarse referencias y una revisión detallada sobre el tema en Council et al., 1996). Se realizaron doce estudios independientes con, al menos, 4.000 participantes. Los tratamientos pertenecían a tres categorías básicas: una en donde los participantes eran conscientes de que la investigación estaba analizando la relación entre la EAT y la sugestionabilidad hipnótica antes de que la TAS fuera administrada, una en donde se indicaba la relación a los participantes después del test de absorción pero antes de que la sugestionabilidad hipnótica fuera medida, y otra en donde el contexto de la medición de la absorción y la sugestionabilidad hipnótica se mantenía totalmente separado, de modo que los participantes no podían ser conscientes de que dicha relación estaba siendo investigada.

Council et al.(1996) condujeron un meta-análisis de estos resultados, que mostró que las correlaciones eran significativamente menores cuando ambas medidas eran administradas en contextos independientes (p<.01). Hemos encontrado una relación significativa incluso cuando la EAT era administrada en un contexto no hipnótico. Sin embargo, las correlaciones fueron bastatne bajas (r=.12 con medidas conductuales de sugestionabilidad hipnótica, y .09 con medidas subjetivas), explicando menos del 1 % de la varianza. Estos resultados indican que la absorción tiene un efecto directo pequeño en la sugestionabilidad hipnótica.

Sin embargo, algunos estudios informaron de correlaciones significativas cuando la EAT era administrada en el mismo contexto después de la hipnosis. La EAT no podía haber afectado las respuestas de la escala de la hipnosis, pero la correlación estaba inflada de todas formas. Tomando estos resultados en cuenta, Council et al. (1996) propusieron que la motivación de presentarse a uno mismo de forma consistente (Cialdini, Trost, & Newsom, 1995) puede contribuir al efecto del contexto. Sea evaluada primero la absorción o la sugestionabilidad hipnótica en la misma situación de investigación, los sujetos deben formular apreciaciones de sí mismos basadas en su comportamiento durante la primera medida. Los sujetos, basándose en su forma de entender las medidas, tratarán de hacer consistente su actuación en la segunda medida con lo realizado en la primera.

Green y Council (2004), y Council y Green (2004) han colaborado en una serie de estudios para ir más allá, e investigar cómo la redacción positiva y la forma de puntuación de la EAT influyen en la correlación entre absorción e sugestionabilidad hipnótica. Green y Council (2004) informaron que cambiar todos los ítems en una dirección negativa (ejemplo: "Me gusta mirar figuras de nubes en el cielo" se cambió por "No me gusta mirar figuras de nubes en el cielo") no tuvo efecto en la relación de la EAT con la sugestionabilidad hipnótica. Este resultado desafía la explicación de la expectativa de Kirsch y Council (1992), en la que las oraciones en forma positiva de la EAT desempeñan un rol clave.

Council y Green ( 2004) informaron de varios estudios que sugerían que las puntuaciones de la EAT están influidas por el prejuicio de contestación de conformidad (Couch & Keniston, 1960), una tendencia a señalar un amplio rango de contenido del cuestionario como descriptivo de uno mismo, o en un nivel más abstracto, una tendencia hacia la aceptación del estímulo. Council y Green informaron de que la EAT correlacionó significativamente con La Escala de Respuesta de Acuerdo, de Couch y Keniston (1960), una medida de la respuesta de conformidad.

Council y Green (2004) también informaron de un estudio donde usaron un cuestionario falso, diseñado para replicar las características superficiales de la EAT (auto descriptivo, formulado positivamente y con los ítems puntuados positivamente), pero con contenido heterogéneo no relacionado con la imaginación, hipnosis, o "estados alterados". Este cuestionario no sólo correlacionado positivamente con la EAT, sino que también lo hizo con la sugestionabilidad hipnótica cuando se administraba antes de la escala de hipnosis. Sin embargo, no había correlación significativa cuando el cuestionario falso se administraba después de la hipnosis. En contraste, la EAT correlacionó positivamente con la sugestionabilidad hipnótica en ambos órdenes de administración. Council y Green interpretaron estos resultados indicando que, además de la expectativa, la tendencia de la aceptación del estímulo y efectos de consistencia pueden contribuir en la correlación de la absorción y la sugestionabilidad hipnótica.

Propensión a la fantasía. Wilson y Barber (1981, 1983) entrevistaron a "sujetos hipnóticos excelentes" para determinar las cualidades que los distinguían de otros sujetos promedio. Estos sujetos aparentaban tener un tipo de personalidad caracterizado por una profunda implicación en un mundo privado de fantasía, ensoñamiento vívido, recuerdos, experiencias sensoriales y verbalizaciones de experiencias paranormales. Wilson y Barber etiquetaron este tipo como "personalidad propensa a la fantasía". Uno de los aspectos más curiosos de las personas propensas a la fantasía era su habilidad para tener alucinaciones vívidas que se experimentan "tan reales como la propia realidad". Estas experiencias alucinatorias pueden ocurrir involuntariamente. Por ejemplo, una mujer entrevistada por Wilson y Barber dijo que mientras conducía, no podía permitirse pensar que un niño se lanzaba a su coche, ya que, por el simple hecho de pensar en ello, podía provocarle dicha alucinación. Basado en la entrevista, Wilson y Barber (1983) construyeron un cuestionario de auto-informe, el "Inventario de Recuerdos e Imaginaciones de la Infancia" (IRII), que ha facilitado la investigación posterior en propensión a la fantasía.

Los estudios de campo de Wilson y Barber permitieron que otros investigadores estudiaran la personalidad de propensión a la fantasía. Lynn y Rhue, en particular, condujeron un programa extensivo de investigación (Lynn & Rhue, 1986, 1988; Rhue & Lynn, 1987). Aunque generalmente se encontraban resultados a favor de la descripción de Wilson y Barber ( 1981, 1983), otros resultado divergentes indicaron que la propensión a la fantasía no se asociaba con fuerza a unas habilidades hipnóticas excelentes. Este hallazgo ha recibido apoyo en una investigación de Council y Huff (1990). En otro estudio, Council, Chambers, Jundt y Good (1990-1991), no consiguieron en encontrar evidencia de que la imaginación visual eidética estaba asociada con la propensión a la fantasía.

Dos estudios han investigado la posibilidad de que el efecto del contexto pueda influir las correlaciones del IRII con la sugestionabilidad hipnótica (Green, Kvaal, Lynn, Mare, & Sandberg, 1991; Silva & Kirsch, 1992). Aunque Green et al. (1991) informaron de una correlación baja pero significativa con sugestionabilidad hipnótica cuando las medidas se administraban en diferentes contextos, sus resultados estuvieron influidos posiblemente por la inclusión de dos ítems en el IRII que se referían a la hipnosis. Sin embargo, Silva y Kirsh (1992) encontraron una correlación significativa en un contexto controlado aún después de que se eliminaran estos ítems. Por lo tanto, puede que el IRII tenga una relación con la sugestionabilidad hipnótica que no es dependiente del contexto de la evaluación. Sin embargo, el IRII tiene una gama amplia de contenido y no está claro qué componente es responsable de la relación (Kirsch & Council, 1992).

Disociación. Las características disociativas o histéricas se han relacionado con la sugestionabilidad hipnótica más que otro rasgo de personalidad actual. Aunque la disociación no suscitó mucho el interés de los investigadores durante buena parte del siglo XX, el texto publicado por Hilgard (1977) Divided consciousness: Multiple controls in human thought and action ("Conciencia dividida: controles múltiples en el pensamiento y acción humanas"), ha estimulado una gran variedad de teoría e investigación. Kirsch y Council (1992) revisaron la investigación sobre los dos cuestionarios de disociación que han sido utilizados en estudios de hipnosis. Uno, la Escala de Alteración Perceptiva (EAP; Sanders, 1986), se desarrolló basándose en la teoría neo-disociaciativa de Hilgard (1977), para usarse en investigación sobre hipnosis. Aunque Nadon, Hoyt, Register y Kihlstrom (1991) informaron de una correlación pequeña, aunque significativa, con sugestionabilidad hipnótica, Green, Kvaal, Lynn, Mare y Sandburg (1991) informaron que la relación era significativa sólo cuando la EAP se administraba en el mismo contexto de la medida de la sugestionabilidad hipnótica.

La Escala de Experiencias Disociativas (EED) de Bernstein and Putnam (1986) se ha usado más ampliamente, tanto en investigación sobre psicopatología como sobre sugestionabilidad hipnótica. Fue específicamente desarrollada como una medida de disociación patológica para usarse con poblaciones clínicas (Bernstein & Putnam, 1986).Varios estudios sobre la relación entre EED e sugestionabilidad hipnótica (revisado en Kirsch & Council, 1992) informaron de correlaciones significativas entre bajas y moderadas con medidas de sugestionabilidad hipnótica, cuando ambas escalas se administraban en un contexto hipnótico, pero no se obtenían correlaciones significativas cuando se mantenían contextos de medición independientes. Otra evidencia revisada por Kirsch y Council (1992) indicó que el EED se solapa con medidas de absorción y propensión a la fantasía. King y Council (1998) usaron el EED para aclarar si responder a las sugestiones hipnóticas es algo automático y sin ningún esfuerzo, tal y como hipotetizó Hilgard (1977), o si es una conducta intencional y dirigida a un objetivo, como predice la teoría socio-cognitiva (Spanos, 1991). Aplicando la teoría de proceso irónico de Wegner (1994) a la hipnosis, razonamos que, si responder a la sugestiones hipnóticas es intencional, los sujetos hipnotizados tenderían a realizar errores "irónicos" bajo condiciones de carga cognitiva. De acuerdo con Wegner (1994), cuando uno trata de mantener un estado mental deseado –un proceso de esfuerzo para mantener el estado-, y un proceso de observación (monitoring) automático que busca elementos de fracaso, se ven implicadas dos operaciones complementarias. El efecto irónico ocurre cuando el proceso de observación en sí mismo fracasa (ejemplo: produce el pensamiento que uno trata de evitar), y es más probable si se impone una carga cognitiva. El estudio bien conocido de Wegner (1994) mantuvo a sujetos tratatando de no pensar en un oso blanco. Los sujetos a los que se les dio una tarea cognitiva adicional tendían a informar de mayor intromisión de pensamientos sobre osos blancos cuando trataban de no pensar en ellos.

En nuestra investigación (King & Council, 1998), evaluamos sujetos con el EED y una medida estándar de sugestionabilidad hipnótica. Así, pudimos crear grupos que variaron en sugestionabilidad hipnótica y capacidad disociativa. Usamos tareas difíciles que exigían a los sujetos mantener una amnesia mientras estaban bajo carga cognitiva por otras tareas. Por ejemplo: en un estudio, a los sujetos se les daba la sugestión de que no reconocerían o recordarían el número "5". Entonces se les daba una hoja de papel con filas de números, en las que debían tachar todos los números impares dentro de un tiempo límite. En la condición de carga cognitiva, también tenían que escuchar una lista de palabras grabadas, tratando de seguir la pista de cada palabra sobre un animal de granja. Aun cuando no controlamos el efecto de contexto, la tarea bajo condiciones de carga cognitiva era tan difícil, que los sujetos no podían falsear una buena actuación para aparentar que eran altamente hipnotizables. A pesar de que la EED y la Escala Grupal de Susceptibilidad Hipnótica de Harvard (EGSHH) se administaron en el mismo contexto, no mostraron una correlacionados elevada (r=.26, p<.05). Nuestros resultados indicaron que los sujetos más disociadores hicieron menos errores bajo condiciones de carga cognitiva, independientemente de su grado de sugestionabilidad hipnótica. Si consideramos la sugestionabilidad hipnótica, los resultados indican que hubo dos subcategorías de participantes hipnotizables. Una categoría se comportó consistentemente con las predicciones de la teoría de la neodisociación (Bowers, 1994; Hilgard, 1977), respondiendo automáticamente y sin esfuerzo a la sugestión de amnesia. Sin embargo, otro grupo se comportó más consistentemente con el modelo socio-cognitivo (Spanos, 1991), cometiendo más errores bajo condiciones de carga cognitiva, e indicando que su respuesta era intencional y dirigida a un objetivo.

Conclusiones

Los resultados de la investigación académica sobre los correlatos de personalidad de la sugestionabilidad hipnótica no son muy prometedores. Ello se debe a los problemas inherentes a los cuestionarios de auto-informe de personalidad, que no han sido predictores robustos de la conducta (Pervin, 1994). Las respuestas de un sujeto a un cuestionario pueden estar influidas por muchas variables situacionales. No obstante, hay algunas indicaciones de que la imaginación y la propensión a la fantasía, así como las tendencias disociativas, están relacionadas con la sugestionabilidad hipnótica. Como veremos en la próxima sección, la literatura clínica describe muchas conexiones curiosas entre sugestionabilidad hipnótica y psicopatología. Sin embargo, mucha de esta investigación ha sido menos rigurosa que la investigación señalada anteriormente, y los resultados deben tomarse tentativamente, hasta que se repliquen con medidas estandarizadas y controles experimentales.

Sugestionabilidad hipnótica y Psicopatología

La literatura clínica indica que la sugestionabilidad hipnótica puede estar relacionada con distintas psicopatologías. En concreto, se ha considerado a la sugestionabilidad hipnótica (o sugestionabilidad) extremadamente alta, como un componente central de los trastornos de personalidad y otras condiciones crónicas. Se ha identificado a una sugestionabilidad hipnótica alta, pero no extrema, como un indicador de otros diagnósticos psiquiátricos.

Personalidad, psicopatología y sugestionabilidad hipnótica.

Charcot consideró que, ambas, la histeria y la sugestionabilidad hipnótica provenían de un trastorno neurológico. La opinión de Charcot no es sorprendente, considerando que estudió pacientes en un asilo de enfermos. Aunque la teoría e investigación moderna ha "despatologizado" la sugestionabilidad hipnótica, los investigadores que estudiaron muestras clínicas (ejemplo: Spiegel & Spiegel, 1978), seguían informando que una alta sugestionabilidad hipnótica estaba asociada a una serie de características centrales de personalidad frecuentemente unidas a psicopatologías.

El síndrome del 5º grado: la etiqueta de "5º Grado" deriva de la máxima puntuación (5) que se puede obtener en el Perfil de Inducción Hipnótica (PIH; Spiegel & Spiegel, 1978). Estos pacientes experimentan profundamente el fenómeno clásico de hipnosis (por ejemplo, experimentan regresión de edad usando el tiempo verbal en presente, ejecutan sugestiones post-hipnóticas en respuesta a una señal, y son amnésicos para todo el episodio hipnótico). De acuerdo con Spiegel y Spiegel (1978), los pacientes con grado 5 presentan síntomas clínicos de histeria clásica, incluyendo reacciones de conversión, episodios disociativos, y una conducta sexual inapropiada.

Spiegel (1974) caracterizó al 5º grado con las siguientes cualidades: 1. Postura de confianza: estos clientes tienen una inocente y alta expectativa de apoyo por parte de otras personas. 2) Suspensión de juicio crítico: se refiere a un deseo no crítico de reemplazar viejas ideas con otras nuevas.3. Afiliación a nuevos eventos: el grado 5º se afilia con nuevos eventos o perspectivas "casi con una atracción magnética" descontando u olvidando el viejo conocimiento a favor de un nuevo aprendizaje saliente. 4. Sentido relativamente plegado (telescoped) del tiempo: la regresión de edad se experimenta en el tiempo presente, como si realmente estuviera ocurriendo. 5. Lógica del trance: el 5º grado acepta de manera no critica cualquier información que recibe durante hipnosis, y parece no se consciente de incongruencias lógicas extremas. 6. Excelente memoria: de acuerdo con Spiegel y Spiegel (1978), el grado 5 tiene una super capacidad para la repetición y la memoria eidética –cuando están motivados, pueden absorber información como una esponja-. 7. Capacidad de concentración: el grado 5º puede centrarse hasta tal punto en un proceso creativo que pierden todo el sentido del ego. 8. Núcleo de personalidad fijo: debajo de lo que parece una cubierta maleable existe un núcleo fijo, acumulándose para imprimir aprendizaje. Por ejemplo, un paciente podría mantener obstinadamente un síntoma de conversión físico incluso después de que está claro para todos, incluso para el paciente, de que el síntoma es psicológico. 9. Rol de confusión: la interacción entre la maleabilidad superficial y el centro de personalidad fijo, complicado por las tendencias disociativas del grado 5º, a menudo hace sentir a tales personas que realmente no están al mando de su propia conducta. 10. Lentitud en la reorientación a las señales interiores: estas personas tienen dificultad para aplicar su propio conocimiento y pensamiento crítico en situaciones sociales –como son tan sensibles a las fuerzas externas, tienden a ser manipulados fácilmente e involucrarse en relaciones destructivas-.

Bliss (1983, 1986; Bliss, Larson, & Nakashima, 1983) investigó a un grupo de pacientes psiquiátricos que eran altamente hipnotizables, propensos a desarrollar los síntomas principales de conversión, y pronos a tener múltiples personalidades. Sus síntomas eran bastante similares al grado 5º descrito anteriormente, y también correspondían con "la gran histeria" estudiada por Janet, Charcot, Breuer, Freud, y otros psiquiatras del siglo XIX. Estos pacientes mostraban múltiples síntomas de ansiedad, somáticos, disociativos y depresivos. Según Bliss, es probable que estas personas sean mal diagnosticadas debido a la multitud de síntomas que presentan. En su estudio, Bliss y colegas (Bliss, 1986; Bliss, et al. 1983) examinaron 45 pacientes psiquiátricos que informaron tener alucinaciones auditivas. A la mayoría se les había diagnosticado con alguna forma de esquizofrenia. Se encontraron que el sesenta por ciento eran excelentes sujetos hipnóticos con múltiples personalidades que eran las responsables de las alucinaciones.

Personalidad prona a la fantasía y Psicopatología. Aunque Wilson y Barber (l983) no encontraron psicopatología significativa en sus sujetos propensos a la fantasía, Rhue y Lynn (l987) encontraron señales claras de desajuste en otra muestra de altos fantasiosos. Estos individuos alcanzaron puntuaciones medias en las escalas 8 (de Esquizofrenia) y 9 (de Hipomanía) del MMPI, clínicamente elevadas y significativamente superiores a las de los sujetos controles. Huff y Council (1987) también encontraron puntuaciones significativamente más altas en la escala 9 del MMPI, pero no en la 8. Una interpretación conservadora de estos resultados sugiere que la propensión a la imaginación se asocia con el pensamiento no convencional, deseos de informar de experiencias poco usuales, y fuerte implicación con la fantasía.

Rhue y Lynn (1987) también identificaron un subconjunto de fantasiosos, cuyo perfil e historia psiquiátrica indicaban un desajuste significativo, e informaron que estos sujetos tenían más probabilidad de haber sufrido abuso físico durante la infancia. Huff (1987) ha informado de resultados similares para mujeres altamente fantasiosas, que mostraron una mayor psicopatología general que los controles normales y hombres altamente fantasiosos, e informaron que habían sufrido un mayor abuso sexual durante la infancia y adolescencia. Altos fantasiosos también informaron tener significativamente más ensoñaciones de culpabilidad-disfóricas, que los fantasiosos medios o bajos (Council y Huff, 1990), indicando que el contenido de las ensoñaciones de las personas propensas a la fantasía puede que no sea tan gratificante como Wilson y Barber (1981) han sugerido.

Personalidad propensa a la Amnesia. Barber (1999), ha añadido otros tipos en su modelo de sujetos hipnóticos excelentes. Además de la persona propensa a la fantasía descrita anteriormente, Barber a propuesto "un tipo de set positivo", que tiene actitudes, expectativas y motivaciones positivas, y trata de experimentar las sugestiones "pensando en" e imaginando junto con las instrucciones (Barber, 1999). Estas son personas bien ajustadas habitualmente estudiadas por investigadores académicos. Sin embargo, el tercer tipo, la persona propensa a la amnesia, muestra el peor ajuste de los tres. Ampliando los resultados de Barret (1990, 1996), Barber caracteriza los sujetos propensos a la amnesia como propensos a exhibir amnesia post-hipnótica espontánea, indicando que casi todas estas personas responden profundamente a la amnesia post-hipnótica sugerida. En contraste con los otros tipos mencionados, los pronos a la amnesia necesitan de inducciones hipnóticas largas y, aunque son altamente sensibles a las sugestiones, parecen aletargados y sumisos. Cuando la hipnosis ha terminado, se sienten confundidas, aletargados y no pueden recordar sus experiencias durante la hipnosis.

Las experiencias hipnóticas de las personas propensas a la amnesia son también cualitativamente diferentes. Por ejemplo, las personas propensas a la fantasía recuerdan sus experiencias alucinatorias y pueden aceptar que se les ha sugerido efectos, mientras las personas propensas a la amnesia no recuerdan las sugestiones para alucinar, y, como norma, creen que sus alucinaciones son eventos reales (Barber, 1999; Barrett, 1990, 1996). También son altamente sensibles a los efectos de las sugestiones psicosomáticas, dentro y fuera de la hipnosis.

Las características de las personas propensas a la amnesia tienen un gran significado clínico. No son fantasiosos, sus ensoñaciones e imaginaciones son mundanas, limitadas y las olvidan fácilmente (Barber, 1999). Son bastante olvidadizas en general, fallando en recordar incluso eventos recientes y notables. Además, suelen informan de que "se quedan en blanco". Son consientes de estos estados cuando se les saca repentinamente de ellos, e informan de que no son conscientes de los contenidos o procesos mentales durante estos períodos. Datos de entrevista de Barret (1990, 1996) indicaron que la amnesia de experiencias previas a la edad de 5 ó 6 años es muy común. En general, estos individuos sufrieron abusos físicos y/o sexuales de niños.

Síndromes específicos e sugestionabilidad hipnótica. El DSM-IV (APA, 1994) identifica alta sugestionabilidad hipnótica con varias categorías diagnósticas: Amnesia Disociativa, Fuga Disociativa, Trastorno Disociativo de Identidad, y Trastorno de Despersonalización. Un conjunto de otros síndromes ha mostrado relaciones con sugestionabilidad hipnótica, lo que trae consigo tanto implicaciones diagnósticas como de tratamiento. El DSM-IV reconoce la mayoría de los síndromes discutidos más abajo, pero otros no.

Trastorno Disociativo de Identidad (TDI). El trastorno disociativo de identidad, o trastorno de personalidad múltiple, se identifica claramente con alta sugestionabilidad hipnótica. La hipnosis tiene un papel destacado en el diagnóstico y tratamiento de casos bien conocidos de personalidad múltiple, como Sally Beauchamp (Prince, 1906), o Eve (Thigpen & Cleckley, 1957, 1984). Sin embargo, el diagnóstico de los trastornos disociativos es difícil, siendo relativamente reciente el desarrollo de criterios diagnósticos específicos. Casos genuinos de TDI pueden ser mal diagnosticados como otros trastornos, particularmente con esquizofrenia (Bliss, 1983, 1986). De acuerdo con Bliss, estos excelentes sujetos hipnóticos pueden tener riesgo de ser mal diagnosticados debido a sus alucinaciones, delirios y conductas raras (Bliss et al., 1983). Los estudios de la personalidad propensa a la fantasía (Wilson y Barber, 1981; Lynn y Rhue, 1986) y del síndrome del 5º grado (Spiegel, 1974) también sugieren que personas altamente hipnotizables pueden presentar este mismo riesgo, debido a sus experiencias de alucinaciones vívidas e involuntarias, y sus informes de pensamientos y experiencias inusuales. Su extrema vulnerabilidad a la influencia social puede también llevarlos a que adopten síntomas de otros trastornos psiquiátricos (Spiegel, 1974). La hipnosis puede ser realmente útil en el diagnóstico diferencial de TDI. Puntuaciones totales en medidas estandarizadas de sugestionabilidad hipnótica han demostrado repetidamente que pueden diferenciar pacientes con TDI de otros grupos de trastornos (Bliss, 1983, 1986; Frankel, 1990; Frischholz & Braun, 1991). Habitualmente, estas personas puntúan dentro del 10 % superior de estas escalas.

Trastorno de Estrés Post-Traumático. Los criterios del DSM-IV para el trastorno de estrés post-traumático (TEP) incluye la re-experimentación de eventos traumáticos, amnesia, despersonalización, y embotamiento emocional. Disociación y sugestionabilidad hipnótica parecen ser componentes importantes del TEP. Spiegel, Hunt y Dondershine (1988), y Stutman y Bliss (1985) encontraron que los veteranos de Vietnam diagnosticados con TEP eran significativamente más hipnotizables que los veteranos sin TEP, o pacientes psiquiátricos con otros diagnósticos.

Stutman y Bliss se hicieron la pregunta de "el huevo o la gallina" sobre la relación entre ambos aspectos: ¿el trauma aumenta la sugestionabilidad hipnótica, o la alta sugestionabilidad hipnótica predispone a una persona a desarrollar el TEP después de una experiencia traumática? Desafortunadamente, no se han realizado estudios prospectivos para determinar si la alta sugestionabilidad hipnótica es un factor de riesgo para el TEP. Existe alguna evidencia retrospectiva de que experiencias traumáticas en la infancia pueden estar relacionadas con el desarrollo de alta sugestionabilidad hipnótica (J. Hilgard, 1970; Nash, Lynn, & Givens, 1984). Sin embargo, otros estudios no han conseguido apoyo al papel causal del trauma en la infancia (Nash, Hulsey, Sexton, Harralson, & Lambert (l993), y probablemente hayan caminos evolutivos basados positivamente (J. Hilgard, 1970; Wilson y Barber, 1981). En cualquier evento, estos hallazgos dicen poco acerca de si el trauma tardío en la vida puede incrementar la sugestionabilidad hipnótica. En conjunto, el consenso parece ser que una sugestionabilidad hipnótica elevada puede predisponer a un adulto a desarrollar el TEP después de experiencias traumáticas. Butler, Duran, Jasiukaitis, Koopman y Spiegel (1996) propusieron un modelo de diathesis-estrés que incluye dos factores continuos: sugestionabilidad hipnótica y experiencia traumática. Considerando que una experiencia traumática severa, como una violación, puede disparar síntomas de TEP en casi cualquier persona, las personas altamente hipnotizables pueden desarrollar sintomatología postraumática tras una experiencia menos intensa.

Fobias. En 1976, Frankel y Orne publicaron un artículo en el que relacionaban la sugestionabilidad hipnótica con conducta fóbica. No sólo eran los pacientes fóbicos significativamente más hipnotizables que una muestra control, sino que los pacientes con fobias múltiples lo eran más que aquellos con una fobia simple. El resultado de una alta sugestionabilidad hipnótica en fóbicos se ha replicado en cinco estudios (Foenander, Burrows, Gerschman, & Horne, 1980; Gerschman, Burrows, & Reade, 1987; Gerschman, Burrows, Reade, & Foenander, 1979; John, Hollander, & Perry, 1983; Kelly, 1984), y el resultado de que fóbicos múltiples eran más altamente hipnotizables encontró apoyo en los trabajos de Gerschman et al. (1987), y Kelly (1984). Brown y Crawford (1986), estudiando una muestra no clínica de mujeres universitarias, encontraron que informar de intensos miedos en una encuesta de miedo, estaba relacionado con una alta sugestionabilidad hipnótica. Crawford y Barabasz (1993) explicaron la relación entre sugestionabilidad hipnótica y fobias en términos de la tendencia de la persona altamente hipnotizable a absorberse intensamente en recuerdos de una experiencia de miedo inicial, que provoca una evitación fóbica.

Trastornos de la alimentación. Pettinati, Horne y Staats (1985) informaron que pacientes psiquiátricas femeninas con bulimia nerviosa eran altamente hipnotizables, pero aquellas con anorexia nerviosa puntuaron en un rango medio. Pettinati et al., señalaron una tendencia en el grupo de anoréxicas que se purgan (aquellas que controlaron su peso a través de vómitos o laxantes) a ser más hipnotizables que las abstemias (aquellas que controlan su peso rehusando comer). M. Barabasz (1991) también halló que las mujeres bulímicas eran significativamente más hipnotizables que las controles no bulímicas. Estos resultados son consistentes con las impresiones clínicas de que las bulímicas son más propensas a experimentar menos control sobre su conducta, y de que darse el atracón y purgarse pueden darse en un estado tipo disociado o hipnótico. En relación con esto, Groth-Marnat y Schumaker (1990) encontraron que la sugestionabilidad hipnótica estaba relacionada con actitudes hacia la comida y miedo de tener sobrepeso. Los autores interpretaron estos resultados como que indican que una alta sugestionabilidad hipnótica puede facilitar que se adopten actitudes extremas y distorsiones perceptivas relacionadas con el cuerpo de uno mismo.

CONCLUSIONES

Contrastando con la literatura de la investigación académica, la literatura clínica indica una variedad de relaciones significativas con varios síntomas y trastornos. En algunos casos, por ejemplo, en el síndrome de Grado 5º (Spiegel, 1974), las relaciones se basan ampliamente en impresiones clínicas y no tienen una sólida validación empírica. Sin embargo, otros hallazgos, como la relación de la sugestionabilidad hipnótica con trastornos disociativos y fobias, han sido confirmados en múltiples estudios.

DISCUSIÓN GENERAL

El contraste de hallazgos en investigación académica y clínica recuerda la fábula de los ciegos y el elefante1. Aunque sean muy incompatibles, cada hallazgo tiene sentido desde su propia perspectiva. Como investigador clínico y académico, yo soy simpatizante de ambos puntos de vista. Por un lado, he visto pacientes en terapia que eran altamente hipnotizables, cuya sugestionabilidad hipnótica pareciera estar directamente relacionada con su personalidad y síntomas. Por otro lado, la investigación experimental indica claramente que las diferencias individuales desempeñan sólo un papel menor en las ejecuciones hipnóticas, en comparación al que muestran las expectativas y otras variables motivacionales o situacionales.

Barber (1999) propuso una solución simple a este rompecabezas: los investigadores de la hipnosis en ámbitos académicos y en ámbitos clínicos han estado estudiando diferentes tipos de personas. El investigador académico habitualmente estudia grupos de pregraduados universitarios voluntarios en situaciones experimentales altamente controladas. En contraste con lo anterior, el investigador clínico típicamente ve un grupo concreto de personas que están siendo tratadas por conductas anormales en hospitales o clínicas. Muchos de los síndromes psicopatológicos descritos anteriormente tienen poca probabilidad de darse en los estudios habituales con estudiantes universitarios. De este modo, los estudios clínicos nos dan ideas únicas sobre la naturaleza de la sugestionabilidad hipnótica. Por otra parte, la investigación académica nos advierte sobre el error de aceptar los resultados de los estudios hasta que no sean replicados con controles a las posibles amenazas de la validez. Tal y como Barber (1999) ha propuesto, en lugar de discutir, los investigadores de cada punto de vista deben comprender sus diferencias y usarlas para enriquecer nuestra comprensión global de la hipnosis.

1 Se refiere a la fabula en la que tres ciegos tocan sólo una parte de un elefante, uno la trompa, otro un piue y otro el rabo, discutiendo entre ellos sobre la forma de animal, teniendo en cuenta sólo su experiencia limitada extraída de la parte del animal que estaban tocando (nota de la revisora técnica).

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