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Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.

PAPELES DEL PSICÓLOGO
  • Director: Serafín Lemos Giráldez
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Papeles del Psicólogo, 2002. Vol. (81).




NOTICIA DEL PAIMM:A PROPÓSITO DE LA ENFERMEDAD Y LA INCAPACIDAD PROFESIONAL

Vicent Bermejo Frígola.

Presidente de la Comisión Deontológica Estatal.

Los días 8 y 9 de noviembre de 2001 se celebraron en Barcelona las PRIMERAS JORNADAS EUROPEAS PAIMM 2001, organizadas por el PAIMM: PROGRAMA D´ATENCIÓ INTEGRAL AL METGE MALALT (Programa de atención integral al médico enfermo) del Colegio de Médicos de Barcelona. Para su celebración se contó con diversos apoyos institucionales entre los que destacaban aquéllos que provenían de la Generalidad de Cataluña y del Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña.

Las Jornadas contaron, además, con la colaboración de estudiosos y especialistas europeos y con representantes de las diversas iniciativas que en el ámbito profesional de los médicos han surgido en otros lugares de España.

Los objetivos pretendidos eran los siguientes:

- Realizar unas Sesiones de Trabajo con expertos europeos.

- Poner en común las experiencias existentes en España y Europa.

- Debatir los mecanismos de cooperación para extender el PAIME en España y en Europa.

- Dar a conocer la Declaración de Barcelona referente a este tipo de programas.

Con anterioridad a estas Jornadas, el PAIMM fue expuesto en Valencia en la Jornada de Deontología Profesional que se celebró el pasado 3 de Marzo por el gerente del mismo Antoni Arteman. También pude asistir a las Jornadas Europeas del PAIMM.

De estos contactos con el PAIMM me ha parecido de utilidad darlo a conocer porque puede ser de interés la experiencia acumulada respecto de ese programa para el desarrollo de nuestra institución colegial. Lo que expongo a su vez lo he recogido directamente de las exposiciones que los directores y autores del PAIMM han llevado a cabo; en ese sentido no aporto novedad ni originalidad, ya que la novedad y la originalidad es la suya. La aportación que tiene mi exposición es la de subrayar aquello que puede ser de utilidad o de interés para nuestra profesión, el razonamiento paralelo o, si se prefiere, un tratamiento de la información algo diferente, o el intentar sacar conclusiones en nuestra comunidad profesional de todas estas experiencias.

¿QUÉ ES EL PAIMM?

El PAIM es un programa de atención al médico enfermo que, hallándose en un estado transitorio de incapacidad profesional que simultáneamente presenta dificultades de adhesión al plan terapéutico que le rehabilite, prevé una intervención en todos los elementos y aspectos que componen ese estado de incapacidad, contempla asimismo la prevención de ese mismo estado, y previene a través de sus actividades también la pérdida de la voluntariedad del médico enfermo que presenta ese estado, a fin de encaminar todas las tareas hacia su plena recuperación o rehabilitación profesional.

Para explicar qué necesidades han motivado la puesta en funcionamiento de este programa, quizás, conviene señalar algunos antecedentes. Es un lugar común recordar que una amplia y diversa bibliografía científica y profesional así como informaciones de divulgación y periodísticas vienen dando cuenta de enfermedades y de estados de incapacidad profesional en diversos grupos de distintas profesiones, sean médicos o no, pero con ciertas características especificas en relación al ejercicio de su respectiva profesión. Así sucede respecto de las profesiones sanitarias en general, también sucede en los docentes, en los jueces o en otros grupos. El estado de disfunción profesional más conocido o del que más se habla en los medios de comunicación respecto de la mayoría de estos grupos y en el sentido que se apunta, es el síndrome de estar quemado (o burnout), como también se habla del estrés profesional o, últimamente, de las diversas formas de acoso. Es conocido también que el síndrome de estar quemado equivale muchas veces a cierto estado de cansancio, a soportar un exceso de ansiedad o de estrés y que sus manifestaciones más comunes se muestran con sintomatología depresiva.

Además de estos casos, también son conocidas conductas de profesionales que abiertamente son, cuando menos, anómalas y que tienen difícil abordaje: en particular es un severo problema una adicción en un profesional que tiene que hacer frente a altas responsabilidades en el desempeño habitual de la profesión. Así, las noticias periodísticas que han girado en torno al anestesista valenciano Juan Maeso han dejado a luz la punta de un iceberg que la discreción o el afecto de compañeros y próximos puede haber impedido que se conozcan otros casos que también pueden ser considerados preocupantes. La adicción a drogas, el alcoholismo o estados de alteración mental han podido ser determinantes para todas estas situaciones aludidas.

Todos estos breves antecedentes hacen concluir que hay formas de enfermar, estados psicopatológicos o estados de alteración que incapacitan profesionalmente y que, siendo similares a los modos comunes, adquieren una relevancia especial en relación a la profesión, o subrayan un estado de irresponsabilidad, reconvirtiendo todo lo que sucede en un trastorno profesional propiamente dicho. Por lo tanto, se trata de intervenir y atender aquellas formas de enfermar, aquellos estados psicopatológicos o aquellos estados de alteración donde se pierde la voluntariedad ante el mismo enfermar o la misma alteración, donde hay riesgo de perderla, y donde ha quedado interferido directamente el ejercicio de la profesión incapacitando al profesional. Es esta diferencia específica la que motiva la iniciativa y la formulación del programa.

FUNDAMENTACIÓN DEONTOLÓGICA

El PAIMM establece un plan que incluye ante todo atenciones sanitarias y rehabilitadoras, en las que simultáneamente también hay una parte de intervención de la autoridad colegial con competencia en el ámbito de la profesión. Para poder intervenir en estos estados, la iniciativa del Colegio de Médicos de Barcelona se apoya en el Código Deontológico el cual establece en su artículo 91 que

"El médico que se sepa enfermo, que sea conocedor de que puede transmitir alguna enfermedad o que se vea en dificultades para ejercer con plena eficacia su profesión, tiene el deber de consultar a otro u otros colegas para que valoren su capacidad profesional y seguir las indicaciones que le sean dadas."

También en el artículo 92 del mismo Código el cual señala que:

"El médico que sepa que otro médico, por sus condiciones de salud, hábitos o posibilidad de contagio, puede perjudicar a los pacientes, tiene el deber, con la obligada discreción, de comunicarle y recomendarle consultar al que pueda aconsejar la mejor actuación, e igualmente tiene la obligación de ponerlo en conocimiento del Colegio de Médicos. El bien de los pacientes debe ser siempre prioritario."

Estos artículos se introdujeron hace pocos años: fueron aprobados en la Asamblea General de Médicos de Cataluña el 16 de Junio del año 1997. Sus contenidos fueron la sólida base deontológica con la que, a la vista de lo que decía al respecto el propio Código Deontológico de la profesión médica, se propuso al Departamento de Sanidad y Seguridad Social de la Generalidad de Cataluña la creación de este programa que hiciera frente a ese enfermar específico que incide en el ejercicio de la profesión. El 15 de Septiembre de 1998 se firmó un Convenio de Colaboración entre, por un lado, el Departamento de Sanidad y Seguridad Social y el Servei Català de la Salut y, por otro, el Colegio de Médicos de Barcelona, teniendo como finalidad la de atender al médico enfermo que es susceptible de estarlo o está incapacitado profesionalmente en el sentido antes señalado. Esta atención es gratuita y está financiada por la Generalitat catalana en un 80% y por los Colegios profesionales que participan en un 20%; debe tenerse en cuenta que hoy ha hecho suyo el programa el Consejo de Colegios Médicos así como los Colegios de Diplomados en Enfermería (este último mediante el programa RETORN), ambos de Cataluña.

Pese a que iniciativas de características próximas o similares han sido tomadas previamente en países como EEUU, Canadá, Australia o Nueva Zelanda, la iniciativa del PAIMM ha merecido atención internacional al ser pionera en Europa y romper la tendencia a tomar medidas punitivas para casos extremos como los que han sido atendidos mediante el Programa. En ese sentido es de interés destacar un Editorial de la revista THE LANCET de septiembre de 1998 que menciona la experiencia como pionera.

ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL ENFERMAR DE LOS MÉDICOS

Más allá de lo que es común en la sociedad en general, en muchas empresas y organizaciones que han mantenido una buena relación con sus empleados y trabajadores, la enfermedad y la incapacidad profesionales ha sido atendida buscando soluciones individuales para cada caso o según estatus profesional por empresas e instituciones contratantes. Así, por ejemplo, es conocido que profesionales médicos, al igual que en otras profesiones, con dificultades de relación entre compañeros o, también, excesivamente estresados, o que han sufrido supuestamente algún accidente parcialmente incapacitante (por ejemplo, un accidente cardiovascular, también una impresión traumática u otros) o un accidente físico, en no pocas ocasiones, se ha ofertado al trabajador otro puesto de trabajo con características que permitan una mejor adaptación a su situación particular cuando así ha parecido aconsejable a quienes están al frente de la organización responsable o empresa empleadora.

Ahora bien, hay estados y condiciones en las que las formas de enfermar o los estados de incapacidad antes mencionados o aludidos hacen muy difícil tales soluciones individuales, no consiguen resolver nada, no es posible su aplicación, o no se ha estudiado suficientemente el alcance de la decisión a tomar. De ahí la necesidad de buscar una mejor definición del problema que se plantea para articular también mejor la solución: no se hace así más que aplicar pertinentemente la metodología clínica tradicional con el fin de encontrar soluciones mejor previstas y con resultados más satisfactorios.

Consecuentemente con todo ello, el PAIMM se fundamentó en un conocimiento muy pragmático de la actitud y de la conducta de los profesionales médicos ante su propio enfermar: el médico cuando enferma no hace lo que es común en el resto de humanos del mismo ámbito social, es decir, no suele ir o va poco a su propio médico. Si, además, nos encontramos con modos de alteración mental o de adicción donde se pierde la voluntad propia o se está con riesgo de perderla, en ese caso o bien institucionalmente se articulan caminos que permitan cierto cauce a este problema, o bien el problema carece de solución: nos encontraríamos así con un problema crónico o un estado psicopatológico permanente, lo que equivale a una incapacidad profesional absoluta sobre la que la misma institución colegial se ve obligada a resolver.

Esta observación, o hipótesis de trabajo, ha venido posterior ampliamente corroborada para la misma población que ha previsto atender el PAIMM: así, mediante el estudio llevado a cabo por una buena parte del equipo que está al frente del mismo PAIMM (Bruguera et al., 2001) se han encontrado resultados significativos. Por otro lado, en realidad, la misma respuesta al programa está viniendo a confirmar la adecuada definición del problema y el correcto diseño de las vías de solución.

En cuanto al mencionado estudio, comenzaba citando a su vez otro estudio realizado sobre médicos británicos que indicaba que tales profesionales "no se comportan igual que los demás ciudadanos cuando están enfermos y sustituyen con frecuencia la consulta a su médico por la autoprescripción, desoyendo la normativa de su organización profesional". En el caso de la población de Barcelona, esta aseveración ha venido corroborada con las siguientes resultados obtenidos: los médicos profesionales barcelonenses en un 49 % "no tiene médico de cabecera", "de los que sí lo tienen casi la mitad (48%) reconoce que su médico no les ha abierto una historia clínica", "el 33% utiliza como médico de cabecera al que le corresponde en la Seguridad Social y el 15 % a un amigo o compañero del lugar de trabajo, pero raramente elige al médico del servicio de salud laboral del centro en el que trabaja (1%) o al de una mutua (2%)". El 48 % sigue las indicaciones del médico consultado "pero el resto reconoce que sólo lo hace cuando coinciden con su propio criterio". El 98% "nunca ha cogido la baja por un trastorno de salud de poca gravedad". El 91% reconoce "apreciación subjetiva de estrés" y preventivamente "el 47% no efectúa las revisiones anuales que ofrece el centro en el que trabaja". La investigación concluye que está poco estudiada y analizada la idea de médico enfermo "probablemente por el rechazo consciente o inconsciente del médico a hacer de paciente". (Bruguera et al., 2001, 492-3).

Es decir, que si se estudiaran con mayor profundidad las actitudes y conductas de esta población ante los trastornos mentales y las adicciones nos podríamos encontrar con resultados más significativos en relación al espectro de problemas que previene el PAIMM.

Por otro lado, según la síntesis que presenta el trabajo de Antoni Arteman et alt. (2001), la profesión médica presenta los siguientes

"DATOS RELATIVOS A LA SALUD DE LOS MÉDICOS

- Es una de las 5 profesiones con más morbilidad mental.

- De un 15 a un 40 %, según los autores, padecen Burn-out.

- Un 28 % presentan síntomas de padecimiento psiquiátrico.

- Presentan 3 veces más cirrosis y cáncer hepático." (Arteman et alt.,)

Por lo tanto, las actitudes y conductas que se recogen en los resultados de ambos trabajos, así como las consideraciones antes expuestas, hacen muy razonable concluir que cuando un médico cae con alguna forma de adicción al alcohol, a otras drogas, o presenta una severa alteración mental es muy probable que no sólo mantendrá un considerable rechazo a hacer de paciente, sino que puede ser muy lógico desde ese contexto presentar una formidable resistencia y oposición a tratarse voluntariamente.

También, pues, desde la experiencia y desde el conocimiento de la población médica parece bien fundamentado la implantación de un programa como es el del PAIMM.

CARACTERÍSTICAS DE LA INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA O REHABILITADORA PROGRAMADA POR EL PAIMM

Conforme a sus pretensiones de trabajar con todos los elementos que componen el estado de incapacidad y su atención, el programa incluye el término INTEGRAL ya que se ocupa no sólo de la atención sanitaria sino que, si procede, llega a intervenir también en la gestión de la incapacidad legal transitoria ante la misma Seguridad Social o, también, se ha previsto la posibilidad de hospitalización en un Unidad de atención específica. Así pues, se abordan una amplia gama de elementos susceptibles de contribuir a la rehabilitación u otros aspectos que hacen conveniente o necesario su incorporación, para asegurarse el llevar a término todo el conjunto del programa así como su éxito.

Tres son las líneas de actuación sobre el médico enfermo y su entorno:

- Atención médica y psicológica. Médicos y psicólogos especializados diseñan y efectúan una intervención programada para cada caso. Esta intervención puede incluir, si el caso lo requiere una hospitalización en una Unidad independiente del resto de enfermos de un Centro hospitalario, es un recurso previsto y bien incorporado. La hospitalización puede ser total o parcial: en este último caso similar a un hospital de día. De hecho estaba prevista próximamente la apertura de una Unidad específica de Hospital de Día. En el resto de casos, la atención es ambulatoria. Tanto en un caso como en otro, la atención psicológica, fundamentalmente psicoterapéutica (individual o de grupo), es un apoyo indispensable del programa rehabilitador. El psicólogo está presente tanto en la Unidad hospitalaria como en los servicios ambulatorios.

- Soporte social a la familia. Aquí se trata de efectuar una evaluación de la perturbación hallada en la familia, conforme al grado de deterioro individual del profesional, el efecto sobre el entorno o sus consecuencias sobre el resto de miembros de la unidad familiar, procediendo a prever las necesidades que proceda atender en todos los órdenes y según cada caso. Se contemplan ayudas económicas si el caso lo requiere.

- Asesoría laboral y jurídica. Se trata aquí de evaluar las consecuencias en todos los ordenes del estado apreciado en cada caso, diseñando las medidas que procede. La intervención alcanza aquí incluso, si ha lugar conforme antes señalé, la tramitación de una baja por incapacidad transitoria laboral y asesoría sobre su misma gestión.

CARACTERÍSTICAS DE LA INTERVENCIÓN DE LA CORPORACIÓN COLEGIAL

La sociedad civil tiene una serie de previsiones y servicios para todos estos casos de modo que la legalidad vigente establece asistencia y prestaciones sociales ante distintas situaciones de quebrantamiento de la salud, de necesidad o de incapacidad. La novedad y, ante todo, el interés de esta experiencia del PAIMM reside en haber previsto una intervención incorporando el ángulo o punto de vista de la profesión, con un enfoque a través de su órgano de representación en la sociedad que es su Colegio profesional correspondiente.

Así pues, el programa específico para los miembros el Colegio de Médicos de Barcelona ha previsto llevar a término una intervención terapéutica o de rehabilitación que garantiza cierta especialización para profesionales médicos. Pero, además, el diseño del programa incluye en sus previsiones un acto de mediación. Es decir, para aquellos casos que es necesario o requieren cierta vigilancia o están con severo riesgo de encontrarse con una incapacidad absoluta, se les ofrece mediante este acto de mediación la opción de un compromiso entre el médico enfermo y una representación de la institución colegial de la profesión. Si bien hay cierta coerción al proponer la firma de un contrato en los casos que medió la correspondiente denuncia, es cierto también que, de no existir ese acto de mediación, la única salida es sufrir un proceso de incapacidad profesional. Por lo tanto, el programa del PAIMM o el acto de mediación son toda una alternativa al proceso sancionador o al proceso que culmina en una declaración de incapacidad profesional.

Éstos son los elementos que configuran la intervención colegial y que dicha institución se compromete a garantizar. Son los siguientes:

Confidencialidad absoluta. El PAIMM goza de cierta autonomía dentro de los servicios colegiales y tiene previsto incluso el cambio de identificación con el fin de que desde la misma institución del Colegio esté impedido el conocimiento de qué médicos se benefician directamente del programa.

Servicios específicos: a) separados de la población general; b) específicos para atender a los médicos enfermos; c) con intervenciones médicas y psicológicas intensas y frecuentes; d) con controles analíticos periódicos de abstinencia; e) con internamientos frecuentes y prolongados si el caso lo requiere.

- Atención muy especializada de los profesionales que sostienen el programa.

- Vigilancia sobre la actividad profesional que pasa a ejercerse, cuando así procede, con seguimiento o supervisión y evaluación del ejercicio profesional del médico que ha entrado en el programa.

- Establecimiento de un contrato terapéutico entre un representante de la institución colegial, el médico terapeuta y el médico enfermo, en los casos que lo requieren. En este caso, el médico enfermo se compromete por escrito a ser un "buen" paciente.

- Obtención de la financiación pública, conforme al convenio institucional, así como de las prestaciones de servicios integrales antes descritos.

ACCESO AL PAIMM Y MOTIVACIONES

Las vías de acceso para poder beneficiarse del programa del PAIMM son tres:

- Por demanda voluntaria del mismo médico, quien solicita tratamiento individual. La demanda recibida por esta vía conforme al período estudiado (entre el 30.11.98 y el 30.04.01) ha sido del 81.4 %.

- Mediante información confidencial de familiares, colegas o superiores jerárquicos. La demanda recibida por esta vía para el mismo período es del 12.7 %.

- Mediante la queja, reclamación o denuncia formal al Colegio. La demanda recibida por esta vía, igualmente para el mismo período, es del 5.9%

A la vista de estos datos quiere decir que el establecimiento del programa ha tenido dos claros efectos:

- Podemos llamar al primero disuasorio, y que ha acontecido en quienes se han visto expuestos al riesgo, en un estado de duda, o en situación de la que no pueden salir han solicitado ayuda institucional, y que han acudido voluntariamente.

- Y otro digamos de asunción de la propia responsabilidad de los médicos con riesgo de ser declarados incapacitados o ser sancionados. En este segundo caso, los beneficiarios han encontrado una vía de atención en la que han podido confiar y verse sostenidos.

Si consideramos exclusivamente la demanda, es evidente el efecto benéfico de prevención, además del beneficio terapéutico y rehabilitador.

En cuanto a motivaciones del acceso cabe señalar que son estas tres:

- Problemas psíquicos: 51 %

- Conducta adictiva al alcohol: 31.4%

- Conducta adictiva a otras drogas: 17.6%

Si bien los diagnósticos psiquiátricos son muy variados (incluyen desde la esquizofrenia a la anorexia), no está de más subrayar que 1) el Episodio Depresivo Grave alcanza la proporción del 29.5 %; 2) el diagnóstico de Distimia alcanza un 11.4%; y 3) que el diagnóstico de Trastorno Bipolar alcanza el 9.2 %. Todo lo que hace subrayar que la mitad de los trastornos diagnosticados (el 50.1%) se encuentran en el espectro de la psicopatología afectiva o trastornos afectivos; todo lo que parece coincidir con lo que se conoce respecto a la relevancia del síndrome de estar quemado o burnout en las profesiones sanitarias; es una hipótesis que los mismos profesionales del PAIMM podrían investigar o corroborar, pero visto desde fuera parece que es una interpretación o conclusión razonable la que se apunta.

ESTIMACIONES SOBRE INDICENDENCIA DE CASOS, RESULTADOS Y EFECTIVIDAD DEL PAIMM

Según el trabajo de Arteman et al., la incidencia estimada para Cataluña conforme a la literatura científica es de un 10-12 % de la población médica en ejercicio profesional (considerando su duración a lo largo de unos 40 años de ejercicio). De esta proporción se estima que son detectables un 60%. Por lo que la previsión es unos 90 nuevos casos al año, de los que son detectables unos 54. En España se estima que puede haber unos 497 nuevos casos al año, de los que serían detectables 298 nuevos casos.

Tomando el período comprendido entre el 30.11.98 y el 30.04.01, el número de casos atendidos ha sido de 204 (el 12.3% proceden de fuera de Cataluña). El índice de hospitalización de este grupo ha sido de 45.7%, con una estancia media de 33.3 días. El 75% de la población tiene entre 36 y 55 años de edad. Hay una proporción de 7 varones sobre 3 mujeres.

Los tratamientos y atenciones similares dispensados en la población general tienen una efectividad media estimada del 66%. En la población médica atendida la efectividad media lograda alcanza el 88%. (En las estimaciones para 5 años se alcanza el 97.5%, incluyendo períodos de recaídas). Todo lo que otorga al programa una credibilidad en sus factores de éxito.

Por lo tanto, si se considera la demanda, como si se consideran los resultados obtenidos, el programa es sin duda no sólo de gran utilidad en la tarea de cuidar a la profesión y de cumplir las funciones propias del Colegio, es también indudablemente muy beneficioso para el conjunto de la población (tanto médica como general) ya que ofrece unas garantías de buena y adecuada atención en unos casos particularmente espinosos (que pueden ser muy influyentes sobre la población general); casos que, en el supuesto de no ser adecuadamente atendidos, pueden causar un gran daño y convertirse en un gran desprestigio para el conjunto de los profesionales médicos.

PARA CONCLUIR

Una vez expuesto todo lo que constituye el PAIMM, quiero añadir algunas opiniones y reflexiones a propósito del conjunto de esta iniciativa.

En primer hay que reconocer que la iniciativa merece, cuando menos, la felicitación y el apoyo. Efectivamente es una tarea pionera y ofrece alternativas a considerar, es una experiencia a seguir y a tener muy en cuenta en relación a las funciones autorreguladoras de la profesión que debe ejercer el Colegio Profesional correspondiente.

A pesar de ello, es una iniciativa que corre riesgos de fragilidad o de verse arruinada; por lo que no está de más cuidarse con respecto al riesgo de morir de éxito. Así, en la discusión que hubo en las mismas Jornadas de Barcelona se subrayó que una de las formas de hundir un programa de estas características es crear un exceso de Unidades de Hospitalización, por ej., una en cada Comunidad Autónoma: la sobrecarga económica convertiría en inviable el programa. Más razonable es crear estas Unidades conforme a estimaciones suficientemente estudiadas y fundadas de previsiones y necesidades. Por lo tanto, ante propuestas como las que presenta un programa como éste, conviene guarecerse de soluciones grandilocuentes o de soluciones más pensadas en fantasías de grandeza. Es muy importante aquí ser muy realista: la impresión que me he llevado es que el planteamiento del PAIMM es pragmático y es prudente.

En segundo lugar me parece que es de destacar el importante papel que desempeña el psicólogo en este programa con su intervención profesional, en plena colaboración con los profesionales médicos y participando de forma interdisciplinaria en la tarea rehabilitadora. La atención psicológica y el enfoque que aporta un psicólogo es indispensable para sacar adelante este programa. Lo que nos da una idea de la relevancia del papel social que ejercemos los psicólogos, la gran responsabilidad adquirida por nuestra profesión, así como la importancia de realizar nuestros cometidos de acuerdo a la alta confianza que se nos ha depositado.

En tercer lugar me parece de interés fijarse en la legitimidad de un programa de tales características.

Si consideramos que el derecho a la salud es universal para toda la población, ¿cómo justificar una provisión de servicios de salud, en ejercicio de este derecho, mediante un programa específico y separado de la población general? ¿No puede ser visto como una forma más de privilegio o de discriminación positiva? La pregunta no es sencilla de responder, al menos así formulada, pues esa misma pregunta ya contiene la respuesta.

Ahora bien, distinto a la formulación de la pregunta anterior es el punto de vista que se fija en que los Colegios Profesionales gozan de reconocimiento constitucional y la Ley les encarga la ordenación del ejercicio de las profesiones, la representación exclusiva de las mismas y la defensa de los intereses profesionales de los colegiados, punto de vista que es en el que se han ubicado los impulsores del PAIMM. Pues desde el momento que una enfermedad, un trastorno, una alteración pasa a ser una incapacidad profesional (parcial o total) o presenta el riesgo de serlo el Colegio profesional tiene el deber de anticiparse a esas situaciones y, en la medida de su competencia así como de sus posibilidades, ofrecer alternativas y servicios que permitan una satisfactoria paliación de tales estados y situaciones si está en su mano hacerlo e incluso, de ser posible, evitarlo. Es decir, conforme a este punto de vista, el derecho universal a la salud debe armonizarse con las funciones colegiales de regulación y protección del ejercicio profesional en aquellos casos en los que ambos confluyen.

Por otro lado, considero que la potestad sancionadora o reguladora de la profesión que posee el Colegio son recursos que se pueden utilizar y, en ocasiones, no parece encontrarse otra alternativa: son irrenunciables para el Colegio. Ahora bien, apoyarse exclusivamente en dicha potestad para resolver una parte significativa de los conflictos profesionales indica una pobreza y una limitación. Es decir, el programa del PAIMM evidencia que se puede llevar a cabo una política colegial de prevención de la incapacidad profesional y de prevención de la sanción colegial mediante servicios y propuestas alternativas que entran más de lleno en una tarea preventiva. Requiere una dotación de recursos, tarea también dificultada de conseguirlos; quizás, buena parte de la inteligencia aquí sea saber utilizar mejor los recursos que tenemos. En cualquier caso, es mejor prevenir que incapacitar o sancionar, y para lograrlo hay que pensar en alternativas que permitan una adecuada canalización de necesidades que aparecen desde estos puntos de vista: no hay que olvidar que conforme a la alta confianza social que se nos otorga y deposita, van a ser respectivamente la calidad, el volumen o la envergadura de los problemas que en el próximo futuro vamos a tener que afrontar y resolver.

En cuarto lugar, un programa como es el PAIMM pone a la luz la capacidad potencial (o, si se prefiere, poder) que posee una institución corporativa como es un Colegio Profesional. Lo que supone asumir unos riesgos y unos peligros.

Frente a esos riesgos considero que el PAIMM ha cuidado mucho los detalles, y creo que ese es su mejor apoyo. De hecho, ha recibido una respuesta de acogida muy favorable: los profesionales colegiados han recurrido a esa vía de forma voluntaria en una proporción nada desdeñable. Permite una apreciación de que ese camino ofrece no sólo alternativas sino también vías satisfactorias de solución.

Considero además que programas con cierta similitud como el del PAIMM van a marcar nuestro futuro en el ejercicio de las profesiones, me parece que es la consecuencia lógica o evolución normal a un desarrollo de la cultura democrática. Asimismo considero que el éxito (entendido como adecuación entre los fines previstos y las metas logradas) de un programa de tales características, en una institución como es un Colegio Profesional, va a depender mucho del desarrollo de una cultura democrática fuertemente asentada en la institución colegial.

Por lo tanto queda claro que, pese a los riesgos que presenta un programa de las características descritas, en realidad ha ofrecido vías de solución y algunas satisfacciones.

En quinto y último lugar, respecto a las funciones que desempeñamos como psicólogos y en nuestra institución colegial nos conviene estudiar y ver esta experiencia, aprender de ella e iniciar la discusión de ver que es lo que nos hace falta.

Por todo ello es lo que me ha parecido de interés transmitir acerca de esta experiencia y desde mi punto de vista. Espero que mi exposición sea un estímulo en el debate de las ideas y en los hipotéticos proyectos que se formulen en el seno de nuestro Colegio Profesional.

REFERENCIAS

Arteman, A. Bruguera, E. Casas, M. Colom, J. Gual, A. Padrós, J. El programa de atención integral al médico. Informació Psicológica (Revista Quatrimestral del Col.legi Oficial de Psicòlegs del País Valencia), Diciembre de 2001, núm. 77, págs. 22-28.

Bruguera, M. Gurí, J., Arteman, A. Grau Valldosera, J. Carbonell, J. La atención de los médicos hacia el cuidado de su propia salud. Resultados de una encuesta postal. Medicina Clínica. Sábado 27 de Octubre del 2001. Vol. 117, núm. 13, págs. 492-494.

PRIMERAS JORNADAS EUROPEAS PAIMM 2001. Barcelona, 8 y 9 de Noviembre. Materiales de trabajo.

CONCLUSIONES. PRIMERAS JORNADAS DEL PAIMM 2001. Barcelona, 9 de Noviembre.

MANIFIESTO DE BARCELONA. PRIMERAS JORNADAS DEL PAIMM 2001. Barcelona, 9 de Noviembre.

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