Papeles del Psicólogo, 2002. Vol. (81).

Francisco Santolaya Ochando

Decano del Colegio Oficial de Psicólogos

En los últimos tiempos en varios medios de comunicación se ha planteado al analizar diversos temas de variada resonancia pública, la disonancia que existe con frecuencia entre el ritmo de evolución de la sociedad y de las leyes que rigen tanto a la sociedad como a sus instituciones. Esto, que hasta cierto punto puede ser lógico en el sentido de que muchas veces se deben de legislar los cambios producidos en la sociedad únicamente cuando éstos ya están consolidados, no tiene mucha razón de ser cuando los poderes legislativos y públicos no están informados o no adecuan dichas leyes a los cambios ya establecidos.

Con estas palabras me estoy refiriendo en su sentido positivo a la sentencia dictada por el Tribunal Supremo de la Sala Segunda que ha estimado el recurso de casación, apoyado por el COP, e interpuesto por una psicóloga colegiada contra la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Granada que la condenaba por su supuesta participación en un delito de aborto. El Tribunal Supremo absuelve a la colegiada del delito por el que había sido condenada por la Audiencia Provincial y establece que la colegiada no participó ni cooperó en el mismo, sino que únicamente su intervención se limita a emitir el dictamen que le ordena el director de la clínica en la que trabajaba.

Independientemente de la opinión personal que sobre el tema del aborto cada uno de nosotros tengamos, y en la cual el Colegio no tiene nada que decir, es claro que al leer el contenido de la sentencia se pone sobre el tapete, valga la expresión, la diferencia que existe entre las funciones, tareas y actividades que cotidianamente realizamos los psicólogos (por ejemplo diagnóstico e intervención terapéutica) y desde hace años para la propia administración (por ejemplo de sanidad) y el reconocimiento que de ellas se hace a nivel legal. Creo que ya va siendo hora de que la armonía que debe de existir entre el funcionamiento social y legal sea más acorde a la realidad que vivímos día a día.Todo ello reconociendo que en este caso en concreto el Tribunal deja sentado que la Sala no puede, poner en duda en absoluto la capacidad de los psicólogos, para emitir un informe sobre la salud psíquica de una persona, aunque el sometimiento del juzgador al principio de legalidad le impone aplicar la ley vigente.

Es de valorar positivamente el esfuerzo realizado por nuestro alto Tribunal para evitar la contradicción evidente que supondría el hecho de que diariamente los Juzgados y Tribunales de toda España cuente con valoraciones periciales efectuadas por psicólogos, y que en la sentencia, finalmente modificada, se entendiese que los psicólogos no pueden valorar la existencia de una patología mental. Dada la actividad que desarrollamos los psicólogos también en otros ámbitos como es el de la Sanidad y la Salud Mental esperamos que este criterio se extienda a otros tribunales que están decidiendo sobre el futuro de la especialidad en psicología clínica en nuestra profesión.

Para terminar también deberíamos reflexionar sobre el hecho de que a veces los profesionales no respondemos a las expectativas creadas para nuestra profesión por la legalidad vigente. Me refiero al ámbito de la seguridad y salud de los trabajadores. La Prevención de los Riesgos Laborales es un campo profesional que sigue demandando aportaciones y con gran necesidad de puestos de trabajo; la participación y presencia de los psicólogos en las actividades de prevención laboral debería incrementarse, especialmente a través de la especialidad de Ergonomía y Psicosociología Aplicada, pero ¿cuántos psicólogos se han formado específicamente en ello y tienen los requisitos necesarios para poder ocupar un puesto de trabajo en este ámbito profesional?. Posiblemente muy pocos, creo que realmente valdría la pena que os informarais de este tema en vuestros colegios autonómicos. En todo caso será uno de los contenidos, que se expondrán en el Congreso que tendrá lugar en Bogotá del 21 al 27 de Julio del presente año y al cual espero vuestra asistencia.