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Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.

PAPELES DEL PSICÓLOGO
  • Director: Serafín Lemos Giráldez
  • Última difusión: Enero 2024
  • Periodicidad: Enero - Mayo - Septiembre
  • ISSN: 0214 - 7823
  • ISSN Electrónico: 1886-1415
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Papeles del Psicólogo, 1992. Vol. (53).




A LA MEMORIA DE RAFAEL BURGALETA

Mariano Yela.

Catedrático Emérito de la UCM.

Más vale buena esperanza que ruin posesión. Así habló una vez nuestro señor don Quijote y Rafael Burgaleta mostró con su vida que tenía razón.

Claro que, en el caso de Burgaleta, no era ruin lo que poseía: Honda formación humanística, filosófica, teológica y científica; el amor de su familia; el afecto, el respeto y la estimación de sus alumnos, de sus colegas, de sus incontables conocidos y de sus no pocos amigos; los frutos de su incesante labor en la investigación, la docencia y la organización y dirección de tantas empresas universitarias, colegiales y sindicales. No; no era ruin su posesión. Pero a mí me parece que era todavía más valiosa su buena esperanza. Por encima de sus muchos haceres y saberes, sobresalía siempre una característica muy suya: Creer esperanzadamente que merece la pena luchar, con la máxima tenacidad y firmeza, pero sin violencia ni rencor, por aumentar entre los hombres el conocimiento riguroso, la justicia, la cooperación y la concordia y por ayudar, sobre todo, a los más desvalidos y a los que poseen menos medios y menos poder.

Así lo recuerdo. Las más de las veces afable, cordial, sosegado y un punto festivo y socarrón; otras, las menos, pero muy salientes, discutidor y combativo.

Yo no sé qué ha sido más para mí, si uno de mis discípulos más distinguidos o uno de mis principales maestros. Creo que, en alguna incierta medida, influyó en él mi interés, que enseguida compartió, por la Psicología diferencial, a la que muy pronto se dedicó como profesor y como investigador. Entendía -como yo y seguramente mejor que yo- que, para aproximarse a cumplir la aspiración ética de conseguir la igualdad personal entre los seres humanos, hay que partir del reconocimiento y estudio de sus enormes diferencias psicobiológicas y ambientales. Sólo sobre este fundamento pueden elaborarse programas de intervención psicológica para intentar que cada uno encuentre, en la familia, en la escuela, en el trabajo, en la clínica y en las diversas organizaciones, las oportunidades que mejor contribuyan a su desarrollo personal. Compréndase bien: Cada uno; es decir, todos. Lo que exige un propósito solidario. En esto consistió, a mi juicio, su principal empeño y la faceta más distintiva de su vocación.

Le conocí como alumno, cuando por los últimos años de la década de los sesenta y los primeros de la siguiente, iniciábamos la especialidad de Psicología en la Universidad Complutense. Eran tiempos borrascosos y él solía ponerse al frente de la borrasca. Aunque no siempre estaba de acuerdo con él, en varias ocasiones tuve que defenderle, con el apoyo frecuente de José Forteza, ante diversas autoridades. Desde entonces, en las aulas, en las asambleas y reuniones, en los jurados y tribunales, en los numerosos viajes comunes, hemos podido coincidir y discrepar, pero siempre en concordia. Y, por mi parte, he aprendido de él a ser benevolente, comprensivo, tenaz y esperanzado.

Hoy quiero agradecérselo públicamente. Porque, por seguir de nuevo los dichos y consejos del ingenioso hidalgo «si no puedo paga? las buenas obras que me hizo con otras obras, pongo en su lugar los deseos de hacerlas y, cuando éstos no bastan las publico; porque quien dice y publica las buenas obras que recibe, también las recompensará con otras, si pudiera».

Y eso es lo que nos toca hacer ahora a sus profesores, sus colegas y sus alumnos: Proclamar con gratitud lo mucho y bueno que le debemos y ofrecerle, en lo que podamos, nuestro trabajo constante en el desarrollo de la Psicología en España y nuestro propósito de proseguirlo con ánimo de rigor, comprensión, justicia y solidaridad.

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