La reacción de la Junta de Gobierno Estatal fue de indignación y estupefacción, ¿para qué se necesita una nueva licenciatura en un área interdisciplinar, cubierta mayoritaria y adecuadamente por psicólogos, economistas y abogados, que siguen programas de formación postgrado altamente cualificados? ¿Cómo encaja esta iniciativa, cuando menos innecesaria, en un momento de racionalización del gasto público? ¿Será por necesidades de mercado? ¿Será por intereses corporativos? ¿Será por intereses personales?.

A nuestro parecer el mercado está perfectamente cubierto, sin que conozcamos que se haya realizado estudio alguno de mercado para apoyar la creación de esta nueva licenciatura. Si el mercado está adecuada y satisfactoriamente cubierto ¿qué es lo que impulsa a los promotores de esta iniciativa?

La idea (algunas veces repetida) de que para cada nuevo campo de trabajo que aparezca o se desarrolle es necesaria la creación de una nueva licenciatura nos parece completamente absurda ya que la lógica de las titulaciones requiere una unidad científica y disciplinar esencial que las dota de sentido. Pero es que además, por este camino, dejando a un lado el insoportable derroche económico, dentro de unos años habría tal diversidad de titulaciones que sería difícil que alguien pueda encontrar diferencias conceptuales y de utilidad social entre ellas.

El área de Recursos Humanos en las empresas está en un momento floreciente y en expansión, con un protagonismo importante de los psicólogos que desarrollan un trabajo cada vez más cualificado y especializado. No se ve que una situación en este estado de "salud" requiera remedio alguno. En este sentido la posible creación de esta licenciatura es todavía más sorprendente e irritante si pensamos que en el ámbito de la Gestión de Recursos Humanos, hay actualmente una formación de postgrado, altamente cualificada que funciona con bastante éxito y aceptación por las empresas, que son los clientes naturales de este tipo de profesionales.

En base a las reflexiones anteriores llegamos a la conclusión de que, en el fondo de todo, la cuestión está, por una parte, en que los Diplomados en Relaciones Laborales quieren obtener una licenciatura (algo legítimo), ya sea en Relaciones Laborales (vía que parece estar bloqueada), ó en Recursos Humanos, mientras que, por otro lado, la Universidad está interesada en crecer (algo también legítimo) y para crecer hay que diversificar hasta extremos que juzgamos absurdos. La conclusión es obvia. Los intereses que mueven este nuevo tinglado son netamente corporativos y así deben entenderse y ser conocidos.

El COP frente a esta situación convocó una reunión el pasado 14 de Febrero a la cual asistieron los Decanos de las Facultades de Psicología, los Presidentes de las Delegaciones del COP y Directores de Departamento de Psicología del Trabajo que acordaron realizar un manifiesto contrario a la creación de la nueva licenciatura.

La oposición frontal del COP a esta posible nueva licenciatura no es gratuita, ni será puntual, en caso de que siga adelante. El COP tiene como misión proteger los intereses de los colegiados y servir a los intereses sociales, y en este caso ni gana la sociedad ni gana el profesional, en todo caso ambos pierden. Por un lado, la sociedad tiene que utilizar recursos, que son escasos, para alcanzar una finalidad de muy dudosa utilidad general. Por otro lado, los profesionales que intervienen de modo interdisciplinar en este campo, pierden la propia identidad, se reducen los puestos de trabajo y dicha reducción, repercute negativamente en las otras áreas de intervención profesional de los psicólogos, al producirse un más que probable trasvase del área de Recursos Humanos, a Clínica, Educativa, etc...

Concluyendo. Pensamos que no hay razones de peso para poner en marcha esa nueva licenciatura y que, por ello, todos nosotros tendremos que estar preparados para responder adecuadamente, ya que, de una forma u otra, a todos nos afecta. Ante esta situación, sólo me cabe garantizar como Decano de esta Institución, que el COP estará en su sitio, defendiendo a la profesión y a los legítimos intereses de la sociedad a la que servimos.

Decano del Colegio Oficial de Psicólogos