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Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.

PAPELES DEL PSICÓLOGO
  • Director: Serafín Lemos Giráldez
  • Última difusión: Enero 2024
  • Periodicidad: Enero - Mayo - Septiembre
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  • ISSN Electrónico: 1886-1415
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Papeles del Psicólogo, 1990. Vol. (43).




PIR: LA EXPERIENCIA EN ASTURIAS (1983-1989)

VICTOR APARICIO BASAURI.

Psiquiatra. Director Regional de Salud Mental Asturias

La Psicología en su acercamiento al campo de la salud ha recorrido un camino titubeante buscando desprenderse del bagaje filosófico y académico, pasando por los aspectos puramente instrumentales y evaluativos, y terminando por definirse en la necesidad de ocupar un lugar en el ámbito terapéutico. La evolución de esa disciplina va paralela a los cambios que se producen en las formas de entender las intervenciones en el campo de la salud y a la necesidad de implementar modelos globalizadores que rompan con la concepción parcial y fragmentaria que han prevalecido en el ámbito sanitario.

Dentro de la asistencia psiquiátrica el modelo imperante ha sido, hasta hace poco, caracterizado por colocar como eje de la misma en la institución psiquiátrica. Esta, además de sus características institucionales, ha funcionado con un modelo médico definido por el trabajo individualizado en el que predominaban las intervenciones instrumentales basadas más en la capacidad de definir y clasifica que en las de resolver. En ese marco era coherente el papel fragmentado del psicólogo como suministrador de técnicas para perfeccionar los elementos diagnósticos. En nuestra historia reciente han aparecido los denominado movimientos de reforma psiquiátrica que han pasado de las ideas a las realidades de un nuevo modelo de atención. La alternativa ha supuesto centrar las estructuras asistenciales bajo el eje de un dispositivo territorial; el centro de salud mental, que da coherencia a una red de dispositivos más complejos que permiten abarcar las distintas demandas que el sujeto y su grupo producen. La red introduce la necesidad de entenderla como un conjunto de espacios terapéuticos que permiten la circulación de sujetos y profesionales mediante la articulación de equipos unificados en lo funcional y en lo jerárquico. El circuito permite unificar, al gozar de la dimensión temporal y de su reparto territorial, los problemas fragmentados y los acontecimientos vitales que soporta el sujeto de la demanda y su entorno. Esta formulación de la red conlleva a la necesidad del aporte de distintas disciplinas y mediante la concreción de un equipo que recoge esta variedad. La heterogeneidad del equipo es simétrica a la heterogeneidad de los problemas de salud mental.

Estas reformas han visto universalizar su contenido a través del informe que en 1985 realizaba una Comisión Ministerial para la Reforma Psiquiátrica. Con este marco se está creando una nueva cultura del quehacer psiquiátrico que rompe con esquemas más rígidos y jerarquizados y coloca al sujeto demandante en un lugar más activo respecto a su papel en la estrategia terapéutica. Este cambio cualitativo ha efectuado a todas las profesiones que participaban en el quehacer psiquiátrico, y ha permitido cuestionar la ausencia de formación posgrado nada adaptada a este nuevo modelo. La realidad nos informa que allí donde más se va avanzando surgen las primeras experiencias (Asturias, Andalucía, Navarra). Este sistema rompe con la concepción de las Escuelas de Psicología Clínica que respondían a una necesidad académica y administrativa.

Sistema PIR

El sistema PIR toma su denominación y su estructura programática del sistema MIR. Su metodología es establecer una formación teoricopráctica en el marco asistencial para que los psicólogos vayan adquiriendo unos conocimientos bajo una supervisión que va a permitir gradualmente mayores niveles de responsabilidad. Al instaurarse sobre modelos en forma de red se establece un sistema de rotaciones que permiten dar cuenta de la globalidad de los problemas y de la integración de las intervenciones.

La similitud con el sistema MIR se ha visto plasmada en toda la estructuración que hasta la fecha ha tenido en las comunidades autónomas donde está implantado (Asturias/1983, Andalucía/1986, Castilla León/1986 y Navarra/1988), y en los antecedentes (convocatoria del Ministerio de 1977 y experiencia del Hospital Psiquiátrico del Rebullón-Vigo). Es un sistema con rotaciones periódicas, formación teórica basada en seminarios y sesiones clínicas y supervisión de la actividad cotidiana.

La experiencia de Asturias

En Asturias se instaura el sistema PIR en 1983, coincidiendo con el inicio de la reforma psiquiátrica, y se considera un elemento base de la misma. Su instauración se hace por el sistema de becas y en la primera convocatoria se preveía una duración de la formación de dos años. Ambas cosas han sido cuestionadas posteriormente. La primera por las mismas razones que en su día, aunque con un esfuerzo más conflictivo, surgieron en el movimiento MIR. La razón fue la necesidad de un reconocimiento laboral a algo que entraba en ese campo aunque tuviera la matización de lo formativo. La base administrativa que permitió encontrar un acomodo a esta cuestión fue el Decreto que introducía la formación en prácticas (R.D. 1989/84). La segunda vino dada por la propia experiencia de un aprendizaje que necesitaba un mayor sustento temporal y se resolvió al ampliar el período de formación a tres años.

La formación práctica se ha sustentado sobre la base de un sistema de rotaciones por las estructuras de la red que es supervisada cada seis meses. El tipo de rotaciones ha sufrido cambios a través de la experiencia, influyendo tanto el desarrollo de nuevos servicios desde 1983 como la experiencia de los propios PIR e incluso la reforma que en el año 1986 se planteó para el sistema MIR. En conjunto se ha primado la rotación por lo comunitario sobre el aspecto hospitalario. El resultado final ha sido establecer unas rotaciones de la siguiente forma:

- Dieciocho meses de rotación por la unidad de adultos de un centro de salud mental, dedicando dos días a la semana (los primeros seis meses) al programa de reinserción social de crónicos y un día a la semana los restantes doce meses.

- Doce meses de rotación por la unidad infanto-juvenil de un centro de salud mental.

- Tres meses de rotación por un hospital de día.

- Tres meses de rotación por una unidad de hospitalización psiquiátrica con Psiquiatría de enlace.

La formación teórica que completa lo anterior viene definida por el límite mínimo de dedicar un 10 por 100 de la jornada semanal a este objetivo. La fórmula se establece en forma de sesiones clínicas, sesiones monográficas y seminarios que recogen temáticas de los siguientes módulos:

- Psicopatología general (I).

- Clínica psiquiátrica (II).

- Psicopatología infanto-juvenil.

- Urgencias psiquiátricas e intervenciones en crisis.

- Legislación psiquiátrica.

- Metodología de la investigación en salud mental, salud mental comunitaria y epidemiología psiquiátrica.

- Psicoterapias.

- Técnicas e instrumentos de medida y evaluación.

El tercer aspecto se enmarca en el entrenamiento en la metodología de la investigación mediante el desarrollo de un proyecto de investigación supervisado entre el segundo y tercer año de formación.

Una vez publicada la revista, el texto integro de todos los artículos se encuentra disponible en
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