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Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.

PAPELES DEL PSICÓLOGO
  • Director: Serafín Lemos Giráldez
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Papeles del Psicólogo, 1991. Vol. (51).




UN PSICÓLOGO EN LA ESCUELA DE LA GUARDIA CIVIL DE TRÁFICO

Colegio Oficial de Psicólogos

Desde hace algunas fechas, los responsables de la Escuela de la Guardia Civil de Tráfico (Valdemoro) cuentan con la presencia del profesor Luis Montoro, Decano de la Facultad de Psicología de Valencia, para impartir conferencias a los alumnos de esta Escuela, futuros encargados de la vigilancia policial en las carreteras españolas.

Cada tres o cuatro meses, el profesor Montoro coge sus «bártulos» y se va a contar a estos futuros agentes todo lo que él, y la Unidad de Investigación que dirige, van aprendiendo sobre los problemas del tráfico. Así lo hizo el pasado 26 de noviembre de 1991 ante los alumnos del curso de motoristas y de atestados.

Presentó la Conferencia el teniente coronel don Maximiliano Lasen, que comentó las recomendaciones y propuestas del Senado sobre los problemas del uso del automóvil y la seguridad vial, destacando el papel que juega en este ámbito la Guardia Civil de Tráfico y la penuria de medios con los que cuenta.

La magnitud del problema

El profesor Montoro comenzó su disertación resaltando, la dedicación profesional de la Agrupación, y dijo «creer en su trabajo». También destacó la enorme inquietud que había detectado sobre estos temas en el Cuerpo. Para exponer la magnitud del problema de la siniestralidad manifestó que, según sus datos, en los tres últimos años han muerto en nuestro país, a causa de los accidentes de tráfico, unas 27.000 personas, cifra que comparó con los 75 muertos causados por el terrorismo y los 1.300 por consumo de drogas del mismo período, lo que duplica las vidas perdidas p cáncer y enfermedades cardiovasculares. Otro factor agravante es la edad de los fallecidos por esta causa, que en la mayoría de los casos son menores de 35 años.

Fuera de nuestras fronteras murieron 65.000 personas y 150.000 quedaron inválidas en la CEE en ese mismo año. En EE.UU., el número ale muertos por accidentes de tráfico en 1991 ascendió a 70.000, habiéndose producido en los treinta últimos años más muertos en este país por esta causa que en la I y II Guerras Mundiales y Corea y Vietnam juntos.

A continuación realizó un recorrido por Historia, dando a conocer cómo los problemas del tráfico no son nuevos y en Babilonia hubo normas de circulación de los vehículos entonces utilizados. Habló también de los 150.000 km. de las calzadas romanas donde existía la dirección prohibida y la prioridad de paso, del sistema de señalización horizontal y vertical de la ciudad de México en 1600 y de otros interesantes datos históricos.

Invertir en investigación sería un ahorro

Capítulo aparte merecieron los costes económicos de estos accidentes de tráfico que, según sus datos, supusieron para España un gasto, en 1990, de 980.000 millones de pesetas (la mitad de los ingresos del país en concepto de turismo), lo que supone un coste de 3.500 millones de pesetas diarios. El gasto en el entorno comunitario se aproximó a los 20 billones de pesetas.

Según el profesor Montoro, estas cantidades compensarían con creces la inversión en investigación, dándose además la paradoja de que este es el sector económico que más dinero hace ingresar a las arcas del Estado, por lo que consideró doblemente injusta la escasez de medios dedicados a estas investigaciones.

En relación con el incremento de la siniestralidad apuntó que, desde 1970, en Alemania se ha reducido un 40 por 100, aproximadamente, mientras que en nuestro país subió casi ese mismo porcentaje desde esa fecha. España se encuentra en tercer lugar (tras Grecia y Portugal) en los países de la CEE con más accidentes de tráfico y las previsiones del aumento del parque se acercan a su duplicación para el año 2000.

Los cuatro grandes factores interrelacionados que originan este problema son: El estado de las carreteras, el de los vehículos, la normativa y supervisión policial y el factor humano.

En relación con el primero, consideró que es necesario continuar con las inversiones en la construcción y mejora de las vías existentes, aunque reconoció el gran esfuerzo que se ha hecho en los últimos años.

Del estado de los vehículos destacó el escaso dinero y preocupación que se dedican a su mantenimiento y el desconocimiento de los conductores sobre sus características técnicas.

En relación con la normativa y supervisión policial criticó la carencia de efectivos y medios de la Guardia Civil de Tráfico, que han quedado obsoletos en relación con el aumento tanto del tráfico como del parque automovilístico. Comentó que en ningún país de nuestro entorno existe un Cuerpo tan especializado como este y que muy bien podría servir de modelo a otros países, lo que debe llenarnos de orgullo.

Para abordar el factor humano en la conducción, causa del 70 al 90 por 100 de los accidentes según diversas estadísticas, mencionó las investigaciones científicas más importantes realizadas en el mundo. El informe REGIE, de Francia, y los trabajos del INRESS, los del Transport Row Laboratory británico y el Tri-Level, realizado por la Universidad de Indiana, que a su juicio es el más completo (estudio en profundidad de 5.000 accidentes de tráfico). Asimismo, mencionó la investigación que están desarrollando conjuntamente la Unidad de Investigación de la Universidad de Valencia y la Universidad de Michigan. Todos estos estudios, así como las estadísticas sociológicas, coinciden en considerar el factor humano como causa primera de los accidentes de tráfico.

Las causas de estos fallos humanos son de carácter físico (fatiga, defectos sensoriales ...) y psíquico, falta de atención, agresividad, estados de alteración (vg. la depresión), incorrecta percepción del riesgo y otros factores como el consumo de alcohol y productos tóxicos.

Asesinos al volante

El profesor Montoro hizo especial hincapié en los dramáticos resultados de la conducción bajo los efectos del alcohol, ya que suponen una sensible pérdida de reflejos del conductor, aumento de la agresividad, disminución hasta del 50 por 100 del tono muscular, disincronía en la visión binocular... por lo que aconsejó a los agentes que tratasen con «mano dura» a este tipo de infractores, que él calificó como «asesinos» al volante.

La publicidad del alcohol asociada a la velocidad recibió también duras críticas por lo pernicioso de su efecto sobre los conductores, especialmente sobre los jóvenes infractores que entre los 18 y 25 años causan el 30 por 100 de los accidentes en fines de semana y el 60 por 100 de los muertos en ese período. Según sus datos, el pasado año resultaron muertas 3.000 personas en España en accidentes de tráfico como consecuencia del alcohol, lo que supone un gasto de 1.000 a 1.500 millones de pesetas diarios por esta causa.

Finalizada la Conferencia se realizó un turno de preguntas en el que participaron numerosos alumnos lo que demostró el gran interés despertado por el acto.

En su despedida, el profesor Montoro citó un texto que sobre el automóvil apareció en la publicación «Hojas Selectas de Madrid», allá por 1906.

«El automóvil es una máquina de locomoción que, por la precisión de su mecanismo, es capaz de ser dirigida con exactitud matemática y no tiene la culpa de la imprudencia o ineptitud de quien, sin la conveniente preparación, se atreve a dirigirla. Cuando este medio de locomoción se emplea por pura vanidad o por exhibicionismo, son fáciles los accidentes desgraciados, pues le sobreviene al automovilista una especie de vértigo, que le priva de la serenidad para subyugar a la máquina, en cuyas entrañas palpitan por igual el movimiento de la vida y la inercia de la muerte».

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