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Psychologist Papers is a scientific-professional journal, whose purpose is to publish reviews, meta-analyzes, solutions, discoveries, guides, experiences and useful methods to address problems and issues arising in professional practice in any area of the Psychology. It is also provided as a forum for contrasting opinions and encouraging debate on controversial approaches or issues.

PSYCHOLOGIST PAPERS
  • Director: Serafín Lemos Giráldez
  • Dissemination: January 2024
  • Frequency: January - May - September
  • ISSN: 0214 - 7823
  • ISSN Electronic: 1886-1415
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Papeles del Psicólogo, 1997. Vol. (67).




ENTREVISTA A ISMAEL QUINTANILLA

Gloria Berenguer Contrí

Profesora Titular del Departamento de Dirección de Empresa. Universitat de Valencia.

Gloria Berenguer . La psicología económica es poco o mal conocida en España, a su parecer ¿cuáles son las razones que han propiciado tal situación?.

Ismael Quintanilla. Es cierto, la psicología económica se conoce muy poco en España. Las razones son muy variadas, las hay históricas, otras se deben a la estructura de nuestros planes de estudio y formación que han sido mucho más permeables a preocupaciones sociales y académicas bastante distantes de las cuestiones económicas y, finalmente, las hay relacionadas con el modelo de la práctica profesional de la psicología que unido a todo lo anterior es, en muy buena medida, reflejo del americano; mucho más que del europeo en el que la psicología económica, académica y profesionalmente, ocupa cierto lugar desde hace ya bastante tiempo.

Por si fuera poco si para los psicólogos y para la ciudadanía, existen numerosos estereotipos y prejuicios respecto al psicólogo de las organizaciones o de las empresas rasgos manipulador y materialista, el panorama es doblemente confuso para el caso de la psicología económica. Las más de las veces se le identifica con el márketing, otras muchas con la conducta del consumidor, pero en su vertiente menos positiva, aquélla que tiene por objeto utilizar al psicólogo contratado por la empresa o las agencias de publicidad para encontrar sistemas de persuasión comercial que se consideran inapropiados o poco afines con la principal finalidad de la psicología; en otras ocasiones la confusión aún va más lejos y se piensa que la psicología económica es algo así como una psicología de la contabilidad.

G.B.C. Puede Vd. explicar todo esto con mayor precisión. En España hay no pocos psicólogos profesionales que se dedican al márketing, la formación de vendedores y la investigación de mercados, ¿sus actividades tienen algo que ver o se relacionan estrechamente con la psicología económica?.

I.Q. Muchísimo que ver. Paradójicamente, algo parecido me ha sucedido a mi. sin haber estudiado psicología económica son o pueden ser psicólogos de la conducta económica, en la medida de que el márketing o la investigación de mercados se ocupan del estudio de la conducta del consumidor que además de ser social es económica. Lo que ocurre es que la psicología económica no es, estrictamente entendida, una psicología de la economía o de la empresa, que puede muy bien serlo, es sobre todo un abordaje desde la psicología social para explicar, (complementariamente a otras disciplinas como la sociología, la antropología o la economía), la conducta de los seres humanos en sus decisiones económicas. La intencionalidad aquí es puramente científica, o si se prefiere se pretende la consecución de conocimientos valiosos para el desarrollo de las ciencias sociales cuyo progreso tiene mucho que ver con la colaboración pluridisciplinar. En este sentido las aportaciones de los psicólogos en el desarrollo de la economía para el caso que aquí nos ocupa han sido en algunas ocasiones muy importantes. Creo suponer bien que muy pocos son los psicólogos que saben que el Premio Nobel de Economía de 1978 lo obtuvo Herbert Simon catedrático de psicología de la Universidad de Carnagie Mellon. Y que otros psicólogos, como George Katona uno de los fundadores de la psicología económica, fueron nominados en su tiempo. Se da el caso que las contribuciones de los psicólogos en el conocimiento económico han sido, y son, muy importantes y relevantes y los últimos en enterarnos somos nosotros. Entre otras razones porque no llegamos a ver más allá de la conducta del consumidor cuando pensamos en la psicología económica.

Bien pudiera argumentarse que la economía y la psicología son disciplinas tan vastas y complejas que un conocimiento apropiado de cada una de ellas podría llevar toda una vida. ¿Podría existir un experto en ambas materias?. Es altamente improbable. Apenas es posible dominar algunas cuestiones o especialidades de la economía. Y lo mismo ocurre con la psicología. Mucho más, claro es, ser experto de todo ello.

Sin embargo los límites y fronteras entre ambas disciplinas son muy ambiguos y arbitrarios. Si bien es cierta la improbabilidad de encontrar expertos en ambas disciplinas sí que es posible que algunas personas puedan estudiar conjuntamente algunos aspectos de la economía y de la psicología en vez de diferentes aspectos de cada campo por separado. No es exagerado suponer que sea posible adquirir una base formativa en ambas materias. Por lo que, consecuentemente, también es posible especializarse en psicología económica. Este es el cometido de la psicología económica: adquirir una base de conocimientos estudiando conjuntamente algunos aspectos de la economía y de la psicología.

G.B.C. Definitivamente ¿qué es entonces la psicología económica y cuáles son sus áreas de intervención más relevantes?.

I.Q. Además de un campo de investigación apasionante por cuanto afecta de manera muy directa a este final de siglo que lo es el de la economía, la psicología económica es un terreno de desarrollo profesional, si aún pequeño, en evidente aumento. Lo que no deja de ser una respuesta excesivamente sintética y emocional; lo que se me podría disculpar ya que en estos momentos me encuentro preparando el XXII Congreso Internacional de la IAREP y me siento muy identificado con esta tarea. Acabo de publicar un libro para contestar a estos interrogantes. En el prólogo cuento que se gestó hace ya algunos años cuando un alumno de psicología me formuló idéntica cuestión.

Hoy en día suelo responder muy sintéticamente afirmando que lo que pretende la psicología económica es estudiar la influencia de la economía sobre los ciudadanos y de éstos sobre aquélla. Lo que por sintético precisa nuevamente una explicación más extensa. Destacaré sólo algunos ejemplos. Desde la política económica de un gobierno determinado se puede alentar el consumo, aumentar la presión fiscal, disminuir o aumentar el desempleo o reducir el déficit público (por ejemplo disminuyendo la partida de gastos sociales en los Presupuestos Generales del Estado). Sin profundizar demasiado cabe advertir la trascendencia que estas actuaciones políticas pueden tener, no sólo en la economía de una nación, sino, y sobre todo, sobre las actitudes (expectativas de ahorro, planificación de las vacaciones, descartar la compra de una casa, reflexionar sobre la orientación de su voto para las próximas elecciones), las emociones (confiar en el crecimiento económico del país, frustración social y política, sentimientos de inferioridad nacional) y las conductas de los ciudadanos (ahorrar, gastar, invertir, pedir un crédito, alterar la declaración de la renta). Se trataría aquí de la vertiente más macroeconómica.

Desde una perspectiva más microeconómica como por ejemplo las actividades de las empresas, con sus productos, servicios e ideas se puede alentar el consumo (rebajas, saldos etc.), influir sobre nuestros gustos (campañas publicitarias), aumentar nuestro nivel profesional (formación interna), incidir en nuestro nivel de vida (salarios, prestaciones laborales), reforzar un estilo de vida específico (turismo interior, márketing ecológico) y hasta canalizar nuestras expectativas más voluntaristas (pertenencia a una O.N.G., como por ejemplo psicólogos sin fronteras). La lista sería, igual que en el caso anterior muy larga. La influencia de las empresas se deja notar en nuestras actitudes (reflexionar entre las ventajas de una sanidad pública o de una privada, estimar que la Administración Pública está mejorando, valorar si vale la pena comprar en un determinado supermercado, considerar que la publicidad tiene una dimensión perversa), en nuestras emociones ( confiar en las garantías de un marca, interiorizar los factores negativos del trabajo) y en nuestras conductas ( comprar habitualmente en el mismo sitio, producir y servir más y mejor, formarse como profesionales o como consumidores).

En consecuencia a los que nos dedicamos a este campo no sólo nos preocupa la conducta del consumidor en su vertiente más microeconómica, es decir la importancia que ésta pueda tener para las empresas respecto de sus planes de márketing y ventas. Vamos más lejos. Nos preocupa también la conducta del consumidor en cuanto es conducta social y económica. Y en cuanto afecta la vida, la calidad de vida de los ciudadanos y a su bienestar. Y, sobre todo, cómo los ciudadanos con su conductas como consumidores pueden influir sobre las empresas o las políticas económicas

El reto más importante de la psicología económica para los próximos años tiene mucho que ver con lo que he dicho: el establecimiento de canales de comunicación recíproca entre los gobernantes y los ciudadanos en su papel de consumidores. Así pues la psicología económica es psicología de consumidor en su más amplio sentido.

G.B.C. Antes ha dicho que estaba preparando la XXII Conferencia Internacional de la IAREP, ¿me podría explicar qué es la IAREP y qué se va a tratar en este congreso?.

I.Q. Con mucho gusto. Si bien brevemente pues según tengo entendido en este mismo número entrevistáis al profesor Fred Van Raaij que ha sido presidente de la IAREP durante varios años. Se trata de la Asociación Internacional para la Investigación en Psicología Económica que con carácter periódico y desde 1976 viene celebrando reuniones científicas a las que asisten especialistas en psicología económica de muy diversos países y Universidades. La primera de estas reuniones se celebró en Tilburg (Holanda); las sedes han sido hasta ahora veintidós; puedo indicarte de memoria las cinco últimas: en 1993 fue en Moscú, la de 1994 en Rotterdam, la de 1995 en Bergen, la de 1996 en Paris y la de 1997 será Valencia. Será la primera ocasión en que la Reunión Internacional de la IAREP se celebrará en España. Y espero que sirva para dar a conocer esta disciplina en nuestro país.

G.B.C. Finalmente y ahora desde un punto de vista más profesional, ¿cuál cree que puede ser el papel de la psicología económica en el desarrollo profesional de la psicología española?.

I.Q. Me parece que ya he apuntado alguna idea. Aunque antes de responder a tu pregunta me gustaría decir que me parece necesaria, sino apremiante, una extensa y exhaustiva reflexión en torno al papel del psicólogo en el siglo que está por llegar. Y esto no simplemente porque estemos acabando el siglo XX, lo que no deja de ser una fecha más o menos arbitraria, sino por otras muchas razones. Estamos experimentando grandes cambios en los sistemas de comunicación social y caminando hacia una sociedad cada vez más "mostrativa" que no demostrativa y más virtual, menos real. Además en España hemos pasado de una psicología filosófica a una científica y desde ahí a un desarrollo profesional impresionante. Existen pocas profesiones en nuestro país que hayan experimentando un desarrollo similar en tan corto periodo de tiempo y una consolidación profesional más evidente. Es cierto que son muchos nuestros problemas: una imagen social poco definida y repleta de estereotipos, subempleo en algunas especialidades, poca conexión entre la Universidad y la profesión. Todo ello es cierto pero también lo son los miles de psicólogos y psicólogas españolas que viven de la psicología realizando un trabajo profesional eficaz y dando respuesta a problemas humanos y sociales que antes o se ignoraban o simplemente se asumían como inevitables.

El próximo cambio es, siempre en mi opinión, la adecuación de la práctica psicológica a la sociedad que estamos construyendo, a una sociedad "mostrativa" y virtual. Aquí nuestros problemas no son independizarnos de la filosofía, esto ya lo hemos hecho; ni argumentar que la psicología es una ciencia o una profesión, ya lo hemos demostrado. Ahora, creo yo, lo que nos debe preocupar es cómo prepararnos para resolver los problemas que la sociedad virtual y relacional nos demandará en los próximos años. Y aquí el papel de la psicología económica es muy importante.

Nos agrade o nos desagrade vivimos en una sociedad de consumo. Otras disciplinas han abordado muy seriamente su estudio, como por ejemplo la sociología. La mayor parte de las conductas cotidianas de los ciudadanos se expresan a través de la compra de bienes, productos y servicios que, o bien durante el propio proceso de la compra o posteriormente, se usan o se consumen. Una buena parte de nuestro bienestar depende de nuestra capacidad para consumir y paradójicamente esta capacidad puede exclavizarnos o liberarnos. Aquí pues, el trabajo de los psicólogos me parece esencial.

Ni toda la psicología es clínica ni toda psicología clínica lo es de fenómenos psicopatológicos. Existe también, por ejemplo, una psicología de la salud cuyo fin es prevenir y asegurar una conducta sana. En ella o sobre ella actúan acontecimientos económicos cuyo conocimiento puede ayudar a mejorar su desarrollo. La psicología también se construye investigando e interviniendo sobre la conducta más convencional y cotidiana. Sé que lo que voy a decir puede sonar excesivo pero lo voy a decir a falta de mayor espacio para la argumentación: deberíamos ir tomando cierta distancia del concepto de ser humano enfermo. Demasiado tiempo presente en nuestra manera de abordar la acción psicológica. Tal perspectiva nos ha impedido observar detenidamente la conducta social más general. En ella influyen constate y reiteradamente los fenómenos económicos.

Es decir existe una influencia de la conducta de las personas sobre la economía de igual forma que la economía, las variables e índices económicos resultado de una determinada política económica, actúan sobre la conducta de los seres humanos.

Este doble objeto de análisis (economía con psicología y psicología con economía) tiene que ver con numerosas parcelas de la vida social y económica de los ciudadanos. Imperando en cuestiones tales como la salud, la compra, el trabajo,la pobreza, los impuestos, el ahorro y la educación. Esto es, los conocimientos en psicología económica puede resultar efectivos para estudiar e intervenir, entre otras cosas, sobre la conducta del consumidor, los procesos de socialización de los niños, las psicopatologías del trabajo, la influencia de la publicidad, las fluctuaciones económicas y su influencia sobre la salud, la conducta prosocial y aún un largo etcétera.

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