INFORMACIÓN

Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.

PAPELES DEL PSICÓLOGO
  • Director: Serafín Lemos Giráldez
  • Última difusión: Enero 2024
  • Periodicidad: Enero - Mayo - Septiembre
  • ISSN: 0214 - 7823
  • ISSN Electrónico: 1886-1415
CONTACTO
  • Dirección: c/ Conde de Peñalver 45, 5º
    28006 Madrid
  • Teléfono: 91 444 90 20
  • Fax: 91 309 56 15
  • Email: papeles@cop.es

Papeles del Psicólogo, 1989. Vol. (39-40).




PSICOLOGÍA DE LA REHABILITACIÓN Y TERAPIA OCUPACIONAL: UNA NECESIDAD, UN PRIMER PASO

ANTONIO AGUADO DÍAZ.

Departamento de Psicología. Universidad de Oviedo.

La formación de psicólogos especialistas en rehabilitación está ausente de nuestra Universidad. Además, los profesionales que trabajan en rehabilitación no han recibido ningún tipo de formación específica. Como mucho han asistido a cursillos esporádicos, congresos y similares. Incluso cabría afirmar que la cualificación profesional en el área de la rehabilitación psicológica suele estar al albur de la buena voluntad y disposición personal del interesado. Todo ello sin desmerecer algunos intentos formativos, parciales y no reglados, como los del Inserso, Fundación Mapfre, etc.

Sin embargo, la demanda social de atención a los colectivos afectados de diversos tipos de discapacidades, tradicionalmente desasistidos o, en todo caso, mal asistidos por falta de personal especializado, es creciente y previsiblemente seguirá incrementándose. Paralelamente, los desarrollos científicos y técnicos acaecidos en el ámbito de la psicología de la rehabilitación pueden proporcionar una respuesta adecuada a tal demanda social. Consecuentemente, la propuesta de introducción de estos estudios pretende, parafraseando a Leung (1984), que pasen del aprendizaje informal y no reglado a un sistema de formación uniforme y reglado con unos mínimos académicos estandarizados.

Formación en Psicología de la Rehabilitación

Leung (1984) escribe que, «a pesar de las discusiones y de las distintas conferencias dedicadas a ello, existe escaso consenso sobre lo que el campo de la psicología de la rehabilitación debería incluir. Actualmente no hay estándares uniformes ni reglas específicas a seguir... Las observaciones realizadas en la conferencia de Monterrey sobre las diferencias existentes en la formación de los psicólogos rehabilitadores continúan siendo verdaderas» (ps. 17-18). No obstante tales discrepancias, pasicología de la rehabilitación es un tópico clásico con tradición (Brieland, 1971; Vineberg, 1971; Neff, 1971) que parece haberse convertido en el denominador común de la literatura especializada más reciente (Shontz y Wright, 1980; Leung, 1984; Golden, 1984; Krueger, 1984).

Tras la revisión de diversas fuentes (Mec, s.d.; VI- neberg, 1971; Salomé, 1975; Serem, 1977b; Gisbert Alos et al., 1980; Leung, 1984) se puede agrupar las poblaciones a atender en cinco categorías: discapacidad física, deficiencia mental, déficit sensorial visual y auditivo, enfermedad mental y, finalmente, marginación e inadaptación social.

Vineberg (1971), al analizar la naturaleza de los programas de formación americanos, señala que todos ofrecen formación académica, de investigación y prácticum. A la vez critica que insisten en los problemas conceptuales y teóricos y proporcionan una preparación más clara para la investigación que para el servicio. Según Leung (1984), los programas vigentes en 1981 seguían tres modelos: formación en una institución orientada al servicio: marco profesional: énfasis en la práctica; formación en un marco académico más tradicional: clases formales y prácticum e internado en un centro, y formación a través de seminarios de psicología de la rehabilitación en los cursos de doctorado en Psicología.

En definitiva, para Leung (1984) la alternativa es el modelo profesional, versus el modelo de investigación, problema no resuelto y que, sin embargo, condiciona la formación.

Desde el Canadá Salomé (1975) presenta un informe sobre la formación que comprende tres niveles: enseñanza de nivel superior, con dos grados, diploma y licenciatura; cursos optativos de formación en las técnicas educativas y de enseñanza individualizada; formación clínica mediante cursillos prácticos en instituciones de reeducación.

En Alemania federal el profesorado de las «escuelas especiales» se cualifica a través de estudios universitarios de ocho semestres y un servicio preparatorio de por lo menos año y medio (Mec, s.d.). En cuanto a Francia, existen tres niveles de formación del profesorado de «clases» o «centros especies»: educadores especializados: tres cursos de formación, tras los estudios secundarios; monitores-educadores: dos cursos de formación, tras el primer ciclo de estudios secundarios; ayudantes medicopsicológicos: un curso práctico en funciones especiales de atención a deficientes físicos o mentales profundos.

En Suecia la educación especial está marcada por el alto nivel del sistema de prestaciones sociales sueco y por el «principio de normalización». La formación de profesorado se hace siguiendo una instrucción «regular» y tres años de experiencia. Esta formación el idéntica para todos, independientemente del tipo o grado de deficiencia que tengan que atender (Mec, s.d.).

El informe del Mec (s.d.) prevé para nuestro sistema distintos niveles de formación del personal: cursos de especialización para profesores posgraduados de una duración de uno a dos años; formación de educación especial para incapacitados, formando parte integral de un programa regular de formación del profesorado; cursos de formación cortos, en período de instrucción y prácticas, para profesores regulares, en distintos aspectos de la educación especial; cursos de formación para otro personal, como asistentes sociales, enfermeras, etc.

Como puede apreciarse, la diversidad, que no es exclusiva de nuestro país, queda garantizada plenamente.

De acuerdo con Leung (1984), parece que la alternativa estriba en elegir el modelo profesional o el modelo de investigación, amén del modelo mixto, elección que presenta una trascendencia no exenta de riesgos. También cabe elegir, en función del nivel educativo, diplomatura, licenciatura, doctorado, postrado.

Siguiendo a Vineberg (1971), todos los programas tienen, como mínimo, un seminario en psicología de la rehabilitación, aunque con diferentes denominaciones: psicología de la rehabilitación; somatopsicología y rehabilitación; aspectos psicológicos de la discapacidad. Según la misma fuente, otros cursos habitualmente presentes son: Temas ocupacionales (desarrollo profesional, evaluación profesional, elección y ajuste); problemas culturales y sociales en las discapacidades físicas y mentales; neuropsicología y psicología fisiológica. En cuanto a los cursos introductorios de diplomatura: introducción a la discapacidad y a la rehabilitación; problemas personales y sociales en psicología de la rehabilitación; Psicología del niño excepcional.

En su informe de 1979, el Commité Ad Hoc de la División 22 de la APA recomendó los siguientes temas como núcleo básico y esencial de estudios de graduación en psicología de la rehabilitación (Shontz y Wright, 1980): Principios de psicología de la rehabilitación. Teoría e Investigación en Psicología de la rehabilitación; mitos y prejuicios sobre los discapacitados; historia de la rehabilitación; Psicología médica; sistemas de prestación de servicios de salud.

Introducción de la Psicología de la Rehabilitación en la Universidad española

Parecería oportuno un inciso para realizar una mención especial a dos figuras que pueden considerarse como antecedentes inmediatos del terna que nos ocupa, en parte debido a su paralelismo, en parte porque atienden al mismo tipo de poblaciones, en parte, finalmente, dado que cuentan en su formación con conocimientos relacionados con la psicología de la rehabilitación. Estas figuras son las del «educador de subnormales» y «terapeuta ocupacional». Razones de espacio nos obliga a suprimir el detalle pormenorizado de tales figuras y limitarnos a mencionar las causas que, según Toledo González (1982), justificaron la creación del «educador de subnormales»: la incapacidad del profesor de EGB especializado en Pedagogía Terapéutica de garantizar una atención adecuada de todos los niveles de deficiencia, en las actividades de la vida diaria y a todo lo largo de la vida; la necesidad de actuaciones en favor de la persona con retraso mental fuera del marco escolar; la complejidad de estas actuaciones, que exige una tecnificación cada vez mayor, y por último, la necesidad de actuaciones en adolescentes y adultos con retraso mental fuera de la edad escolar.

Aunque restringidas a deficientes mentales, estas justificaciones son perfectamente extensibles a la rehabilitación psicológica y ocupacional de las diversas discapacidades que nos ocupan. A las que cabría añadir algunos otros argumentos para defender la necesidad de esta figura profesional y de la regulación de su formación en nuestro país. A saber, la disparidad y deficiencia de su formación, generalmente en manos de la iniciativa privada, y la ausencia de una delimitación profesional uniforme y de una titulación oficialmente reconocida.

La creación de una diplomatura en terapia ocupacional representa en opinión del informe, la atención a una demanda creciente y la puesta en práctica de unos conocimientos científicos y técnicos que pueden satisfacer tal demanda

Por su parte, la Escuela de Terapia Ocupacional, ubicada en Madrid, lleva en funcionamiento desde que fue reconocida oficialmente, en 1964 (decreto 3.097/1964, de 24 de septiembre) y regulada en 1967 (orden del Ministerio de la Gobernación de 13 de junio de 1967), encuadrándose en la Escuela Nacional de Sanidad bajo la colaboración de la Facultad, de Medicina de Madrid. Sus estudios tienen nivel de grado medio y han sido reconocidos y homologados por la Federación Mundial de Terapeutas Ocupacionales, lo mismo que sucede con los terapeutas ocupacionales miembros de la Asociación Española de Terapia Ocupacional (Informe del Grupo IX).

Por otra parte, el tema de la «Terapia ocupacional» también goza de raigambre y tradición (MacDonald, 1972; Willard y ¿spackma, 1973; Jones, 1977; Nichols, 1979) y su formación es impartida por unas 300 escuelas en todo el mundo (Informe del Grupo IX). Finalmente, el programa de estudios tiene un peso excesivo (por no decir único) de medicina, quedando prácticamente excluidas las aportaciones de la psicología de la rehabilitación).

El proyecto del Grupo XI

Con la pretensión de subsanar la ausencia de la psicología de la rehabilitación en nuestra Universidad, y a la vez de satisfacer la necesidad social creciente, se proyectó una diplomatura, por tanto modelo profesional, en «Rehabilitación psicológica y ocupacional». El Informe del Grupo XI (1987) justificaba la elección del «carácter técnico y profesional» de la propuesta con los siguientes argumentos):

«Los desarrollos científicos y técnicos en el ámbito de la rehabilitación psicológica y ocupacional de los disminuidos físicos, sensoriales, psíquicos y sociales, junto con la creciente demanda social de atención a estas poblaciones, tradicionalmente desasistidas por falta de personal especializado, justifica la propuesta de una nueva titulación universitaria de primer ciclo de carácter eminentemente profesional... Estas enseñanzas están orientadas a formar titulados medios que, bajo la dirección de un equipo multiprofesional, puedan llevar a cabo la rehabilitación psicológica y ocupacional en los ámbitos de la deficiencia mental, trastornos motóricos, dificultades de la visión, enfermedad mental y marginación social» (p. 25). ).

Sin embargo, este proyecto tenía un fallo fundamental: su redacción al margen de los círculos de medicina (no de los contenidos) y de los propios terapeutas ocupacionales).

Una de las reinvidicaciones tradicionales de los terapeutas ocupacionales («que sus estudios sean integrados en el Ministerio de Educación como universitarios... para poner fin de una vez a la anómala ubicación en la que se encuentran dentro del Ministerio de Sanidad y Consumo» -Informe del Grupo IX, p. 11-) llevó a la redacción de un programa de diplomatura. Sin embargo, en el proyecto vuelven a aparecer el excesivo peso de medicina y la postergación de lo psicológico.

El proyecto de consenso

El 30 de septiembre de 1987 se reúnen representantes de ambos Grupos, el IX y el XI, llegando a los siguientes acuerdos (Informe del Grupo IX y XI, acta de la reunión):

«Refundir ambas propuestas (terapia ocupacional y rehabilitación psicológica y ocupacional) en una única titulación, denominada "diplomado en terapia ocupacional"»; «Modificar el currículum propuesto para dicho diploma en base a la propuesta que se adjunta ...»; y, por último: «Por lo anterior y dado el acuerdo existente sobre dicha propuesta, cualquier modificación futura debería contar con el visto bueno de ambos grupos de trabajo.»

Este proyecto de consenso es valorable de forma muy positiva, especialmente por provenir de un acuerdo. Y, lo que es más importante, porque supone, de una parte, un reconocimiento público del papel de la psicología en general y de la psicología de la rehabilitación en particular, y de otra, una mejora cualitativa en la formación del terapeuta ocupacional.

El nivel de diplomatura proyectado supone la elección del modelo profesional. Quedan las puertas abiertas para la introducción de otros modelos y niveles académicos. La unificación de estos dos campos, «rehabilitación psicológicas y «terapia ocupacional», bajo el denominador de «terapia ocupacional» viene justificada por el tipo de formación, nivel de titulación medio y funciones a desempeñar. Además, creemos que puede responder a unas necesidades hasta ahora no cubiertas y a una práctica ejercida, también hasta el momento, sin preparación específica completa por parte de los psicólogos. Al mismo tiempo responde a la conveniencia de mejora en la formación de los terapeutas ocupacionales, en consonancia con su amplia tradición en nuestro país y de acuerdo con la experiencia en otros países, especialmente los occidentales, en los que la psicología de la rehabilitación está plenamente admitida en los ámbitos de terapia ocupacional.

El proyecto de consenso que comentamos es aceptable, pero con algunos retoques. Concretamente: «Psicología de la rehabilitación»: en el proyecto está ausente y se trata precisamente de las «señas de identidad»; «Principios y técnicas de evaluación psicológica y de valoración de programase, también ausente, parece necesario introducirla debido a las funciones que en la práctica desempeña el terapeuta ocupacional. Nos referimos a la información «evaluadora» y «Valorativa» que el profesional remite al equipo multiprofesional; «Técnicas de reeducación del lenguaje»: dado que en el proyecto se prevé unas «técnicas de reeducación de la psicomotricidad», no se entiende la ausencia de «técnicas de reeducación del lenguaje»; finalmente, parece oportuna una redenominación: «Principios y técnicas de modificación de conducta» parecería más adecuada y viable que «Principios de aprendizaje y modificación de conducta». Igualmente sus contenidos quedarían más completos añadiendo al final: Técnicas para el control de respuestas fisiológicas y cognitivas.

Conclusiones

La creación de una diplomatura en terapia ocupacional representa: la atención de una demanda social creciente; la puesta en práctica de unos conocimientos científicos y técnicos que pueden satisfacer tal demanda; el incremento de la calidad asistencias en este área; la superación de los problemas del personal que, hasta el momento y en determinados ámbitos, suele ejercer estas tareas: la disparidad y deficiencia de su formación y la ausencia de una delimitación profesional uniforme y de una titulación oficialmente reconocida, y para los terapeutas ocupacionales, una mejora sensible en la calidad de su formación.

En suma, son previsibles todo tipo de ventajas, o en todo caso más beneficios que desventajas. Por último, sólo resta recalcar, una vez más, que la elección del nivel de diplomatura no excluye otros niveles. Por el contrario, pensamos que la puesta en marcha de asignaturas optativas, cursos de doctorado y/o posgrado, etc., serviría de enriquecimiento a los futuros terapeutas ocupacionales. Es más, estamos convencidos de que la demanda social creciente sólo podrá recibir adecuada calidad asistencias cuando adquiera pleno desarrollo la psicología de la rehabilitación.

BIBLIOGRAFIA

Brieland, D. (1971): «Rehabilitation PsychoIogists: Roles and Functions». En W. S. Neff (Ed.): Rehabilitation Psychology. Washington, D.C.: American Psychological Associatión (pp. 265-286).

Cabada Alvarez, J. M. (1980): «La educación especial: Situación actual y expectativas». En J. Gisbert Alos et al.: Educación Especial. Madrid: Cincel (pp. 11-43).

DECRETO 3.097/1964, di 24 de septiembre, de creación de la Escuela de Terapia Ocupacional. «BOE» nº 246, de 13 de octubre, p. 13356.

Gisbert Alos, J. et al. 2(1984): Current Topics in Rehabilitation Psychology. Orlando: Grune & Straton.

Jones, M. S. 2(1977): An Approach to Occupational Therapy. London: Butterwortyhs (Third edition).

Informe del Grupo IX sobre la diplomatura de Terapia ocupacional. Junio de 1987. Xerocopiado.

Informe del Grupo XI sobre la diplomatura de rehabilitación psicológica y ocupacional Mayo de 1987. Xerocopiado.

Informe del Grupo IX y XI sobre la diplomatura de terapia ocupacional. Septiembre de 1987. Xorocopiado.

Krueger, D. W. (Ed.) (1984): Rehabilitación Psychology: A Comprehensive Textbook. Rockvilla: Aspen Systems Corporation.

LEUNG, P. (1984)., «Training in Rekabilitation Psychology». En C. J. GOLDEN Current Topics in Rehabilitation Psychology. Orlando: Grune & Stratton (pp. 17-27).

MacDonald, E. M. (Ed.) (1972): Occupational Therapy in Rehabilitation. London: Baillire, Tindall and Cassell. (Versión castellana de la tercera edición inglesa de 1970: Terapéutica ocupacional en rehabilitación. Barcelona: Salvat).

Ministerio de Educación y Ciencia (s.d.): La educación especial en Europa. Notas informativas, 9. Secretaría Genera¡ Técnica, MEC. Xerocopiado.

Neff, W. S. (Ed.) (1971): Rehabilitation Psychology. Washington D. C.: American Psychological Association.

Nichols, P. J. R. (1979): «Trainig in Rehabilitation: Basic Needs and Considorations». International Journal of Rehabilitation Research, 2 (1), 21-3 1.

ORDEN del Ministerio de la Gobernación de 13 de junio de 1967 de reglamentación de la Escuela de Terapia Ocupacional. «BOE» nº 152, de 27 de junio, p. 8971-3.

ORDEN del Ministerio de Educación y Ciencia de 9 de septiembre de 1975 sobre las enseñanzas de Educador de subnormales. «BOE» nº 248, 16 de octubre, pp. 21809-12.

ORDEN del Ministerio de Educación y Ciencia de 20 de enero de 1982 de regulación de las enseñanzas de Educador de disminuidos psíquicos. «BOE» n., 54, de 4 de marzo, pp. 5716-8.

REAL DECRETO 707-1976, de 5 de marzo, sobre ordenación de la Formación profesional. «BOE» nº 88, de 12 de abril, pp. 7367-73.

REAL DECRETO 334/1985, de 6 de marzo, de ordenación de la Educación especial. «BOE» nº 65, 16 de marzo, pp. 6917-20.

Salomé, J. (19 75): Educadores especiales. Barcelona: Nova Torra.

SEREM (1977a): Cursos de formación para educadores de subnormales: Memoria de la experiencia 1975-1977. Madrid: Ministerio de Trabajo, Dirección General de Asistencia y Servicios Sociales, SEREM, Departamento de Minusválidos Psíquicos.

SEREM (1977b): Educador de subnormales: Monografía profesional. Madrid; Ministerio de Trabajo, Dirección General de Asistencia y Servicios Sociales, SEREM, Departamento de Minusválidos Psíquicos.

SEREM (1977c): Formación de técnicos especialistas en la educación de subnormales. Plan de estudios y programas. Madrid: Ministerio de Trabajo, Dirección General de Asistencia y Servicios Sociales. SEREM, Departamento de Minusválidos Psíquicos.

Shontz, F. C. y Wright, B. A. (1980): The Distinctiveness of Rehabilitation Psychology». Professional Psychology, 11 (6), 919-924.

Toledo González, M. (1 982): «El educador de subnormales». Boletín de Estudios y Documentación de Servicios Sociales, 10, 29-36.

Vineberg, S. E. (1971): «Psychologists in Rehabilitation - Manpower and Training». En W. S. Neff (Ed.): Rehabilitation Psychology. Washington, D,C,: American Psychological Association (pp. 287-312.

Willard, H. S. y Spackma, C. S. (1973): Terapéutica ocupacional. Barcelona: Jims.

Una vez publicada la revista, el texto integro de todos los artículos se encuentra disponible en
www.papelesdelpsicologo.es