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Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.

PAPELES DEL PSICÓLOGO
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Papeles del Psicólogo, 1985. Vol. (21).




HEMISFERIDAD CEREBRAL EN PSICOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN

TOMAS ORTIZ ALONSO

Dto. de Psicobiología . Facultad de Psicología Universidad Complutense de Madrid

Una de las cuestiones que más han centrado mi atención en los últimos años es saber si la educación que reciben nuestros niños y adolescentes es suficiente, adecuada y óptima para desarrollar las múltiples y diferentes capacidades que potencialmente se encuentran en el cerebro o si por el contrario como muy bien dice Ornstein (1977) solamente se está adecuando la educación para la utilización de la mitad de nuestro cerebro que en el caso de la cultura española estaría dirigido hacia el hemisferio izquierdo.

Otra pregunta que nos hemos hecho es la de saber si los chicos que potencialmente tengan mayores posibilidades del hemisferio derecho y que funcionalmente desarrollen una mayoría de actividades con el mismo tienen las mismas posibilidades de obtener buenos resultados escolares con el actual sistema educativo español o si por el contrario esta predominancia lateral derecha es un obstáculo en el aprovechamiento y aprendizaje escolares.

Estas preocupaciones entroncan de lleno con una pregunta ¿son suficientes los actuales programas educativos de EGB, cargados de funciones lingüísticas, aritméticas, memorísticas, etc., para desarrollar el potencial del que es capaz el cerebro del niño o adolescente? y por otro lado ¿estos programas están dirigidos a desarrollar el potencial de un solo o de ambos hemisferios cerebrales? y consecuentemente con estas dos preguntas se nos plantea una tercera ¿los niños que suspenden lo hacen debido a un déficit de tipo intelectual o se debe más bien al tipo de educación o de información que reciben y que no se encuentra adaptado al desarrollo evolutivo de su hemisfericidad cerebral?

La idea de que la capacidad mental total está desaprovechada que las capacidades, posibilidades, y funciones dependientes del hemisferio derecho están infravaloradas y poco desarrolladas en los actuales programas de EGB y que debido a este fenómeno muchos de los suspensos o dificultades escolares vienen determinados por esta carencia o déficit informativo a dicho hemisferio ha sido el origen y motor de una ambiciosa línea de investigación que actualmente estamos comenzando en España.

Por último el estudio y valoración psicológica de muchos chicos y chicas llevados a cabo durante varios años de labor profesional, como psicólogo de varios colegios de EGB, BUP y FP, me ha permitido observar como la mayoría de los chicos/as con dificultades escolares manifestaban un predominio funcional del hemisferio derecho. La valoración de las diferencias funcionales hemisféricas, subyacentes al aprendizaje escolar, está siendo objeto de una línea de investigación nuestra que pretende estudiar las relaciones CEREBRO-EDUCACION.

1. JUSTIFICACIÓN DE LA DOMINANCIA CEREBRAL

Desde que Marc Dax en 1836 expusiera su primera y única presentación científica, en la Reunión de la Sociedad Médica de Montpellier, sobre la relación existente entre los pacientes con afasias y la lesión del hemisferio izquierdo, muchos han sido los trabajos experimentales y los estudios de investigación que se han llevado a cabo para demostrar la existencia de la asimetría cerebral como base neurológica de diferentes funciones. Los hallazgos de Broca en los que demostró la localización de la articulación de la palabra en el hemisferio izquierdo fueron el motor que impulsó los estudios encaminados a la justificación de la asimetría cerebral funcional. Tanto es así, que ya en el año 1864 Jackson reconocía que gracias a las investigaciones de Dax, Broca, y otros más quedaba confirmada la bilateralización cerebral. Los posteriores trabajos de Wernicke sobre la relación entre el lenguaje y el hemisferio izquierdo contribuirían a desarrollar y afianzar cada vez más el concepto que durante muchos años viene llamándose "Dominancia Cerebral". La dominancia cerebral ha sido considerada como un fenómeno específicamente humano cuya filogenia ha permitido una evolución cada vez mayor en orden a una mejor diferenciación hemisférica en el desarrollo de las funciones y del comportamiento humano. En este sentido Gundara y Zivanovic (1968) demostraron que ya en el Austrolopitecus existía una asimetría cerebral desde la perspectiva anatómica, hecho no confirmado en animales tan cercanos al hombre como el chimpancé o el gorila. La asimetría cerebral del Austrolopitecus, Neardental o Cromagnon ha seguido un proceso evolutivo de tal forma que como muy bien apunta Rojo (1984) nuestro cerebro crece y se despliega en el tiempo lo que permite una mayor capacidad dinámica y funcional así corno una mayor y mejor diferenciación hemisférica de funciones. Numerosos trabajos de investigación (Levy, 1974, Geschwind, 1980, Kellar y Bever 1981), apoyan y defienden la línea filogenética de la asimetría cerebral.

Los neuroanatomistas también han contribuido a confirmar la asimetría cerebral. Yakovier y Rakic (1966) descubrieron6 la existencia de asimetría en la decusación de los tractos piramidales; Geschwind y Levitsky (1968) comprobaron como la cisura de Silvio era diferente en cada hemisferio; posteriormente el mismo Geschwind (1970) demostró que el área posterior de la corteza auditiva primaria era más larga en el hemisferio derecho; recientemente (Geschwind 1980) descubre que la arquitectura histológica de la corteza es diferente con mayor tamaño en el hemisferio izquierdo. También han podido comprobarse diferencias en uno u otro hemisferio en áreas secundarias y en diferentes estructuras neurológicas, corno por ejemplo, el planum temporale, polo frontal, etc., (Campain y Minkler, 1976, Rubens, 1977, Galaburda y col., 1978, ...). Todas estas asimetrías neuroanatómicas no cabe la menor duda que pueden y deben ser consideradas como datos importantes en el desarrollo de las asimetrías funcionales, aunque la dominancia cerebral funcional no tiene porque estar unida siempre a una asimetría neuroanatómica.

Estos y otros estudios llevan a los investigadores a determinar la dominancia cerebral mediante diferentes tipos de técnicas, pruebas y cuestionarios. Los resultados confirman la existencia de la lateralidad motora de pies y manos y la sensorial de vista y audición, aunque para algunos autores (Porac Y col, 1980,1981) la lateralidad sensorial no parece estar vinculada a la asimetría hemisférica.

Por último los estudios de Kimura (1961, 1966, 1967, 1969 y 1973) sobre la preferencia auditiva o visual, los de Ellis y Shepherd (1975) en el reconocimiento de caras, los de White (1971) sobre orientación de líneas, los de Ardila (1979) sobre la diferenciación de objetos tridimensionales, los de Kinsbourne (1973) sobre patrones espaciales, Broca, Wernicke sobre el lenguaje y Hecaen, Martín (1978) sobre afasias y más recientemente los de Borod (1983), Allen (1983), Bradshaw y Nettleton (1983), Raymond y col (1984), Pelamatti (1984), Almaguer (1984) y los de otros muchos como veremos a continuación nos confirman y justifican sobradamente la Dominancia Cerebral de los seres humanos, es más, intentan demostrar la especialización funcional de cada uno de los hemisferios cerebrales.

2. JUSTIFICACIÓN DE LA LATERALIZACIÓN DE FUNCIONES

A Partir del reconocimiento científico del concepto de asimetría cerebral o Dominancia cerebral, numerosos y diversos han sido los trabajos de investigación, las técnicas metodológicas, estudios que sobre este campo se han desarrollado. Los avances son cada día mayores, puesto que los investigadores no sólo se plantean la dominancia cerebral para ciertas funciones sino que el problema a investigar es la especialización funcional de cada hemisferio.

El investigador de este campo persigue no ya la dominancia cerebral dé funciones sensitivo-perceptivas o motoras, sino que se trata de buscar la incidencia y determinación de la lateralidad cerebral en el comportamiento humano. En esta línea nos movemos nosotros al presentar este documento que intenta demostrar la importancia de la dominancia cerebral en el campo de la educación.

Los diferentes trabajos de investigación que sobre este campo se han realizado, son muchísimos por lo que trataremos de exponer aquellos que tengan una mayor relación con la "Dominancia Cerebral, y su repercusión en la Educación".

Una de las primeras funciones estudiadas, puesto que la Dominancia Cerebral como hemos visto nació con ella, me estoy refiriendo lógicamente a los estudios de Dax, Broca y Wernicke, ha sido sobre el lenguaje. La Dominancia Cerebral para el lenguaje tanto en sujetos diestros como en zurdos ha sido estudiada por numerosos investigadores (Luria, 1974, Subirana, 1969, Hecaen y Albert, 1978, Satz, 1980, Espir y Rose, 1983, Geschwind, 1979, Rasmussen y Miiner, 1977, Milner, Branch y Rasmussen, 1964, Peña Casanova, 1984, Raymond y col., 1984, Gazzaniga, 1970, Gazzaniga y Hiligard, 1971, Zaidel, 1975). Las investigaciones llegan a la conclusión de que el control del habla tiene su sede en el hemisferio izquierdo en la mayoría de los sujetos. El resto de las capacidades del lenguaje también han sido objeto de varias investigaciones, así pues en los aspectos gramaticales se comprueban diferencias hemisféricas, sobre todo en los verbos, que vienen codificados por el hemisferio izquierdo, mientras que para los sustantivos el hemisferio derecho muestra buena comprensión, siempre que no haya que responder verbalmente. Este hecho parece deberse a que los verbos son estímulos lingüísticos más complejos y la capacidad del hemisferio derecho es más limitada en sus habilidades lingüísticas. Un trabajo bastante reciente de Zaidel confirmó el enfoque de que el hemisferio derecho pierde sus facultades para leer aunque las dificultades no están en la línea de distinción sustantivo-verbo, puesto que si se le deja tiempo el hemisferio derecho puede procesar bien al igual que el izquierdo, el verbo, sin embargo, tiene dificultad en la captación de verbos en pasado y futuro así como en activo y pasivo, aunque últimamente Brow (1983) dice que se debe al sistema de procesamiento de la información de tal forma que el hemisferio derecho procesa mejor en los estadios iniciales del procesamiento mientras que el izquierdo en los finales. La Dominancia Cerebral también ha sido objeto de investigaciones sobre las funciones video-espaciales, tanto que parece reconocido que en la de los procesos video-espaciales tiene más capacidad el hemisferio derecho que el izquierdo.

Los estudios de Alberca confirman que en el hemisferio derecho se orientan funciones tales como la integración figura- fondo, percepción del espacio.

A medida que avanza la investigación, los investigadores pasan de analizar la lateralización cerebral en tareas (verbales, espaciales y motoras ...) para pasar a analizar las estrategias y maneras de manejar el cerebro dicha información. De este tipo de estudios se concluye que el hemisferio izquierdo está especializado en funciones del lenguaje como consecuencia de su capacidad analítica de la cual el lenguaje es una de sus mejores expresiones, mientras que la capacidad video espacial basada en el hemisferio derecho deriva de la forma sintética de manejar la información dicho hemisferio. De este tipo de análisis Levy (1974) concluye que la estrategia del hemisferio izquierdo para manejar la información es analítica y conceptual, en cambio el hemisferio derecho procesa la información en forma directa.

Los estudios sobre el campo visual han sido objeto de interesantes investigaciones que tienen importancia en la educación y rendimiento escolar.

Los trabajos de Kimura (1969) demuestran que los sujetos recuerdan mejor la ubicación de puntos dibujados sobre una carta cuando el material se presenta inicialmente al hemisferio derecho. La conclusión de los diferentes estudios es que el hemisferio derecho capta mejor el procesamiento de estímulos video-espaciales en cambio el hemisferio izquierdo estímulos verbales.

La asimetría auditiva también ha sido objeto de estudio por diversos investigadores entre los que cabe distinguir Kimura, los resultados confirman una ventaja del hemisferio derecho, cuando la información se presenta de forma dicótica, sin embargo se ha comprobado que los números y palabras se procesaban mejor en el hemisferio izquierdo.

Respecto al tipo de material (verbal o no verbal) también se han hecho numerosos estudios llegándose a la conclusión que el hemisferio izquierdo procesa mejor la información verbal mientras que el hemisferio derecho está más capacitado para el procesamiento de la información no verbal (Lieberman, 1974). Diferentes aptitudes humanas también han sido objeto de estudios como por ejemplo la música que se lleva a cabo en el hemisferio derecho debido a que no requiere un procesamiento lingüístico (Gates, Bradshaw, 1977).

Si hiciéramos una especie de resumen de las diferentes funciones adscritas a uno u otro hemisferio nos encontraríamos con el siguiente cuadro:

Hemisferio izquierdo

Hemisferio derecho

1) Verbal
2) Lingüístico
3) Analítico
4) Lógico
5) Secuencial
6) Digital
7) Temporal
8) Voluntario
9) Racional
10) Abstracto
11) Planificador
12) Objetivo
14) Realista
14) Deductivo
15) Convergente

1) No Verbal
2) Video-especial
3) Sintético
4) Aposicional
5) Holístico
6) Automático
7) Intuitivo
8) Simultáneo
9) Espacial
10) Analógico
11) Manipulativo
12) Subjetivo
13) Impulsivo
14) Imaginativo
15) Divergente

De esta breve y rápida revisión queda patente la lateralización de determinadas funciones y la importancia de las mismas, a nuestro juicio en el campo de la Educación.

Antes de acabar este apartado quisiéramos dejar constancia de la problemática que plantea el niño zurdo debido a su posible incidencia en la determinación de muchos fracasos escolares corno consecuencia de la lateralización de funciones, algunas inversas a las producidas por el niño diestro, el trabajo de Levy (1969) sobre tareas lingüísticas y video-espaciales con jóvenes diestros y zurdos mediante la aplicación del Wais, sería un exponente básico de la importancia y atención que merece el niño zurdo en la educación y aprendizaje escolar.

Por último dejaremos constancia, de la importancia que va a tener en la dominancia cerebral y rendimiento escolar la variable sexo, dado que se ha comprobado que los varones son más seguros y rápidos en tareas de formas, mientras que las hembras realizan mejor tareas de sonidos (Coltheart, Hull, Slater, 1975), también se ha comprobado que las mujeres son superiores a los hombres en habilidades que requieren el uso del lenguaje, mientras que los hombres son superiores en tareas de naturaleza espacial (Maccoby y Jackein, 1974), lo que nos permite implicarlo como una variable más a estudiar y analizar.

3. JUSTIFICACIÓN DE LA DOMINANCIA CEREBRAL EN PSICOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN

Cada día aparecen más y más estudios que tratan de demostrar la importancia de la Dominancia Cerebral en la Educación. Numerosos autores han llegado a la conclusión de que en nuestra sociedad occidental se está educando de forma parcial y deficiente desde el punto de vista de la asimetría cerebral, favoreciendo las posibilidades de desarrollo del hemisferio izquierdo. En este sentido Prince (1978) dice que debido a que actuamos en un mundo que parece secuencial y porque el pensamiento lógico del hemisferio izquierdo es tan cuidado en nuestra cultura, gradualmente nos desalentamos y descuidarnos las percepciones de nuestro hemisferio derecho. No es que dejemos de usarlo completamente; sólo se transforma en menos y menos disponible para nosotros debido a los patrones establecidos, según Bogen (1975) la sociedad ha sobreestimado la proposicionalidad (según Jackson correspondería con la Dominancia del hemisferio izquierdo en el lenguaje, escritura, cálculo y tareas vinculantes) a expensas de la aposicionalidad (correspondería a la información procesada por el hemisferio derecho). La idea de que la mitad de nuestra capacidad mental es desaprovechada y concretamente la mitad derecha ha ido cada día cobrando más fuerza y ha sido objeto de numerosas publicaciones. Uno de los psicólogos que con más fuerza ha defendido dicha idea ha sido Ornstein (1977) quien llega a postular que los occidentales han estado usando sólo la mitad de sus cerebros y por lo tanto la mitad de su capacidad mental. Lo que no cabe la menor duda es que nuestra sociedad dedica mucho más tiempo, esfuerzo y medios para posibilitar un buen desarrollo del hemisferio izquierdo a expensas del hemisferio derecho, baste pensar en la importancia dada en nuestras escuelas al lenguaje, matemáticas, pensamiento lógico, tecnología, etc., y el poco tiempo dedicado a lo manipulativo, creativo, intuitivo, artístico, etc, etc. La idea, pues, de estilos cognitivos asociados a las funciones hemisféricas tiene cada día más aceptación entre los investigadores, en este sentido Ornstein (1978) llega a decir que todo el conocimiento no puede expresarse con palabras a pesar de que nuestra educación está basada casi exclusivamente en formas escritas o habladas..., sin embargo el artista, el bailarín, el místico han aprendido a desarrollar la parte no verbal de la inteligencia.

En cuanto a las características diferenciales de cada uno de ellos, Ornstein (1972), propone como funciones propias del hemisferio izquierdo: el procesamiento de la información con material verbal, analítico, abstracto, temporal y digital. Galin (1976), por su parte asigna al hemisferio izquierdo la ejecución de las tareas semánticas (verbal) y simbólicas (matemáticas, cálculo), que requieren una forma de procesamiento de la información en forma secuencial y analítica.

De acuerdo con este autor, el hemisferio derecho se caracteriza por una forma de procesamiento de la información simultáneo, total, próximo a la gestalt, intuitivo, que permite unos modelos de percepción general en las tareas de relaciones espaciales y figurativas. Se especializa en una forma de procesamiento no lineal y globalizante, con gran heterogeneidad de variables de diferentes niveles de información. Desempeña primordialmente las funciones de contenido no-verbal, concreto, espacial, analógico, emocional y estético.

Los últimos avances en el conocimiento del funcionamiento cerebral en los procesos de información, han permitido perfilar qué tipo de actividades y cometidos desempeña cada hemisferio. Sabemos que ambos procesan la información llegada de forma diferente, determinando en el sujeto que presenta un tipo de dominancia cerebral (izquierda, derecha, o integrada) unos patrones de aprendizaje característicos.

Sin embargo y a pesar de lo expuesto anteriormente tenemos que tener presente que es difícil establecer dónde acaba la acción de cada hemisferio, dado que ambos se complementan, modulan, potencian e intercambian información constantemente. Cada hemisferio es capaz de buscar un modo de estructurar las tareas cognitivas, teniendo en cuenta al opuesto, así corno las dificultades o capacidades de ambos. Atendiendo a esta problemática Sperry (1968) propuso las siguientes observaciones:

1.- El hemisferio izquierdo procesa en forma secuencial, analizando toda la información en forma secuencial, incluida la visual.

2.- Se ha comprobado que tras la desconexión de ambos hemisferios que supone el aislamiento de los centros del lenguaje, localizados en el hemisferio izquierdo (H1), al cabo de un tiempo, el hemisferio derecho (HD) asume funciones lingüísticas.

3.- La información se transmitió, entre ambos hemisferios, por caminos distintos de los que fueron cortados (cuerpo calloso)

4.- El HD puede comprender lenguaje concreto, aunque no pueda comprender formas gramaticales o estructuras verbales. Según Zaidel, sin embargo, el HD sería capaz, como el HI de manejar verbos, cuando se le da suficiente tiempo para realizar este proceso. El HI parece superior en comprender lenguaje y expresión, y el HD, parece superior para visión visoespacial.

No obstante lo dicho la abundancia de estudios experimentales sobre la dominancia cerebral y diferentes funciones, facultades, aptitudes, capacidades y tareas escolares avalan y determinan la importancia de la hemisfericidad cerebral en el estudio, desarrollo y aprendizajes escolares así como en el sistema de información, contenido, programas y acción educativa en general.

Si tenemos en cuenta el campo aptitudinal comprobaremos que las aptitudes, objeto de numerosos trabajos de investigación españoles y extranjeros, han sido relacionados con las tareas y rendimientos escolares (Lavin, 1965, Comier y Kleves, 1973, Purves, 1973, Jensen, 1973, Cronbach y Snow, 1975, Prieto, 1982, 1984).

De entre los múltiples modelos existentes el de Inteligencia Fluida y Cristalizada, formulado inicialmente por Cattell (1971 ) y desarrollado posteriormente por Horn, 1978, Stankov, (1981) y en nuestro país por Prieto, (1982), además de ser el modelo elegido por nosotros en nuestra investigación permite valorar adecuadamente las relaciones entre las aptitudes y la hemisfericidad cerebral.

El análisis factorial de amplias baterías de las aptitudes primarias ha permitido extraer dos amplios factores de segundo orden que involucran los procesos de percibir relaciones, deducir correlatos, razonar, abstraer, captar conceptos y resolver problemas. Uno de estos factores es la Inteligencia Fluida que se manifiesta en tareas que exigen agilidad mental sin que se tenga que recurrir a estrategias o conocimientos adquiridos mediante la educación o la cultura. El segundo la Inteligencia Cristalizada aparece en tareas cuyo contenido u operaciones están ligadas a temas aprendidos por la educación o cultura.

Horn y Cattell (1967) han valorado los hallazgos relativos a Inteligencia Fluida y Cristalizada en diferentes edades. Trabajos más recientes (Undheim, 1976, Stankov, 1978) con sujetos de edades escolares han puesto de relieve los nexos de este modelo con otras áreas del comportamiento inteligente utilizando nuevas pruebas de tipo visual y auditivo.

En el momento actual es posible estudiar las actitudes humanas mediante pruebas de tipo visual-auditivo que no han tenido especial desarrollo en nuestro país. Tienen la ventaja de estar relativamente exentas de sesgos culturales y permiten abordar al sujeto en un contexto afín al mundo que le rodea (lleno de información visual y auditiva).

En este nuevo marco de referencia se han identificado además de la Inteligencia Fluida y Cristalizada, la Inteligencia general Visualizada y la Inteligencia General Auditiva; la primera implica procesos de percepción visual tales como la manera como cambian los objetos al desplazarse, retener in mente configuraciones visuales mientras que la segunda involucro el reconocimiento de palabras presentadas oralmente con algún tipo de interferencias, mantener el tiempo y reconocer cambios en patrones rítmicos, captar y retener mentalmente el orden de presentación de tonos y reconocer cambios que puedan darse en su presentación, etc.

La utilización de pruebas auditivas presenta además dirigir el sonido alternativamente a uno u otro oído o a ambos a la vez, abordando de lleno el tema de la lateralización cerebral.

La utilización de pruebas audio-visuales y táctiles así como el procedimiento dicótico o lateralizado de las mismas en relación con el campo educacional y aptitudinal nos acerca a una nueva metodología que nos permite afrontar la importancia que tiene el desarrollo cerebral y su proceso de lateralización en el rendimiento escolar de los niños y jóvenes adolescentes.

Otra área importante en el período educacional y escolar susceptible de análisis neuropsicológico desde un enfoque de hemisfericidad cerebral es la que viene determinada por los estilos cognitivos. Desde que allá por los años 60 un neurocirujano, Joseph E. Bogen, se interesara por los problemas e implicaciones educativos e intelectuales asociados a la diferenciación hemisférica numerosos han sido los enfoques y teorías que han tratado de ubicar diferentes formas de pensar, razonar o procesar a uno u otro hemisferio. El mismo Bogen nos dice que solemos emplear dos tipos distintos de inteligencia o modos de conocer lo que expresado con un vocabulario más moderno sería algo así como dos diferentes pautas aplicadas en el procesamiento de los datos que llegan al cerebro... Lo que diferencia un hemisferio del otro no es tanto ciertas características especiales del material en juego (por ejemplo, palabras en el H.I. y rostros en el H.D.), sino el modo como dicho material es elaborado (Bogen, 1982).

Al margen de las diferentes posturas que sobre este tema se han dado y que han llevado por un lado a identificar el H.I. con: verbal, secuencial, temporal, digital, lógico, analítico, racional y de pensamiento occidental y el H.D. con: no verbal, video-espacial, simultáneo, analógico, espacial, gestáltico, sintético, intuitivo y de pensamiento oriental (Springer y Deustch, 1984) una de las teorías que más auge han tenido sobre el estilo cognitivo ha sido la de Witkin y colaboradores sobre la Dependencia-independencia de Campo. Según Goodenough y Witkin (1977) el estilo cognitivo independiente podría definirse como la tendencia a contar primariamente con las propias referencias internas en el procesamiento de la información mientras que el estilo cognitivo dependiente vendría determinado por la tendencia a otorgar mayor importancia a las referencias externas. En nuestro país existe un grupo de investigación que viene trabajando sobre las relaciones existentes en la diferenciación hemisférica y estilos cognitivos encabezado por la Dra. Fernández Ballesteros (1981, 1982), quienes han aportado datos que ofrecen alternativas importantes en las relaciones entre hemisfericidad cerebral y procesos educativos y cognitivos.
Ver Gráfica 1.

El lenguaje es otra de las funciones más importantes en la etapa escolar, por no decir la más importante, susceptible de ser valorada y evaluada neuropsicológicamente y con un enfoque de hemisfericidad cerebral y no por cierto desde una visión monohemisférica o más concretamente del HI sino que, y dadas las implicaciones tan amplias que tiene en diversos tipos de capacidades y aptitudes escolares, podemos afirmar con Pérez (1979) que el lenguaje escapa a la exclusividad monohemisférica para situarse de lleno en una cuestión de heterodominancia, sobre todo por sus aspectos madurativos y emotivos. En este sentido Dennis (1980) si bien ubica las relaciones sintácticas en el HI, no deja de reconocer la importancia del HD en las estructuras y significación conceptual general del lenguaje. Por otro lado Young (1983) adscribe el sentido global de la comunicación expresado en términos situacionales, ambientales y emocionales al HD. Los trabajos de Kinsbourne, Gazzaniga y Hylliard, Gordon, Cohn y otros más también confirman la participación del HD en el lenguaje, aunque la importancia y sede principal de las funciones verbales para estos y la mayoría de los investigadores en este campo reside en el HI.

Si analizamos el lenguaje desde la perspectiva escolar y sobre todo desde la importancia que va a tener en el aprendizaje encontraremos que muchas capacidades y aprendizajes que se dan en la escuela, como cálculo, escritura, lectura, etc., se encuentran unidos a la esfera del lenguaje y que dichas capacidades son susceptibles de un análisis neuropsicológico desde un enfoque de lateralización cerebral. De hecho si analizamos las diferentes capacidades y funciones neuropsicológicas relacionadas con el lenguaje comprobamos que se procesan a nivel del HI como pueden ser el reconocimiento visual verbal (lóbulo occipital), la actividad creativa literaria y escritura (lóbulo frontal), cálculo y lectura (lóbulos temporooccipital), memoria verbal (lóbulo temporal) (Monedero, 1984). Recientes estudios como veremos más adelante demuestran la importancia del estudio, análisis, y diagnóstico de las funciones escolares y principalmente las relacionadas con el lenguaje desde una perspectiva de hemisfericidad cerebral.

McBratney (1983), llevó a cabo un estudio en el que se contrastaron las puntuaciones logradas en las subescalas de lectura, lenguaje y dictado, del test CTBS, por niños que recibieron instrucción orientada a potenciar las actividades del HD, y un grupo control que no la recibió.

Los resultados mostraron puntuaciones más altas en lenguaje en los estudiantes que recibieron patrones educativos orientados hacia las funciones propias del HD, estos sujetos también puntuaron más alto, en las otras subescalas como en la puntuación global del test, sin embargo, no se pudo comprobar estadísticamente que los resultados se debieran a dicho entrenamiento.

Fanning (1983), trató de controlar las siguientes variables: (1) logros en lectura, (2) nivel de lectura, (3) C.I., (4) sexo, (5) habilidad manual (mano preferida en la ejecución de tareas), (6) hemisferio dominante, mediante la aplicación del test de Torrance y McCarthy "Your style of Learning and Thinking". Las conclusiones fueron las siguientes:

1.- Se encontró una correlación significativa entre el hemisferio dominante y el nivel de lectura en 4º grado, y no fue significativalacorrelaciónenlosgrados5º y 6º.

En 4º y 5º curso, las mejores puntuaciones se daban en sujetos con dominancia hemisférica derecha, siendo los resultados opuestos para el 6º curso.

2.- La correlación entre la dominancia hemisférica y C.I. fue significativa en 4º y 6º, y no significativa en 5º.

3.- También fue hallada una correlación significativa entre sexo y tipo de dominancia, en los tres niveles (izquierda, derecha e integrada). Los varones presentaron dominancia cerebral izquierda, predominantemente, mientras las mujeres mostraron preferentemente el tipo de dominancia integrada.

Recientes estudios llevados a cabo en este campo demuestran la importancia de la dominancia cerebral en diferentes capacidades, tareas, aprendizajes y resultados escolares, lo que nos permite confirmar la importancia del diagnóstico neuropsicológico en la determinación y análisis de las diferentes funciones implícitas en el desarrollo y aprendizaje de las diferentes tareas escolares. Dentro de esta línea Miller (1981), analizó la influencia de la dominancia cerebral integrada en los logros académicos y la ejecución de los tests de inteligencia en la escuela elemental (de 2º a 6º grado), llegando a las siguientes conclusiones:

1. los efectos de la dominancia cerebral integrada por sí solos no fueron significativos, por lo que respecta a logros académicos.

2. Los efectos de la dominancia integrada en la temprana adolescencia no fueron completamente realizados, cuando se presentaron grandes demandas de realización personal.

Este estudio se replicó incorporando grupos con trastornos de aprendizaje, delincuentes y trastornos psicopatológicos normales y severos. Se revelaron diferencias significativas en relación a la dominancia hemisférica.

Cady (1983), comparó los estilos de aprendizaje según el hemisferio dominante entre estudiantes medios, superiores, y muy superiores en los grados 5º al 12º.

Se comprobó que entre otras variables (sexo, grado y edad), la más significativa fue la utilización preferente del HD, encontrándose que los estudiantes de mediano éxito utilizaban preferentemente el HI, mientras que los superiores y muy superiores presentaban una dominancia del HD.

En cuanto a los patrones de aprendizaje que configuran cada tipo de dominancia, se encontró que los estudiantes con dominancia izquierda prefirieron diseños más formales, mayor estructuración y mostraron necesidad de ausencia de estímulos ajenos a las tareas propiamente a realizar. Los estudiantes con dominancia derecha mostraron necesidad de poca estructuración, así como menor cantidad de motivación, al tiempo que presentaban mayor facilidad para aislarse o integrar los estímulos ambientales.

Riley (1981) investigó las relaciones entre el tipo de dominancia cerebral y el puesto alcanzado en las pruebas de admisión en una escuela.

La correlación entre dominancia cerebral y lugar de orden alcanzado en las pruebas no fue significativa. Sí, en cambio, entre dominancia cerebral y edad, así como el puesto en la ejecución entre varones y niñas, dentro de las categorías de cada hemisferio.

A otro nivel, se trató de comprobar la influencia de la dominancia hemisférica de los profesores, contrastándola con el nivel de aprendizaje alcanzado por los alumnos. Goodrich (1981), encontró los siguientes datos:

1. Los profesores con dominancia cerebral derecha obtuvieron un bajo éxito en la tarea de enseñanza de una estructura fonética.

2. Los niños con bajo CI parecen mejorar con profesores de dominancia derecha, por la aproximación total, espacial y analógica que éstos pueden efectuar con mayor facilidad.

3. Los niños con bajo nivel socioeconómico parecen necesitar la estructuración que pueden brindar profesores de dominancia izquierda.

4. La dominancia izquierda de los profesores parece tener efecto en la adquisición de la lectura en niños con un Cl medio o alto.

Roszkowski, Snelbecker y Sacks (1983) trataron de comprobar si el ambidextrismo y la zurdera, observados como más frecuentes entre niños que presentaban alguna forma de retraso mental, correspondían a patrones de dominancia cerebral. Para ello contrastó los resultados con un grupo de niños normales. Los resultados mostraron que aunque el uso de la mano izquierda es más frecuente entre retrasados mentales rehabilitabas, sus patrones cerebrales en la organización de distintas tareas es similar al de las personas normales, en términos de autoinformación.

Recientes estudios llevados a cabo por nosotros (Pérez y Ortiz, 1982, 1984) con chicos y chicas inadaptados a nivel escolar y social nos llevan a la conclusión de una predominancia funcional del HD sobre el HI. Los estudios fueron llevados a cabo mediante la aplicación de pruebas tan importantes en las tareas escolares de cualquier psicólogo que trabaje en este campo como son el WAIS y el WISC, cuyas relaciones con la hemisfericidad cerebral podemos comprobar en el gráfico 2 (Pérez y Ortiz, 1982).

Los resultados parecen confirmar déficits neuropsicológicos importantes en funciones procesadas por el HI que al mismo tiempo están correlacionados con dificultades de aprendizaje, así como con frecuentes fracasos escolares, rendimientos muy bajos con abandono temprano de la escuela. Desde nuestra perspectiva la falta de una adecuada organización neurofuncional, así como los déficits de determinadas funciones subyacentes al HII justificarían las dificultades de estos chicos/as en los aprendizajes escolares.

Por otro lado, la estrecha relación del HD con el cerebro interno, responsable de la esfera afectivo-emotiva, muy desarrollada y activada en este tipo de chicos, va a ser responsable de la inadaptación social y escolar que manifiestan los mismos. En última instancia, pues, justificaríamos el fracaso escolar de estos chicos/as en función de que la información recibida en la escuela está más en función de las capacidades y funciones del HI que en las del HD, más actividado neurofuncionalmente y con mejor capacidad de respuesta en dichos sujetos. Esto nos conduce en última instancia a un estudio más detallado y sobre todo más centrado en los aspectos neuropsicológicos del fracaso escolar de nuestros niños, adolescentes y jóvenes de edades escolares.

Por último la importancia neuropsicológica y concretamente el enfoque de hemisfericidad cerebral que venimos defendiendo en el presente artículo va a ser objeto de estudio principalmente en las dificultades de aprendizaje, retrasos o bajos rendimientos escolares, en las que las funciones neuropsicológicas y el sistema nervioso central en general juegan un papel importante, pues como muy bien dice Monedero (1984) las dificultades de aprendizaje no son ni más ni menos que una expresión del estado funcional del sistema nervioso y las distintas funciones subyacentes al aprendizaje escolar encuentran su fundamento en la actividad cerebral.

Si, hacemos un breve análisis de las dificultades de aprendizajes escolares y más concretamente de las alteraciones funcionales subyacentes, como son las dislexias, disgrafias, discalculias, etcétera, así como de los fracasos escolares y bajos rendimientos académicos comprobaremos que no sólo son objeto de un estudio neuropsicológico, sino también de un enfoque de hemisfericidad cerebral.

El estudio de las diferentes alteraciones neurofuncionales, afasias, alexias, agrafias, acalculias, etcétera en pacientes con lesiones cerebrales, base de las alteraciones funcionales escolares anunciadas anteriormente, demuestran cómo puede verse en la gráfica 3 la importancia hemisférica, y concretamente del hemisferio izquierdo, cuyas bases neuroanatómicas, según los trabajos de Hecaen (1978), Benton (1971), Luria (1977), Pérez (1979) y otros más podríamos localizarlas en lesiones frontales, y las afasias, en lesiones temporooccipitales las acalculias, en lesiones occipitofrontales las alexias y, por último, en lesiones frontoparietales las agrafias.
Ver Gráfica 3.

A la vista de esto no nos cabe la menor duda que las distintas alteraciones escolares, como pueden ser la dislexia, discalculia, disgrafia, etcétera, que implican cada una de ellas no sólo un conjunto de funciones neuropsicológicas alteradas, sino también determinadas conductas y comportamientos son susceptibles de finos estudios y diagnósticos neuropsicológicos, así como de un enfoque de hemisfericidad cerebral.

La valoración global de los trabajos y documentos expuestos, así como de la última bibliografía recogida al respecto nos permiten afirmar el enfoque neuropsicológico en el campo educacional no sólo para aquellos chicos/as que tienen problemas neurológicos o patologías corticales o incluso dificultades serias de aprendizaje, sino también para los que manifiestan ciertas dificultades, fracasos o rendimientos escolares bajos y, sobre todo, para el análisis de las distintas funciones neuropsicológicas no deterioradas de cualquier escolar que permiten una orientación más adecuada a su capacidad neuroevolutiva normal. Sin embargo, en el presente artículo hemos querido dejar constancia no sólo de la necesidad de un enfoque neuropsicológico de las distintas funciones y alteraciones que se manejan en el campo educacional, sino también y sobre todo de la especialización hemisférica y su incidencia y determinación de dichas funciones.

La labor profesional del psicopedagogo tiene que acudir necesariamente, a la vista de los nuevos avances e investigaciones, a las técnicas y planteamientos que le ofrece la reciente ciencia interdisciplinar, la Neuropsicología. Por lo tanto, si queremos ser rigurosos, serios y científicos en nuestro trabajo profesional en el campo de la educación tendremos que acudir a esta ciencia que nos va a permitir un nuevo diagnóstico y orientación y reeducación psicopedagógica que pasa necesariamente por un enfoque neuropsicológico.

4. IMPLICACIONES PRACTICAS

El enfoque neuropsicológico y más concretamente de hemisfericidad cerebral del campo educativo implica una serie de cuestiones de tipo práctico que repercuten directamente en el quehacer profesional y en el sistema educativo y reeducativo de los chicos/as en edades escolares.

Sin querer caer en cuestiones de tipo práctico o en ejemplos concretos que desvirtuarían el enfoque del presente artículo, sí quisiéramos dejar constancia aunque muy someramente y de modo muy general de las implicaciones profesionales que se pueden derivar de la aplicación de las técnicas, conceptos y teorías neuropsicológicas en el campo educacional.

Siguiendo, pues, esta línea, cuatro serían a nuestro juicio las áreas en las que el psicopedagogo modificaría su labor profesional:

1.El diagnóstico

El diagnóstico e interpretación de los diferentes tests y pruebas estaría no solamente en función de la perspectiva psicológica, sino también de la neuropsicológica. Las diferentes capacidades y funciones escolares, leer, escribir, calcular, razonar, memorizar, etcétera, no sólo se pueden considerar como funciones psicológicas, sino que dependen de la actividad del SNC. Tanto las funciones descritas como los déficits escolares van a depender en última instancia de la actividad y dinámica del SNC y en el caso de niños muy pequeños del proceso neuroevolutivo. La implicación de los lóbulos occipitales en los procesos preceptivos, o de los frontales en los procesos de razonamiento o motores, así corno la participación del HD en las tareas manipulativas y del HI en las verbales nos, dará idea de las implicaciones neurológicas en la interpretación del diagnóstico psicopedagógico.

Por otro lado, el enfoque del diagnóstico y de su interpretación va a estar en función de las diferentes funciones, valga la redundancia, que van a estar implícitas en una determinada conducta, empezando desde las más simples hasta llegar a las más complejas. La interpretación neuropsicológica permite analizar y conocer cada una de las funciones implicadas en un determinado tipo de aprendizaje o de conducta o cada uno de los déficits funcionales que determinan una conducta patológica o un aprendizaje inadecuado, lo que nos permite realizar un diagnóstico preciso, concreto en cuanto a las funciones a analizar y operativo en cuanto a la orientación o tipo de reeducación a llevar a cabo.

Por último el diagnóstico nos permitirá relacionar las diferentes funciones o déficits neurofuncionales de una determinada conducta o aprendizaje con déficits instrumentales, ambientales, como muy bien apunta Monedero (1984) los déficits instrumentales son la expresión del estado funcional del Sistema Nervioso; lo que nos permitirá un mayor acercamiento a las posibles causas de dicha conducta o aprendizaje escolar.

2. Orientación o reeducación

La orientación estará en función de las diferentes funciones analizadas o de los déficits neurofuncionales encontrados, lo que permite llevar a cabo una orientación muy concreta y definida no solamente sobre conductas específicas, sino incluso sobre aspectos muy concretos de dichas conductas. Si el diagnóstico exige una reeducación, ésta estará dirigida a aspectos o déficits muy concretos de la conducta o aprendizaje alterado y dado que el análisis neuropsicológico parte de conductas muy simples hasta llegar a las más complejas, y que por otro lado podemos acercarnos mucho a los déficits instrumentales causantes de dicha conducta, todo esto permitirá orientar la reeducación hacia aspectos muy concretos y cada vez más complejos progresivamente, lo que en última instancia permitirá una mejor evaluación de los resultados, así como una mejor reciclaje en el proceso terapéutico o reeducativo general del chico/a con problemas escolares.

3. Programas de estudio y actividades académicas

El enfoque neuropsicológico en el campo educacional ofrece a los programas de enseñanza un criterio científico y una progresividad en la adquisición de conocimientos en base al desarrollo neuroevolutivo general del niño/a y en base a la pauta de maduración específica de cada sujeto en particular, esto permite por un lado elaborar programas generales en base al desarrollo neurológico de una persona normal y por otro desarrollar programas específicos en base a las distintas pautas específicas e individuales de maduración de uno o varios grupos de niños/as con características similares.

Por otro lado esta, perspectiva permite valorar y adecuar determinadas actividades académicas que pueden actuar sinérgicamente o potenciar determinadas funciones deterioradas del sujeto, así por ejemplo se pueden potenciar las habilidades verbales de los escolares con dificultades de aprendizaje utilizando material visual o instrucciones dadas mediante imágenes como hicieron Guyer y Friedman (1975).

También tiene importancia este enfoque en el tipo de información que reciben los escolares (visual, auditiva, tactil, etcétera), así como la forma, en el espacio y en el tiempo, en la que reciben los alumnos dicha información.

Por último se pueden elaborar determinados programas en orden a desarrollar determinadas funciones neuropsicológicas o a un mayor aumento de la capacidad o actividad del HD o del HI con lo que podemos orientar de una manera precisa y diferenciada la educación de nuestros escolares

4. Nuevo sistema de técnicas evaluativas

Un último aspecto que incide en la labor profesional atendiendo al enfoque neuropsicológico viene determinado por el tipo de pruebas, así como la interpretación de las mismas. Si bien para muchas de las funciones a analizar pueden valer las pruebas clásicas, como el WISC, a las que solamente tenemos que adaptar una interpretación neuropsicológica, lo mejor es elegir una batería neuropsicológica que te permita por un lado analizar las diferentes funciones aisladas entre sí y a la vez relacionadas dentro de la batería misma, lo que favorece un enfoque holístico a la vez que parcial de las funciones neuropsicológicas.

Existen varias baterías neuropsicológicas para niños entre las más importantes podemos citar:

1. Batería neuropsicológica de Halstead-Reitan para niños.

2. Batería neuropsicológica de Rourke.

3. Batería neuropsicológica de Monedero.

4. Batería neuropsicológica Luria-Nebraska para niños.

5. Test discriminativo neurológico rápido de Mutti y col.

6. Por último, nosotros estamos elaborando una batería neuropsicológica para escolares con varias técnicas que permiten valorar la lateralización hemisférica de diferentes funciones escolares.

Actualmente se está haciendo un esfuerzo por diferentes grupos de investigadores en adaptar diversas baterías a la población española y en otros casos como el nuestro, el de Monedero y alguno más por elaborar baterías propias para la población española.

Las posibilidades que ofrece la Neuropsicología al campo de la educación permitirá alcanzar un mayor desarrollo de las diferentes capacidades y funciones psicológicas, un mejor conocimiento de los déficits instrumentales que manifiestan los niños con problemas escolares, una elaboración mejor de los diferentes programas de reeducación y una educación diferencial mucho más acorde con las capacidades y funciones neuropsicológicas.

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Material adicional / Suplementary material

Gráfica 1. Aspectos madurativos y emotivos.

Gráfica 1. Aspectos madurativos y emotivos.

Gráfica 2. Esquema topográfico de los items del Wisc.

Gráfica 2. Esquema topográfico de los items del Wisc.

Gráfica 3. Importancia hemisférica.

Gráfica 3. Importancia hemisférica.

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