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Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.

PAPELES DEL PSICÓLOGO
  • Director: Serafín Lemos Giráldez
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Papeles del Psicólogo, 1997. Vol. (68).




INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN DESASTRES BÉLICOS

José Manuel Montero Guerra

Licenciado en Psicología Clínica e Industrial, Diplomado en Psicología Militar, Centro Regional de Psicología (Región Militar Centro).

El presente artículo recoge el modelo de actuación en situaciones catastróficas, desarrollado por los equipos de Psicología Militar, durante la misión de paz en Bosnia Herzegovina. Basándose en el modelo de competencia, se clasifican las diferentes actuaciones según el nivel de prevención: primaria, secundaria y terciaria. Dentro del nivel de prevención secundaria, se especifica el sistema de intervención en crisis, donde aparece las medidas a desarrollar por el personal no especializado en intervención psicológica y un segundo conjunto de medidas, dirigidas a psicólogos o psiquiatras. Las características propias de las situaciones de catástrofe (destrucciones materiales y personales, reacciones psicológicas, etc.), son comunes a cualquier tipo de suceso de esta índole (inundaciones, guerras, epidemias, etc.), lo que favorece la posibilidad de exportar esta propuesta teórica y práctica a otros ámbitos de intervención en crisis.

Present subject reflects a performance model in disaster situations, carrying out by the military psychologists equipments during the peace mission in Bosnia-Herzegovina. Based upon a competence model, the different performances are clasified according to prevention level: primary, secondary and terciary. In the secondary prevention level, is specified a crisis intervention sistem, that shows a measurements to be developed by non-specialist persons in psychological intervention and by psychologists and psychiatrists. Characteristics of disaster situations (material and personal destructions, psychological reactions, etc.) are common to any incident of this nature (floods, wars, epidemics, ...). This commonality makes possible exporting both theoretical and practical proposal to other ambit of crisis intervention.

"Esperar es llevar dentro de sí un germen de confianza respecto al futuro, una seguridad de que a pesar de las dificultades aquello que se espera se alcanzará" (Enrique Rojas: Una teoría de la felicidad, 1989).

A lo largo del presente siglo, se han producido múltiples acontecimientos que por sus consecuencias destructivas, tanto a nivel material como personal, denominamos catástrofes, las cuales pueden tener un origen natural, biológico, social,etc. Este tipo de sucesos tienen antecedentes tanto en nuestra historia más lejana como en la reciente, porque desde tiempos remotos han tenido lugar epidemias, guerras, terremotos, etc. Ahora bien según avanzamos en el tiempo, los sucesos catastróficos de origen "humano" van cobrando cada vez más preponderancia, es decir proliferan con rapidez aquellas catástrofes en cuyo origen hallamos la intencionalidad humana como factor precipitante.

La experiencia recogida durante los acontecimientos catastróficos, bélicos, naturales, etc., vividos en nuestro siglo, ha permitido acumular conocimientos, en torno a la elaboración de planes de prevención o estrategias de actuación ante este tipo de situaciones. Bien sea en la aplicación de nuevas tecnologías para la prevención o en lo referente a planes dirigidos a la población (protección civil, campañas de seguridad, etc.).

Al abordar la temática sobre las catástrofes hay una serie de elementos comunes que se repiten en cualquier tipo de suceso de estas características, por ejemplo las causas originales, las consecuencias o las reacciones psicológicas de las víctimas.

Estas características comunes a todo tipo de catástrofes, favorece la posibilidad de aplicar medidas comunes de prevención, experimentadas en diversos tipos de catástrofe. Desde la perspectiva de la psicología, el modelo teórico utilizado es el "modelo de competencia", aplicando medidas en los tres niveles de prevención: primario, secundario y terciario.

Dentro del ámbito militar, la actuación se realiza en los diferentes niveles de prevención: campañas contraincendios, actuación en inundaciones, misiones de paz, etc. En el presente artículo se expone el modelo de actuación, llevado a cabo por los Psicólogos Militares Españoles, que han participado en la Misión de Paz en tierras de la Ex-Yugoeslavia, desde los momentos de mayor auge del conflicto bélico, hasta el delicado y largo proceso de pacificación y reconstrucción del país.

Clasificación de las Catástrofes

Como punto de partida, antes de pasar a desarrollar la labor puramente psicológica, centraremos el campo de actuación determinando las características y elementos propios de los diferentes tipos de catástrofes.

- Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, catástrofe se define como: "Suceso infausto que altera el orden regular de las cosas".

- A su vez toda catástrofe viene definida por cuatro criterios:

- Sobrevenimiento de un evento nefasto.

- Producción de víctimas.

- Amplitud de las destrucciones materiales.

- Importante desorganización social.

- Clasificación de las catástrofes:

- Naturales:

- Geológicas.

- Climáticas.

- Bactereológicas.

- Animales

- Tecnológicas:

- Incendios.

- Inundaciones.

- Accidentes de circulación, ferroviarios, aéreos, etc.

- De Guerra:

- Bombardeo intensivo.

- Acción química o nuclear.

- Invasión de un país.

- Campos de minas.

- Sociales:

- Terrorismo civil.

- Hambre.

- Secuestros.

- Revueltas destructivas.

Intencionalidad humana como factor desencadenante

Entre los diferentes tipos de catástrofe hay numerosos factores que pueden propiciar el suceso (fallos mecánicos, la geología, la climatología, etc), sin embargo hay un elemento diferencial entre todos éstos, la acción del hombre. Puede ser indirectamente, por ejemplo en un accidente aéreo, por causas mecánicas de la aeronave que no haya sido correctamente revisada por los mecánicos, o bien como causa más directa, un error de lectura de las cartas de navegación, no atender a las instrucciones de una torre de control, etc, estaríamos hablando de un accidente aéreo.

Ahora bien la intervención del hombre puede ser también la causa directa e intencionada del suceso. Siguiendo con el ejemplo anterior, el accidente aéreo puede ser motivado por un secuestro, un sabotaje con explosivos, etc. A grandes rasgos la acción del hombre va a tener unos efectos similares a otros factores ya indicados, sucederá previsiblemente un suceso con las características propias de una catástrofe y sus consecuencias negativas. Donde radica el punto esencial de la intencionalidad humana está en los factores desencadenantes del suceso, en su mantenimiento y en las secuelas de las víctimas.

Si el inicio del evento tiene un motivo intencionado incluso planificado, por ejemplo la falta de acuerdos (como en un conflicto político o bélico), no rechazar unas reivindicaciones (como en un secuestro o sabotaje), va a propiciar la vigencia de los efectos negativos o incluso incrementarlos, todo esto redundará en la producción de unas secuelas cada vez más negativas y perdurables, en las posibles víctimas (primarias y secundarias) y en los detractores del suceso.

En una catástrofe geológica, como es un terremoto, la acción del hombre se "limita" al nivel de prevención sobre construcciones, medios de salvamento o de evacuación, medios sanitarios, reconstrucción de la zona afectada, atención a las víctimas, etc. Sin embargo si nos centramos en las catástrofes diseñadas y ejecutadas por el hombre, su acción cobra un matiz diferente y es a su vez más complicado para sus víctimas el llegar a aceptar lo ocurrido como una "desgracia" o "fatalidad", "un suceso más de la vida", etc. Por el contrario todas estas acciones "manipuladas", ahondarán la herida consecuente del hecho, por ejemplo en una acción terrorista, planificada y relacionada con una estrategia supuestamente política, las secuelas psíquicas o psicológicas encontrarán un filón para su desarrollo negativo, en los intentos irracionales de justificar el suceso, en la sinrazón de sus actores, en los intentos de hacer lógico algo que de por sí es ilógico.

En resumen, toda catástrofe genera una serie de consecuencias negativas que tienen su manifestación, además de las pérdidas materiales, en los perjuicios sufridos por las víctimas. Cuando en la producción, mantenimiento y final del evento interviene la manipulación del hombre, de cara a la posterior recuperación psicológica de las víctimas se parte desde una posición muy poco ventajosa. Esa persona que ha sufrido un atentado terrorista, ha de acostumbrarse de nuevo a vivir (independiente de las mayores o menores secuelas físicas sufridas) en sociedad, con la posibilidad de nuevas acciones terroristas de las que incluso de nuevo puede ser su objetivo, las declaraciones políticas, las noticias de la prensa, etc, en definitiva numerosos y potentes estímulos que reforzarán el mantenimiento de la sintomatología traumática.

No es que sea sencilla la recuperación de las víctimas de catástrofes de otra índole, sino que a las mismas características negativas que sufren los implicados en estos sucesos, hemos de sumar la casi siempre demoledora acción del hombre, que se convertirá en un serio obstáculo de cara a la "superación" del hecho traumático. Entre las diversas reacciones psicológicas que se producen entre las víctimas de una catástrofe, encontramos el estupor, el shock, la ansiedad aguda, etc, cuando además contamos con una acción manipulada por el hombre en contraposición a lo que denominamos "accidente al azar", "capricho de la naturaleza", etc. surgirán reacciones de rabia, indignación, que posteriormente se irán transformando en odio, indefensión, etc.

Observaciones sobre los comportamientos derivados de las situaciones de catástrofe

Dentro del amplio espectro de actuación de la Psicología Militar, se encuentra la parcela de intervención psicológica en desastres (Terrorismo, accidentes, guerras, etc.). De las diversas experiencias recogidas por los equipos de psicología y psiquiatría de las Fuerzas Armadas Españolas, así como de los trabajos llevados a cabo por otros ejércitos (Israel, E.E.U.U., Italia, etc.), extraemos una serie de puntualizaciones sobre las reacciones psicológicas de las víctimas de un suceso catastrófico:

- Las catástrofes ocurren brutalmente de forma inesperada, sin poder planificar sus consecuencias y lejos del control humano, lo que conlleva un nivel de urgencia tanto individual como colectivamente.

- Observamos variaciones respecto al sexo, la edad, la distancia respecto a la zona afectada, la situación social, la estabilidad de la personalidad anteriormente al suceso, etc.

- Las características de personalidad preexistentes y el nivel cultural, determinarán de forma fundamental la capacidad de adaptación y las reacciones individuales respecto a las reacciones al shock.

- Las reacciones al shock, dependerán menos de las características de personalidad, cuanto más inmediatas sean estas reacciones respecto al suceso.

- El estudio de estas reacciones nos permite inventariar los diversos comportamientos que se suceden en un acontecimiento de estas características, y así elaborar medidas apropiadas para la prevención y reducción de secuelas.

- Desde la 1ª Guerra Mundial hasta los acontecimiento bélicos que vivimos en la actualidad, se han podido utilizar como modelos donde observar la sucesión múltiples de reacciones a situaciones de estrés prolongado, lo que a su vez ha contribuido a que tanto los ejércitos como los psicólogos, psiquiatras, etc, hayan elaborado sus propios métodos preventivos y de relativo control ante las catástrofes (instrucción, elección de materiales, procedimientos de trato con la población civil, campos de refugiados, etc.).

- Diferentes fases en la reacción del comportamiento agudo:

- Fase de shock: estupor y obnubilación.

- Fase de inhibición: ausencia de reacción automática.

- Fase de restauración: primeros síntomas de estrés postraumático.

Intervención Psicológica según los niveles de Prevención

El Ejército Español viene realizando misiones de paz (El Salvador, Kurdistán, Bosnia, etc.) desde tiempo atrás. Progresivamente a sus fuerzas de intervención se han ido incorporando equipos de Psicólogos Militares. Fue con motivo de la Misión de Paz en Bosnia Herzegovina en 1993, cuando esta incorporación se produce de hecho, desde entonces numerosos psicólogos se han desplazado a tierras de la Ex-Yugoeslavia para participar en dicha misión, desarrollando el siguiente modelo aplicado:

Prevencion Primaria

Reducir la incidencia de los trastornos mentales, mejoramiento de la moral y cohesión de las Tropas, mediante la instrucción, el adiestramiento, el mantenimiento de la disciplina, etc.

- Valoración de la capacidad psíquica para la condición Militar (adaptación al régimen de vida militar, falta de la eficiencia psicofísica permanente, inmadurez, inestabilidad, disposición depresiva del ánimo, etc).).

- Instrucción Militar en Territorio Nacional.

- Instrucción en Zona de Operaciones.

- Entrega al personal que se desplaza a las misiones especiales, de la "guía sobre normas higiénico-sanitarias".

- Trabajo con las familias de los miembros de las agrupaciones (conferencias, formas de explicar a los niños la misión de los padres, etc.)..

- Activación de los canales de comunicación en sus diferentes niveles.

- Tiempo de ocio (organización del tiempo libre).

- Estudio del nivel de moral en Tropa y Mandos (estudio longitudinal).

- Técnicas de Mando.

- Adiestramiento de grupos de riesgo (TEDAX-Desactivadores, Policía Militar, etc.).

- Instrucción sobre campos de minas (trabajo especial con la población infantil).

Prevencion Secundaria

Reducir los efectos debilitantes de las crisis, intervención en crisis, primer apoyo terapéutico centrado en el suceso traumático, dirigido a las víctimas del suceso y sus familiares, inmediatamente después del suceso.

- Asistencia psicológica en campaña (reacción de estrés en combate, crisis de angustia, accidentes, aparición de los primeros síntomas de estrés postraumático,etc).

- Intervención en crisis en Zona de Operaciones.

- Intervención con familiares en Territorio Nacional.

- Intervención ambiental, organizacional, tiempo libre, comunicaciones, etc (modificaciones necesarias tras los sucesos).

- Campos de minas: atención a las víctimas.

Prevencion Terciaria

Reparar el daño hecho por una crisis no resuelta, psicoterapia a largo plazo, reentrenamiento psicosocial, etc.

- Regreso a territorio nacional ("riesgos de fin de misión").

- Reincorporación a Unidades Orgánicas.

- Atención a los casos clínicos que han desarrollado cuadros psicopatológicos.

- Intervención en campos de refugiados.

- Campaña de prevención de riesgos sobre campos de minas indiscriminados, especialmente dirigido a niños.

- Apoyo a la educación para la población infantil (entrega de material escolar).

- Entrega de material deportivo a niños, compra de bicicletas para el transporte personal.

- Formación sobre agricultura como futuro laboral y de supervivencia en una población que se ha quedado sin medios básicos de subsistencia.

- Reconstrucción de un país de posguerra (construcciones, educación, etc.).

Modelo de "IntervenciÓn en Crisis" en el Ámbito Militar

Consideraciones generales para la intervencion, con personal no especializado

A continuación se exponen una serie de consideraciones, a tener en cuenta, durante los primeros momentos que suceden a una situación de crisis, durante la cual la intervención de los equipos de salvamento, sanitarios, etc, ha de servir para reducir los efectos "traumáticos" que se puedan producir.

Es decir que la actuación de cualquier sujeto en el escenario de la crisis, ha de conseguir mitigar o modular las consecuencias del suceso y para conseguir estos objetivos, se ha de procurar tomar medidas eficaces en lo que afecte a los aspectos físicos, psíquicos y sociales de las posibles víctimas.

Prioritariamente se procurará estabilizar el equilibrio físico del o los afectados, atendiendo a las medidas urgentes de auxilio, acompañando esto con medidas de apoyo psicosocial.

En este apartado nos vamos a ocupar de los aspectos psicológicos de la crisis, comenzando por una serie de recomendaciones básicas, que son válidas para todo el personal de apoyo o ayuda que acude al lugar del suceso para atender a las posibles víctimas:

- Dejar llorar: (Permitir la expresión de emociones).

- Dar café o té caliente (en general bebidas calientes).

- Llevar mantas (a pesar de haber temperaturas elevadas).

- Contacto físico (abrazar, dar la mano, etc).

Otras consideraciones importantes a tener en cuenta en el lugar del suceso.

- Aleccionar al personal sanitario y de urgencia, sobre las formas de interactuación con las posibles víctimas y familiares (víctimas secundarias):

- Lenguaje los menos drástico posible, evitando expresiones que hagan referencia al diagnóstico del herido.

- Dar mensajes de apoyo y aliento a los afectados, con la intención de influir en su estado de ánimo (siempre dentro de la realidad que se vive).

- Intentar sosegar y tranquilizar a los heridos antes de intervenir.

- Procurar apartar al personal que momentáneamente se vean superados por la situación.

- Evitar en la medida de lo posible signos externos de alarma alrededor de los heridos (sirenas, gritos, etc.).

- Tranquilizar a los afectados sobre el estado de los otros heridos (al menos en los primeros momentos de confusión).

- Tranquilizar a los afectados sobre el control de elementos superfluos a su seguridad personal (objetos de valor, vehículos, perros, etc).

- Evitar dar rienda suelta a los signos de ansiedad durante la intervención, puesto que actuará como reforzante de la propia ansiedad de los heridos.

- Procurar un ámbito de expresión de los temores, ansiedades, etc, vividas durante las intervenciones, para que el personal sanitario tenga la oportunidad de canalizar estas emociones, evitando su interiorización. Posibilitar mediante dinámicas de grupo, círculos de expresión, el poder exponer los sentimientos vividos, discutirlos y a su vez intentar frenar los pensamientos irracionales de culpabilidad (posterior a la crisis).

Otras estrategias generales de actuacion en crisis

- Hacer hincapié en que el sujeto que va a intervenir se vaya preparando mentalmente la escena, antes de acudir a esta.

- Formular un plan de acción tentativo.

- Al tomar contacto con la escena de la crisis, debe en primer lugar observar y buscar la seguridad (evitar convertirse en una nueva víctima e impedir que aumenten los daños de los afectados).

- Controlar objetos contundentes.

- Separar a las personas de las ventanas.

- Si existe tensión por discusiones o enfrentamientos, intentar infundir calma y serenidad (representar un elemento de autoridad no hostil).

- Evitar ser demasiado blando o cruel.

- Mostrar comprensión (empatía).

- Modelar la conducta tranquilizante (la persona alterada mide sus sentimientos por la forma en que reaccionan los otros).

- Estimular que se hable (a pesar del llanto, gritos, etc.).

- Usar la distracción (para romper la focalización).

- En ocasiones es necesario hacerse escuchar alzando la voz, dar un golpe seco en un objeto, etc. (golpear una chapa por ejemplo).

"Intervencion en crisis" por el personal especializado

Basándonos en el modelo de Karl Slaikeu "Intervención en crisis", exponemos las líneas a seguir en la intervención psicológica:

- Inmediatez: en cuanto aparezcan los síntomas.

- Proximidad : lo más cerca que sea posible al lugar del suceso.

- Expectativa: ayudar al afectado para que comprenda que vive una reacción normal a un suceso irregular.

- Simplicidad: métodos terapéuticos breves y sencillos.

El cuadro psicopatológico más común, vivido como reacción a una situación de catástrofe, es el estrés postraumático (trastorno por. F43.1-DSM IV), siendo los síntomas más característicos: la rexperimentación del acontecimiento traumático, una reducción de la capacidad de respuesta frente al mundo exterior o una reducción de la implicación en el, unido a una gran variedad de síntomas vegetativos, disfóricos y cognitivos. Aparentemente, el trastorno es más grave y más duradero cuando el factor estresante es de origen humano.

Como sintomatología asociada es fácil encontrar síntomas de ansiedad y depresión, incluso algunos casos son diagnosticados como trastorno depresivo o ansioso. Hay una irritabilidad aumentada que puede asociarse a explosiones esporádicas o impredecibles de conducta agresiva bajo la presión de provocaciones mínimas o incluso sin ellas,

La incapacitación puede ser ligera o afectar prácticamente a todos los aspectos de su vida. La evitación fóbica de las situaciones o actividades que recuerdan o simbolizan el traumatismo original, dando lugar a una incapacitación laboral o recreativa. Además la anestesia emocional puede interferir en la vida familiar o de pareja.

Tratamiento del estrés postraumático

- Sentido de inmediatez, relacionado con la crisis circunstancial, suministrar intervenciones para tratar lo que ahora pasó y a su vez diagnosticar las necesidades que requerirán atención más adelante.

- Las diferentes categorías de las crisis circunstanciales agudizan uno o más aspectos críticos: muertes, mutilaciones, heridas, pérdidas materiales, etc.).

- Por lo tanto es necesario que en cada una de las crisis circunstanciales atendamos a los cuatro niveles de sistema: individuo, familia, comunidad y sociedad.

- Adaptación inmediata a las circunstancias de la crisis. Instrucción a grupos de salvamento, sanitarios, coterapeutas, etc.

Poner atención a lo que las víctimas quieren, dicen y necesitan, además de atender a lo que podrían necesitar o querer. Procurarse la aceptación de las víctimas como predictor de éxito en la intervención,

Principios clínicos:

a) Duración:

A corto plazo, siendo una terapia limitada en el tiempo. Es importante reintegrar cuanto antes al sujeto a su nivel de actividad normal (dar expectativas de volver a incorporarse a su Unidad). Lo ideal es un máximo de seis semanas. la ventaja de este corto espacio de tiempo es que permitimos al paciente crecer a través de una crisis, al asistirlo y ayudarlo para que domine la situación y se encamine hacia la reorganización de una situación desorganizada.

b) Objetivos:

Conseguir que el individuo recobre su nivel de actuación anterior a la crisis. Sería el conseguir que la persona recupera la capacidad para afrontar la situación. En general se piensa que nunca se volverá al mismo nivel anterior de funcionamiento, sino que al intentar resolver la crisis con buen resultado, la persona aprende nuevas formas de enfrentamiento, concluye conceptuando la vida de un modo distinto a como lo hacía antes de la crisis.

c) Evaluación:

La labor del clínico es determinar qué variables ambientales precipitaron la crisis, cuáles mantienen en la persona la desorganización, y las que puede movilizar para facilitar el cambio constructivo.

d) Ayudante activo de la conducta:

El terapeuta se convierte en participante activo para tener acceso a las dificultades, las necesidades inmediatas y movilizar los recursos de ayuda.

Pautas de apoyo ante cuadros psicopatologicos leves

Síntomatología de ansiedad:

- Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos.

- Aprensión.

- Tensión muscular.

- Hiperactividad vegetativa (mareos, sudoración, taquicardia, molestias epigástricas, vértigo, sequedad de boca, etc).

- Opresión o malestar torácico.

- Sensación de ahogo o falta de aliento.

- Nauseas.

- Escalofríos.

- Miedo a perder el control.

¿Cómo actuar ante los síntomas de ansiedad?:

- De forma colaboradora identifíquense los factores determinantes del problema (preguntas concretas, preguntar a otras personas, reconstrucción imaginaria del incidente, etc).

- Valoración psicológica del sujeto y la situación (quien participa, donde, cuando, qué le provoca estrés, cuando le ocurrió por última vez, etc.).

- Permitir al sujeto que cuente su historia, ayudándole a traducir los síntomas en términos de conducta.

- Ayudarle a diferenciar entre los factores modificables e inmodificables de la situación estresante.

- Haga que el sujeto participe en el autocontrol de los aspectos comunes de la situación estresante.

- Quien ayude a la persona ansiosa ha de procurar en todo momento guardar la calma.

- Evitar las actitudes de culpabilidad.

- No podemos cambiar un segundo del pasado por lo cual no sirve de nada inculpar a alguien por lo que ha hecho.

- Instarle a actuar por su cuenta y aceptar el riesgo.

- Prodigar elogios en cuanto haga algo bien.

- Si hemos de decirle algo que le avergüence se lo diremos sin público.

- No actuar gritándole ni atosigarle.

- Procurar no reforzar conductas de evitación de situaciones estresantes.

- Debemos mostrarnos razonadores, coherentes y consecuentes.

- Hacer sentir al sujeto que es escuchado, aceptado y apoyado.

Síntomas depresivos:

- Disminución de la atención y concentración.

- Pérdida de la confianza en sí mismo.

- Ideas de culpa de ser inútil.

- Perspectiva sombría del futuro.

- Trastornos del sueño.

- Trastornos de la alimentación.

- Ideas de autolesión o autoagresivas.

- Pérdida de interés por actividades que antes le eran placenteras.

- Inhibición psicomotora.

- Despertarse dos horas o más, antes de los normal.

- Pérdida de peso (5% o más en un mes).

¿Cómo comportarse con una persona deprimida?:

- En primer lugar recordar que tiene sentimiento de culpa por su enfermedad, por lo que hay que evitar expresiones como "¡debes poner de tu parte!".

- Conviene tener cuidado con darle consejos como "¡tómate unas vacaciones!" o que salga o se distraiga (puede ser negativo puesto que ha perdido la capacidad para enfrentarse a este tipo de situaciones).

- Es positivo detectar en el deprimido que vuelve a tener motivación por hacer cosas como salir, iniciar actividades, etc (aunque no llegue a ejecutarlas, es válido solamente el cambio de actitud).

- No se le debe mimar en exceso, ni por el contrario, mostrar una actitud de reproche por su situación.

- Es clave que se le escuche, que se sienta querido y ayudado.

- Hay que intentar que realice actividades que no le resulten un gran esfuerzo y de las que puede obtener un una alegría por su consecución y así sirvan para reforzar su Yo.

- Si toma medicación comprobar que sigue la pauta del médico.

- Es aconsejable evitar que tome decisiones importantes.

- Hay que recordarle en todo momento que es una situación pasajera y curable, que afecta a mucha gente.

- Consultar al psicólogo / psiquiatra.

CONCLUSIONES

- En resumen la idea aquí planteada es la posibilidad de trasladar el modelo de intervención Militar, a otros ámbitos de actuación, debido a la propia idiosincrasia de las catástrofes, las cuales tienen grandes rasgos en común. Por tanto el trabajo de los Psicólogos Militares desarrollado en misiones de paz, puede ser utilizado por otros colectivos, matizando las características propias de la situación de crisis concreta.

- En España se producen numerosas situaciones clasificadas como "catástrofes", ante lo cual se vienen desarrollando planes conjuntos de intervención coordinados por Protección Civil (Ministerio del Interior), Cruz Roja, autoridades civiles a nivel local o estatal, etc. Uno de los elementos clave al servicio de la sociedad Española son las Fuerzas Armadas, las cuales acuden como equipos de intervención a este tipo de situaciones (incendios, inundaciones, etc).

- Un modo de crear un sistema de actuación de urgencia para situaciones de crisis, podría ser la formación de "equipos virtuales de intervención", procedentes de diversos colectivos: Cruz Roja, Protección Civil, Sanidad, Militares, etc. Estos equipos deberían ser formados y especializados en este tipo de intervenciones, ganando en eficacia y tiempo, a la vez que economizando en riesgos.

Una vez publicada la revista, el texto integro de todos los artículos se encuentra disponible en
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