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Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.

PAPELES DEL PSICÓLOGO
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Papeles del Psicólogo, 1982. Vol. (3).




ENFOQUE SOCIOPOLÍTICO DE LA PROBLEMÁTICA DEL MINUSVÁLIDO

Jesús Fuentes Lázaro

Diputado por el PSOE

Hablar de la problemática del minusválido desde un prisma social y político obliga necesariamente a una exposición larga y prolija. Por ello, mi intervención se va a constreñir a algunas ideas casi a modo de telegrama para pasar después a analizar si la "Ley de Integración Social del Minusválido" recientemente aprobada en el Congreso de los Diputados ha creado los mecanismos que posibiliten acabar con esa problemática del minusválido que es la marginación, producto de causas sociales y políticas.

Y en este contexto necesariamente nos tenemos que referir a un primer concepto fundamental, y yo diría que filosófico-político, del cual el resto de las consideraciones no serán sino variaciones de un mismo tema. Me refiero a lo que ya es un axioma de explicación de la marginación: el funcionamiento de la sociedad capitalista se cimenta en la explotación económica del sistema productivo y en la alienación del individuo mediante la organización del consumo. Dicho de otra forma: la no inclusión (marginación) en el sistema de productividad (sistema económico) engendra el resto de las marginaciones: social, política, cultural, etc. Y eso por no hablar del principio darwinista de que lo que uno no puede conseguir por sus propios medios no debe ser ofrecido por el conjunto. Sentado ambos principios podríamos recorrer el abanico desplegado, deteniéndonos en las varillas de la problemática del minusválido, para concluir, incluso, con un razonamiento menor: el estético, en cuanto que el minusválido empaña y afea la imagen de una sociedad armónica, perfecta y bella como un "spot" publicitario.

No obstante, de lo expuesto hasta aquí, me resulta difícil vencer la tentación y no hablar de como la marginación se produce estructuralmente dentro del modelo urbanístico creado en la España del desarrollismo. Me refiero a las ciudades y al medio rural que en nuestro país ha generado un modelo de sociedad bastan te definido. Concebido el espacio geográfico bajo el prisma del consumo, se crearon las grandes ciudad es en diversos círculos concéntricos definidos por su capacidad de consumo y de esta forma en las periferias se fueron concentrando todos aquellos individuos cuya posibilidad producción - gasto era menor. De ahí la marginación de carácter social que incluso se llegó a convertir en marginación genética. Por algo el índice mayor de toda clase de minusválidos se encuentra en las periferias de las ciudades y paralelamente a este proceso se produjo el proceso rural. Cuando lo lógico hubiera sido que el campo fuera la vía hacia la integración social del minusválido que la ciudad imposibilitaba, el olvido -por desplazamiento de la actividad socioeconómica hacia las ciudad es- de las zonas rurales posibilitó un nuevo foco de marginación: la del medio rural. Las estadísticas así lo confirman. El otro importante índice de marginación de da en el medio rural más empobrecido.

Otra de las causas ha sido y fue -dentro de la problemática sociopolítico del minusválido- el miedo a la prevención precoz, por cuanto se huía del diagnóstico preventivo o bien, porque no era rentable a la sociedad, o bien porque estigmatizaba desde el principio no sólo al posible minusválido, sino a toda la familia. Entre otras cosas, porque no había salidas: me refiero ¿por qué no? Al aborto terapéutico. En idéntica línea cabía hablar de la estructura educativa que consolida todo tipo de marginación, por cuanto la escuela es un cliché a escala de la sociedad, donde todo lo que no es producción - consumo no tiene cabida. De ahí que no ya sólo un minusválido psíquico sino también físico, no pudieran ni puedan entrar en la malla educativa, pues, son elementos atípicos para los cuales no hay respuestas. Eso si, en un momento determinado, se descubrió la Educación Especial como sistema de unir a los iguales en mismo centro, separados del resto del cuerpo social. Y esto, no cabe duda, fue un avance, puesto que se pasó del "no derecho" del minusválido a la educación, al derecho a ser apartado.

Podíamos seguir enumerando factores tales como el componente religioso, los problemas familiares, la actitud dogmática sanitaria más destinada a la curación como hecho en si que a la búsqueda de nuevas formas de conocimiento, etc.

En resumen -y por si esta exposición rápida ha soslayado premisas que motivaron conclusiones- los factores socio-políticos del minusválido que producen marginación han sido y son:

1º Imposibilidad de incorporarse al sistema productivo.

2º Imposibilidad de participar en el sistema de consumo.

3º Configuración urbana en estratos con un amplio hiterland para la producción y asiento del hombre no normal.

4º Medio rural olvidado engendrador de marginación y guetto para el marginado.

5º Carencia de una medicina preventiva.

6º Sistema educativo constituido como micro-mundo fiel reflejo del sistema social.

7º Fuerte influencia de la infraestructura religiosa con fundamentaciones de la historia de Israel, un Israel bélico en el que sobra todo el que no sea capaz de luchar contra los enemigos de Jehová.

La segunda parte de mi exposición está dirigida a hacer un análisis de la Ley de Integración Social y ver si acaba con los factores marginadores. Un análisis exhaustivo de la Ley me supondría hablar tanto como hasta aquí y creo que estoy abusando del tiempo concedido. No obstante, tengo que decir que aquí se ha producido un doble hecho. El hecho de las enmiendas a la Ley y la Ley que ha salido del Congreso. En el primer aspecto, el PSOE mantuvo en sus enmiendas un planteamiento claro y preciso: reproducir en esta Ley -aunque no fuera el ámbito apropiado- un modelo de sociedad diferente del capitalista capaz de acabar con los factores de marginación enumerados. Nuestra actitud era la siguiente:

A) Normalización, en cuanto que el minusválido era y es miembro de la sociedad con pleno derecho y en consecuencia no deben existir actividades especializadas.

B) Integración, entendida no como lo ha hecho la derecha, sino como cambio del modelo de sociedad. La integración para la derecha consiste en la prestación generosa y de medios para la inserción del minusválido.

C) Planificación, en tanto que coordinación de esfuerzos a todos los niveles para crear ese modelo de sociedad en la que la producción de marginaci6n encuentre los mayores obstáculos.

D) Descentralización, entendida como forma de aproximación real de los efectos de la planificación general.

E) Servicios Sociales -ya ha sido tratado en otro momento por Patrocinio de las Heras- como intentó de unificación de servicios y plataforma hacia el cambio social.

Si esta era nuestra actitud ante la Ley, tengo que ser crítico en cuanto a lo que la Ley ha recogido. Es cierto que la derecha ha recogido ideas, estructuras e incluso palabras de nuestros planteamientos, pero las ha descafeinado tanto que se ha hecho una Ley contradictoria. En muchos casos es progresista, en otras profundamente reaccionaria. Ante este planteamiento cabía preguntarse como el PSOE se ha prestado a este juego y la respuesta es sencilla. Fue el PSOE el que al final de la Ley, introdujo una enmienda sentenciando a muerte a esta Ley, porque éramos conscientes de lo que se estaba haciendo, pero también es cierto que por primera vez en nuestro país y en una Ley se recogían principios y preceptos -sin escándalo de nadie- auténticamente progresistas. Tal es el caso de que se aceptara íntegro nuestro planteamiento sobre Servicios Sociales, o planteamientos de reorganización administrativa o el subsidio de paro, etc. Fue, si quieren ustedes, la teoría del mar menor, teoría que en una España profundamente reaccionaria e insolidaria, implica un gran avance de lo que puede ser la sociedad que preconizamos. El que esto ocurra y se entienda, sin que los demonios del pasado se despierten y enloquezcan, me reconocerán que es un gran avance.

Para terminar, una reflexión final: la derecha no solo ha aguado la Ley en sus principios, sino que la diluirá en su aplicación. De aquí la necesidad de que los colectivos interesados salten la trampa de la absorción que el mundo capitalista hace de todo lo que es progreso para convertirlo en papel mojado.

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