Papeles del Psicólogo, 1990. Vol. (43).

JOSÉ ANTONIO DE SANTIAGO-JUÁREZ LÓPEZ. ANTONIO MARÍA SAEZ AGUADO.

Servicio de Salud Mental y Asistencia Psiquiátrica Consejería de Cultura y Bienestar Social de la Junta de Castilla y León

El Programa PIR se inicia en la Comunidad de Castilla y León en el año 1985, junto con otras actuaciones orientadas a la transformación de la asistencia psiquiátrica. El conjunto de esas actuaciones se enmarcan en los principios de la Ley General de sanidad y en las recomendaciones de la Comisión Ministerial para la Reforma Psiquiátrica.

Como en otras comunidades autónomas, en Castilla y León, ante la falta de regulación de la formación posgraduada de los psicólogos por la Administración Central se opta por iniciar este programa al considerarse que el funcionamiento de los servicios sanitarios y de atención psiquiátrica precisan no sólo suficientes recursos humanos, sino profesionales adecuadamente cualificados para la resolución de los problemas psiquiátricos y la atención a las necesidades de salud mental de la población. Si no se presta suficiente atención a la formación del personal cuando se planifican servicios de salud puede hipotecase su futuro al no tenerse en cuenta las necesidades cambiantes del sistema de salud y de la población que se trata de atender.

En la situación de partida el divorcio existente entre asistencia y docencia es muy acusado en el ámbito e la Psicología, y en diverso grado en el conjunto de disciplinas de la salud mental. Al mismo tiempo los aspectos docentes son escasamente desarrollados por las sociedades científicas y profesionales, l oque obliga a muchos profesionales a una «autoformación» escasamente conectada con la práctica asistencial.

Desde esta perspectiva el Programa PIR se desarrolla en nuestra comunidad autónoma con el objetivo de dotar a los profesionales titulados en Psicología de la formación clínica necesaria para una atención eficaz en salud mental. Las características del programa han permitido alcanzar, en mayor o menor grado, otros objetivos, integración, equipos multidisciplinarios, formación vinculada a la asistencia, etc.

Un aspecto específico de este programa en nuestra comunidad autónoma ha sido la convocatoria de subvenciones a instituciones y centros asistenciales de Castilla y León. En definitiva, el programa se financia desde el Gobierno autónomo y se desarrolla en los distintos centros y servicios asistenciales, independientemente de la titularidad.

Las distintas convocatorias, publicadas en el Boletín Oficial de Castilla y león (órdenes de 26 de marzo de 1985 y de 27 de octubre de 1986), incluyen los siguientes aspectos, que han caracterizado el programa en nuestra comunidad autónoma.

La formación práctica se desarrolla, pues, a través de la progresiva responsabilidad clínica y asistencial en los distintos lugares de rotación.

Las instituciones cuyo Programa PIR ha sido aprobado y subvencionado (con un importe total de 17.500.000 pesetas) han sido las siguientes:

La valoración del programa ha sido, en términos generales, positiva tanto por los propios PIR como por los responsables de los centros asistenciales. Los aspectos mejor valorados han sido los siguientes:

a) El carácter teórico-práctico de la formación. Además de participar en las actividades docentes de cada centro y los PIR se han integrado en cursos y seminarios específicos para profesionales en formación. Pero lo más importante es que la formación se ha vinculado a la práctica asistencias, siendo determinada por las necesidades que derivan del ejercicio clínico que han asumido progresivamente.

b) La integración en los equipos de salud mental y el contacto con otras disciplinas de la salud mental.

c) La rotación por distintos dispositivos de la red asistencial y el contacto con los problemas y demandas generadas en cada uno de ellos.

d) La evolución desde la formación polivalente característica de la licenciatura en Psicología a especialización clínica conectada con la práctica asistencial.

Los problemas y dificultades planteadas tienen relación con la situación de las redes asistenciales, el grado de integración de los recursos psiquiátricos. No podía ser de otra forma: el programa de formación posgraduada de psicólogos, al sustentarse en la práctica asistencial, ha sido deficiente en aquellos aspectos que reflejan las deficiencias de la red asistencial: inicialmente la escasa integración de algunos recursos y en casi todos los casos una escasa formación práctica en dos áreas: estructuras asistenciales intermedias y salud mental infanto-juvenil.

En cualquier caso la evolución de la reforma psiquiátrica en nuestra comunidad autónoma nos hace ser discretamente optimistas en este y otros aspectos. El documento conjunto elaborado por el Colegio Oficial de Psicólogos y las comunidades autónomas que lo suscriben constituye un elemento de indudable avance. Desde aquí reclamamos de los ministerios de Educación y Ciencia y Sanidad y Consumo la elaboración de la normativa básica al respecto. Entretanto será preciso mantener la iniciativa desde las distintas comunidades autónomas, apuntando dos problemas que será necesario resolver en el futuro:

a) La progresiva inclusión de los psicólogos en las distintas estructuras asistenciales, modulando su ritmo en función de la capacidad de absorción de profesionales en formación. En la situación actual son aún escasas las redes asistenciales que pueden absorber profesionales en formación con garantías de calidad docente y asistencial.

b) La necesidad de establecer en el futuro medidas transitorias para la adecuada titulación de los psicólogos que, sin haber realizado el PIR, acrediten unos mínimos de formación y práctica asistencial.