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PAPELES DEL PSICÓLOGO
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Papeles del Psicólogo, 1994. Vol. (59).




EL SEGUNDO FRENTE DE LA PSICOLOGIA CIENTIFICA

JOSE LUIS PINILLOS

Como saben, a finales del siglo pasado, el ideal de la "nueva psicología" -la psicología de Wilhem Wundt el experimentalista, no el antropólogo- era representar el método experimental de las ciencias naturales. Hoy en día, con todos los cambios que ha habido, esta actitud inicial quizás debería revisarse. Por ejemplo, en lugar de enfatizar la influencia de la ciencia en la cultura, hay muchos científicos que ven este problema justo al contrario, es decir, que buscan la influencia de la cultura en la ciencia. Esto es sólo un ejemplo, por supuesto, pero un ejemplo que representa la punta de un gran iceberg. Detrás de ello subyace una cuestión que creo que debe ser considerada. Se refiere nada menos que a la apertura de un segundo frente de la psicología científica.

Hablar de un segundo frente implica, por supuesto, que existe un primero. Por lo tanto, no estoy sugiriendo que el método experimental clásico debería ser descartado de la psicología científica actual. Mi opinión es simplemente que, bajo las circunstancias epistemológicas actuales, un gran número de problemas que estaban antes en la llamémosla lista negra, han sido liberados y ahora pueden ser tratados bajo la perspectiva de una nueva visión de la ciencia.

Para facilitar mi presentación, permítanme que resuma el destino histórico del modelo tradicional de la ciencia natural.

EL AUGE Y EL OCASO DE UN PARADIGMA

El espíritu científico de la psicología experimental inicial provocó discrepancia entre los psicólogos. Al final desembocó en el famoso "Methodenstreit" ("discusión del método") donde muchos filósofos, biólogos y psicólogos distinguidos de la época discutieron detenidamente los pros y los contras de la aplicación del método científico a la psicología. En definitiva, esto significa que alrededor de 1900 el estatus de la nueva psicología estaba en juego.

Por un lado, los psicólogos más inflexibles, como Hermann Ebbinghaus, pensaban que el método científico debía ser el mismo para todas las ciencias, independientemente de su objeto. Mientras que por el otro lado/ las personas más flexibles, como Wilhelm Dilthey, creían justo lo opuesto. En opinión de humanistas y filósofos, los contenidos siempre se ven afectados por el método. luego la ciencia psicológica debería atenerse a la naturaleza de su objeto, en este caso un sujeto, un "res cogitans". En otras palabras, para Ebbinghaus y los experimentalistas, el método experimental era primordial, mientras que Dilthey o Windelbond daban preferencia al objeto, mientras que Wilhelm Wundt estaba más o menos entre los dos. El problema no se solucionó al final a gusto de todos, y la mayoría decidió ir por el lado difícil después de todo, si la psicología tenía que ser una ciencia, debía tomar el camino de la única ciencia que existía en ese momento: la ciencia natural.

Ebbinghaus era un buen representante de esta nueva psicología del siglo XIX. Estoy seguro que todos recuerdan su famosa sentencia:

"La psicología tiene un pasado largo, pero una historia corta".

El creía que la historia real de una ciencia comienza cuando se tratan sus problemas con los procedimientos estándar de la ciencia natural. Dilthey no; en su opinión, los contenidos de la psicología debían ser analizados de otras formas. Resumiendo, Ebbinghauss decidió buscar bajo la luz del método que 61 ya poseía (Erklarën), y Dilthey decidió enfocar el problema bajo una nueva luz (Verstehen). En el fondo, la cuestión era si la psicología debía ser Naturwissenschaaf o Geistwissenschaaf. Como se sabe bien, ambos protagonizaron en una fuerte discusión que terminó con el triunfo del experimentalismo. Al principio, el método experimental brindó muchos beneficios a la psicología. Si la psicología existe hoy como una ciencia, es gracias a personas como Ebbinghaus. Pero una vez dicho esto, tiene que añadirse que como consecuencia de esta opción naturalista, la psicología tuvo que pagar un alto precio, esto es, tuvo que dejar de lado muchas cuestiones psicológicas muy importantes. Comentaré brevemente este asunto.

El tipo de ciencia experimental que, por ejemplo, Wilhelm Wundt o Hermann Ebbinghaus estaban intentando introducir en la psicología - la nuova scienza empezó en el siglo XVII con hombres como Descartes, Bacon y Galileo, y se consolidó en el siglo XVIII con Newton y la Crítica de la Razón Pura de Kont, donde se estableció la mecánica newtoniana como modelo científico. En este sentido, puede decirse que las ciencias humanas -la psicología también- eran criaturas de la Ilustración. Esta ciencia ilustrada difería notoriamente de las anteriores físicas aristotelianas en muchos aspectos. Entre otras cosas dejó de utilizar principios ocultos, como el virtus dormitiva que ridiculizara Moliére, para explicar los movimientos de cuerpos, e intentó explicar las cosas sólo por su relación mensurable con otras cosas. En lugar de especular con cualidades ocultas, la física newtoniana mantuvo sólo las llamadas cualidades primarias, por ejemplo, cualidades como tamaño o figura, que además de pertenecer permanentemente a los cuerpos, podían ser observados, medidas y manipuladas públicamente por experimentadores independientes. la psicología importó de la ciencia natural clásica un tipo de observación que dejaba de un lado todos los fenómenos subjetivos. Dicho de otro modo, este tipo de observación se supone que opera sólo dentro de los límites de lo que llamamos realidad objetiva. Una realidad compuesta por elementos limitados y fijos (mínima naturalia) relacionados por causalidad: en psicología, relacionados por una ley de estímulo-respuesta.

Eso significó, por supuesto, que todas las cualidades secundarios, por ejemplo, cualidades psicológicas subjetivas como sentimientos, deseos, intenciones, imágenes mentales o incluso cualidades sensoriales, fueron excluidas de la ciencia, bajo la acusación de que eran cualidades privadas, presentes sólo en el sujeto mientras y cuando éste era consciente de ellas. Además, estas cualidades no pertenecían al reino de la causalidad, no eran capaces de operar como causas. El mismo destino tuvieron, por supuesto, los juicios de finalidad y valor. los físicos habían definido su objetividad en términos de observación cuantitativa y relaciones causases, y la subjetividad estaba fuera de ello. Entonces, como la mayoría de las disciplinas querían ser tan científicas como las disciplinas físicas, el concepto de objetividad de la física fue aceptado también por los psicólogos, a pesar de que la psicología era supuestamente una ciencia de la subjetividad. De todas formas, la psicología quería ser científica, y tenía que proceder como las otras disciplinas y prescindir de la subjetividad. Como sabemos, David Hume soñó con ser el Newton de la Psicología. De acuerdo con su perspectiva/ las leyes de asociación de ideas podían considerarse como las leyes de la gravitación universal de la mente.

Creo que, en general, los pos-efectos de esta opción fueron positivos para la psicología, aunque no siempre y no en todos los aspectos. Se ganaron importantes cosas en esta operación, pero otras se perdieron. la consciencia fue una de estas cosas. la consciencia tuvo que ser sacrificada en virtud de un método tomado prestado de una ciencia física donde las cualidades subjetivas no tenían lugar. Junto con la consciencia se perdieron las imágenes mentales, ecos, el yo, las intenciones, las identidades y muchas otras cualidades subjetivas que supuestamente pertenecían a la mente humana. la consciencia tuvo que ser sacrificada, y lo fue. De hecho, la palabra "sujeto" desapareció de la literatura experimentalista hasta la segunda mitad de este siglo. En el lado opuesto, el principal resultado de este giro fue el conductismo, por supuesto. En el lado negativo, la psicología perdió la consciencia y, en cierta forma, se debilitó. Una vez que la psicología eliminó la consciencia ' el comportamiento se redujo a una cadena, y consiguientemente el camino a un enriquecimiento cultural de la psicología se cerró.

En otras palabras, en la objetividad con la que la psicología tenía que operar, no había lugar para causas finales, relaciones significativas o juicios de valor, etc. Esto era una gran pérdida para la psicología, teniendo en cuenta el hecho de que los seres humanos definitivamente tienen cultura como un referente de su actividad mental. En la consciencia no sólo se manifiestan las cosas a un sujeto -las cosas no aparecen por su mera existencia- sino que se manifiestan en sus relaciones significativas: relaciones asociativos para animales, relaciones inteligibles para los hombres, más o menos.

El problema era -permítanme que insista- que ni la cultura ni la mente pertenecía al reino, de la objetividad definido por la ciencia clásica. Como ya hemos dicho, la consciencia es una cualidad privada que no puede ser observada desde fuera, y que no sigue la ley de causa y efecto. Pero algo similar ocurre con la cultura. los aspectos fonetográficos de las palabras, de los significantes lingüísticos, son ciertamente observables y sujetos a causalidad. los significados representados por los significantes materiales no lo son: como las teorías, los significados no son 'cosas' observables, ni pueden ser tratados como cadenas de causa y efecto. Que 'A' implique 'B' no quiere decir que A cause B. Las ideas no se conectan entre ellos por colisión, como bolas de billar: se conectan por implicación significativa.

Además, la psicología se restringió a un tipo de observación analítica, que se concentraba en características de objetos muy específicas, mensurables y públicas. Como resultado, las totalidades estaban fuera del alcance de la observación, y se consideraron como meras asociaciones de elementos. Bajo estas circunstancias, la psicología bien tenía que abstenerse de tratar estas cuestiones prohibidas, o situarse en la situación embarazosa de hacer todo tipo de compromisos para "salvar el fenómeno" como hacían los académicos en la Edad Media. En el fondo, el problema de la consciencia no podía solucionarse dentro de los términos epistemológicos de una mecánica que niega dicha consciencia. Aquí reside la contradicción inherente a la psicología ligada al paradigma de la mecánica clásica.

Después de la II Guerra Mundial, el panorama científico cambio de forma drástica. El positivismo estaba decayendo; la mecánica cuántica y la relatividad habían demostrado ser ambos poderosos instrumentos de control; la cibernética, los ordenadores, la televisión provocaron una revolución técnica, bajo la cual la física clásica perdió su hegemonía previa. Un nuevo clima epistemológico, más abierto y plural, se dejó sentir en la ciencia. Después de la caída de la hegemonía del paradigma newtoniano, surgieron otras alternativas y por consiguiente la consciencia empezó a volver de su exilio poco a poco. Al abrigo de esta situación, era posible iniciar un acercamiento mejor y nuevo de la psicología a la cultura y a la consciencia. El paradigma newtoniano en el cual se había inspirado la psicología científica moderna hacía cien años, había dejado de ser moderno. Más bien siguió siendo moderno en un momento postmoderno. Incidentalmente, permítanme que les recuerde que cuando la psicología empezó a modernizarse, la modernidad estaba finalizando su periplo. El año que Wundt publicó su libro de gran influencia Grundzüge der physichologische Psychologie (1874) fue también el año en el cual, de acuerdo con Toynbee, terminó la modernidad y empezó la postmodernidad. Y todavía más importante para nosotros, aunque los últimos años del siglo pasado marcaron el fin de la hegemonía de la mecánica clásica, nuestra ciencia todavía se apoya en ella en gran medida. Teóricamente, las circunstancias estaban dadas para probar alternativas epistemológicas nuevas, pero éste no era realmente el caso. El viejo paradigma continuaba funcionando más o menos como siempre, a pesar de las posibilidades que la situación ofrecía para resolver algunos de los problemas endémicos de los cuales hemos hablado.

De hecho, las nuevas alternativas de la ciencia habían empezado a surgir alrededor de 1900. A continuación, la mecánica clásica empezó a perder su posición hegemonía en la física. Ernst Mach y sobre todo Max Planck iniciaron la deconstrucción de algunos de los principios básicos de la física newtoniana. La relatividad del tiempo y el espacio, y la discontinuidad implícita a la teoría cuántica eran dos golpes fuertes para el modelo clásico de la ciencia natural. Al poco tiempo, se refutó la creencia en una observación independiente de la teoría, y Heisenberg estableció los principios de incertidumbre, de no-localidad, y terminaron con la hegemonía del atomismo en la física. Más tarde, Prigogine demostró que, después de todo, la cuestión "inanimada" de la mecánica clásica no era tan inerte como se suponía. Todo esto significó que la era del mecanismo clásico había desaparecido en la segunda mitad de nuestro siglo. Gente como Kuhn y Feyerabend habían indicado los sesgos y limitaciones de cualquier paradigma científico (incluyendo, por supuesto, el newtoniano). Luego el modelo de ciencia asumido por la psicología moderna hacía cien años, definitivamente se había perdido. En la segunda mitad de nuestro siglo estas alternativas científicas que aparecían eran por lo menos tan fiables como la mecánica newtoniana, y más abiertas que ésta a una psicología contemporánea de la complejidad. Sin embargo, por extraño que parezca, las nuevas oportunidades no suscitaron mucho interés entre los psicólogos, y la mayoría de ellos siguieron fieles a los preceptos del viejo paradigma: no finalidad, no instrospección; y nada asociado con la filosofía, humanidades a las ciencias de la cultura en general.

La cuestión es de alguna forma desconcertante. Puede que, merezca la pena especular sobre las razones de este rechazo. Permítanme que me centre en este punto por un momento y lo comente brevemente.

El ENIGMA DE UN RECHAZO

Hemos dicho una y otra vez que los estados o procesos subjetivos no forman porte de la realidad objetiva tal y como la define la física clásica. Consecuentemente, el observador juega un rol pasivo en la misma. De esta forma, el mecanismo implícito en este paradigma excluía toda posible iniciativa del sujeto. En otras palabras, la eliminación de esta fuente de variabilidad impredecible era una garantía de que las observaciones eran fiables: el teorema de la purísima percepción se basaba en gran medida en esta actitud pasiva del observador. la "búsqueda de la certidumbre" que invadió a la mentalidad moderna desde Descartes era, creo yo, uno de los principales factores que provocaron este rechazo.

Por lo demás, está claro que cuanto más todos los fenómenos estaban sujetos a causalidad, mayor era la probabilidad de conseguir la certidumbre que parecía ser inherente a la ciencia moderno. Por supuesto, es cierto que dando tanto peso a la certidumbre el camino para la creatividad y la libertad estaba cerrándose. También es cierto que la incertidumbre es un principio incorporado a la mecánica cuántica desde hace más de cincuenta años, y que la obsesión cartesiano por la certidumbre ya no es una condición necesaria de la ciencia postclásica. Creo por tanto que estamos tratando aquí con otro tipo de resistencia: quizás es una cuestión del miedo encubierto a la libertad sobre el que escribió Erick Fromm en su famoso libro. Quizás los psicólogos están todavía buscando una certidumbre que en nuestros días está fuera de alcance.

De cualquier forma, me parece que la era de ignorar la subjetividad, de apegarse al determinismo ha pasado. la era de la simplicidad ha terminado. El viejo paradigma es demasiado simple para la complejidad de nuestro Zeitgeist. Este paradigma clásico prescribe muchas restricciones que hoy en día son innecesarias para la investigación. La psicología avanzada tiene que asumir el hecho de que la mente humana está viva, activa, y creativa y, por lo tanto, en cierta medida, es impredecible. Un principio de incertidumbre es una conditio sine qua non de la psicología. El grado y las áreas de aplicación de este principio son por supuesto cuestiones empíricas que serán establecidas por la investigación: la necesidad de este principio es 'objetiva'. lo que es 'subjetivo' -no obstante, real- es la resistencia a admitirlo. De todos formas, como bien ha dicho Stephen Toulmin, una vez hecho el movimiento Kuhniano, el Muro de Berlín que mantenía a la historia y el método aparte, fue demolido. Ahora es el momento de admitir que "los ideas del método o la objetividad" han cambiado de una fase de la historia de la ciencia a otra.

En ese punto, no puedo evitar citar a Shakespeare:

"Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, con las cuales se sueña en nuestra filosofía".

LA NECESIDAD DE UN SEGUNDO FRENTE

Como ya he dicho la principio de esta conferencia, hablar de un segundo frente implica que existe un primero. Luego en ningún sentido estoy sugiriendo que método experimental clásico debería ser eliminado de la psicología. Mi postura es simplemente que, teniendo en cuenta los cambios que han tenido lugar en la ciencia, muchos problemas que antes estaban prohibidos pueden hoy en día estudiarse científicamente, sin ningún tipo de complejos de inferioridad. En la siguiente parte de mi presentación intentaré dar algunos ejemplos del entonces y el ahora, de antes y después, por ejemplo, de cuestiones que diez o veinte años antes estaban "archivadas", me refiero a que no encajaban con la investigación científica en psicología, y hoy en día no lo están.

LA CULTURA Y El ORIGEN DE LA MENTE HUMANA

Después de la lectura de una comunicación en el Simposio celebrado recientemente en Madrid sobre Mente y Cerebro (procesos sensoriales), tuve la oportunidad de discutir con Patrick Churchland, y con otros distinguidos profesores de este campo, sobre el papel que la cultura podría haber jugado en el desarrollo del cerebro y la mente, durante el llamado "período crítico" de la transición del Australopithecus al homo sapiens.

Para apoyar mi postura, me referí a la teoría del conocido antropólogo Clifford Geertz, que piensa que los datos que tenemos sobre la expansión del cerebro en este intervalo de tiempo son muy difíciles de reconciliar con la teoría del "período crítico". Esta teoría afirma que la cultura y la consciencia se deben a la expansión del cerebro. De acuerdo con ella, la consciencia y la cultura serían epifenómenos, es decir, eventos que acompañan otros eventos sin eficacia causal, fenómenos que se causan pero no pueden operar como causas. Este era el postulado de causalidad central mantenido por el positivismo. En oposición a esto, Geertz mantenía que el tiempo transcurrido desde que aparecieron los Australopithecines, hasta el momento en que surgió el homo sapiens, era demasiado corto para que el tamaño del cerebro se triplicase por selección natural. En su opinión, la mediación de una cultura rudimentaria aceleró este proceso. El Australopithecus, decía Geertz, era un tipo de "hombre" extraño que evidentemente era capaz de adquirir algunos elementos rudimentarios de la cultura -fabricación de herramientas simples, caza esporádica y quizás algún sistema de comunicación más avanzado que el de los primates contemporáneos y menos avanzado que el del discurso recia- pero no otros. De hecho, dado que el cerebro del homo sapiens es más o menos tres veces más grande que el del Australopithecines, la mayor parte de la expansión cortical humana ha seguido, no precedido, el //principio' de la cultura: una circunstancia más bien inexplicable si se considera la capacidad para la cultura como un resultado de un incremento previo del tamaño del cerebro. Este estado de cosas arrojó serias dudas sobre la viabilidad de la teoría del "período crítico". Quizás era mucho más correcto pensar en la estructura de nuestro cerebro como un resultado de la cultura que pensar en hombres anatómicamente igual a nosotros descubriendo la cultura poco a poco.

Sea como fuere, en el curso de la discusión tuve la impresión de que la visión aceptada por la mayoría de los neurocientíficos presentes en el simposio era que la actividad mental es básicamente un proceso intracerebral. No es extraño que pensasen así, porque para ser coherente con un concepto clásico de ciencia tenían que objetivizar la mente, y ponerla bajo la regla de causalidad. Considero esta actitud un gran error. Como ha afirmado Geertz:

"La mente humana es totalmente dependiente de recursos culturales parca su funcionamiento; v esos recursos son consecuentemente, no complementos de, sino constituyentes de, la actividad mental ... la cultura humana es un ingrediente no suplementario al pensamiento humano".

Lo que es esencial para el funcionamiento de la mente humana es la existencia de un sistema de símbolos manifiestos de cualquier tipo, pero preferiblemente de naturaleza lingüística. Pero este sistema símbolos está fuera del alcance de la causalidad y la observación, contrario a lo que la mayoría de los participantes del Simposio todavía parecían creer.

La mayoría, pero no todos. Si aceptamos que el objeto de la psicología es descubrir las formas en que los organismos existen en sus entornos respectivos, tiene que reconocerse también que las diferencias entre animales y hombres en este punto son suficientes como para requerir ciertos ajustes en el método en el momento de la investigación. los animales tienen "medios", son seres naturales que reaccionan a estímulos que provienen del entorno. los hombres tienen "mundos", son seres de la cultura que operan en base a objetos significativos. los hombres viven en un tiempo histórico, los animales no. los animales se comunican, los hombres hablan lenguas. La vida de un animal es puramente biológica. la vida de un ser humano es biográfica. En el tiempo pasado, todas estas diferencias tuvieron que ser ignoradas por la psicología científica. Sin embargo, de ahora en adelante, el método científico ha dejado de ser un "lecho de Procusto", donde la mente humana está distorsionada, cuando no mutilado o suprimida.

Los animales viven en 'medios' muy restringidos, y su comportamiento está regulado básicamente por los instintos. los hombres son seres 'ecuménicos", capaces de adaptarse a cualquier lugar en el mundo; es más sus acciones están reguladas en cierta medida por proyectos, no por instintos. los animales son seres naturales que reaccionan específicamente de manera similar a tipos de estímulos similares; por ejemplo, el entorno y el comportamiento de las hormigas no ha cambiado desde hace casi cuatrocientos millones de años. Sin embargo, los hombres son seres históricos en un estado de cambio continuo: crean continuamente nuevos "mundos" de cultura que, a su vez, modifican su propia condición psicológica. Los seres humanos viven un tiempo histórico; los animales no. los animales se comunican; los hombres escriben libros de psicología. resumiendo, parece que Dilthey y sus seguidores tenían algunas razones para sospechar que la psicología experimental que conocieron no era acorde con su tiempo.

Todo esto supone diferencia real para la psicología. Al contrario que los animales, el hombre vive en un mundo histórico de cultura. Un mundo donde el significado, la consciencia, la finalidad, los juicios globales y de valor tienen un lugar que no es posible tener en una psicología considerada como una ciencia natural. Supongo que todos recuerdan que, además de su famosa Psicología experimental fisiológica, donde la psicología se consideraba como un Naturwissenschaft, Wilhelm Wundt siempre intentó promocionar un tipo de psicología muy distinto, es decir, una Välkerpsychiologie, que era un tipo de psicología cultural, una psicología considerada como una Geistwissenschoft.

Alrededor de 1900, la nueva psicología miraba hacia una ciencia natural que en muchos aspectos había sido sustituida por nuevas alternativas. Incluso entonces la consciencia continuaba siendo considerada como un epifenómeno inútil. Ahora, esta condición epifenoménica de la consciencia puede considerarse como una gran facilidad adaptativa, es decir, como una incremento de los niveles de libertad que el hombre tiene a su disposición para poder enfrentarse a su entorno. la consciencia es el nivel más alto -aunque no el más profundo- de integración de los recursos psicológicos humanos. Pero este enfrentamiento no puede ser interpretado en términos causales. En la consciencia no existen relaciones causales, existen relaciones significativas y simbólicas y reversible entre las representaciones. Debido precisamente a la condición epifenoménica de esta relación, el hombre tiene la capacidad de anticipar y evaluar cursos de acción virtuales, sin tener que experimentarlos. Por supuesto, un positivista diría que la causalidad recíproca no existe. Es decir, para ellos el cerebro físico no puede producir epifenómenos físicos (un milagro, podemos llamarlo) pero estos epifenómenos nunca pueden hacer el milagro de actuar sobre el cerebro. El caso es no obstante que los hombres reaccionan no sólo a cosas reales, sino también a su representación, a las ideas. Más que a la forma como son las cosas, reaccionamos a El Mundo como Deseo e Idea, es decir, a cómo creemos que son las cosas o como creemos que deberían ser. Este último enfoque es otro ejemplo de las posibilidades que podrían abrirse con un segundo frente de la psicología.

En este nuevo frente de la psicología, el idealismo debería tener el estatus que fue ignorado por el clásico Boring Historia de la psicología experimental. De hecho, en el idealismo alemán no todo era tan negativo para la ciencia como se ha sugerido. Kant, Herder, Hegel y Schopenhauer tenían muchas buenas ideas sobre la mente humano que han sido ignoradas por el empirismo. Estoy pensando, por ejemplo, en la idea de Herder de que la mente funcionaba "von innen heraus", de dentro hacia afuera, es decir, de forma espontánea, no reactiva, no sujeta a causalidad. lo más probable es que esta idea sea parcial, pero hay algo de verdad en ella. Este concepto es similar a la teoría de Hegel de que Geist no puede ser el efecto de ninguna causa. Ambos puntos de vista deberían tenerse en cuenta cuando tenemos que explicar el carácter epifenoménico de nuestra consciencia. Si no fuera por este carácter, no podríamos escapar de la cadena estímulo-respuesta.

Podrían considerase muchos otros aspectos del problema. Por ejemplo, el principio cuántico de discontinuidad puede ayudar a arrojar una nueva luz sobre la teoría corriente del pensamiento. Interpretar las globalidades como totalidades de campo y no como agregados de elementos podría ayudar en el análisis cualitativo de la consciencia, es decir, en la búsqueda de relaciones significativos entre medios y fines, etcétera, etcétera. También podría hacerse la reinterpretación del análisis factorial. Pero esta conferencia debe finalizar. Para concluir permítanme añadir que los teóricos posmodernos -y les aseguro que existen muchos- intentan deconstruir conceptos como representación, sujeto, totalidad, causalidad. Pero este sería un tercer frente del cual afortunadamente no voy a hablar hoy. Muchas gracias.

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