Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.
Papeles del Psicólogo, 1998. Vol. (69).
José M. Prieto
Universidad Complutense, Facultad de Psicología. Dpto. Psicología Diferencial y del Trabajo
Cuando se abre paso un nuevo ámbito en el quehacer o en el saber humano, el lenguaje y el habla se contorsionan consiguiendo que la comunicación sea equívoca. Las viejas palabras se quedan cortas, las nuevas palabras llegan añadiendo un toque estrafalario. Coexisten en un mismo periodo y ante una misma audiencia dos tipos de usuarios del lenguaje:
• Reactivos: utilizan el lenguaje y el habla a la vieja usanza insistiendo en que el vocabulario disponible por sí mismo se basta y sobra.
• Proactivo: asignan nuevos significados y matices a términos de viejo cuño creando, además, nuevas palabras que se abren paso como la mano en el guante.
Existen, asimismo, dos talantes a la hora de determinar qué se considera pertinente o impertinente en la evolución del habla y del lenguaje:
• Reactivo: Típico de lenguas, como la española, que cuentan con una Academia. Están a la defensiva. Existen diccionarios oficiales que dan cuenta y razón del vocabulario que está consolidado a través del lenguaje escrito o hablado. La última edición oficial del Diccionario de la Real Academia de la Lengua data de 1992, (vigésima primera edición desde su origen en 1714) considerándose natural y comprensible el desfase de un lustro. La última edición oficial del Vocabulario Científico Técnico de la Real Academia de Ciencias data de 1995 (tercera edición desde su origen hace quince años).
• Proactivo: Típico de lenguas, como la inglesa, que no cuentan con una Academia. Están receptivas a los vaivenes de las palabras, traídas y llevadas por quienes las usan. No existen diccionarios oficiales, tan sólo de iniciativa privada. Los que se publican y tiene mayor aceptación suelen ser catálogos de palabras que se actualizan cada año o cada dos años, sacándole brillo a las nuevas tecnologías de la información. Tras cinco años, la lengua hablada deambula por otros derroteros.
Una vez más, a pares pueden bailar el tango de las palabras. Los usuarios reactivos suelen proclamar un talante reactivo bajando el cierre en defensa de la ortodoxia al hablar y al escribir. Los usuarios proactivos suelen sustentar un talante proactivo alzando el cierre en señal de bienvenida hacia la heterodoxia en el hablar y en el escribir. Entre medias los usuarios corrientes y molientes que hablan en prosa sin saberlo y sin preocuparse por ello. Usan los vocablos sin tener en cuenta si están tras las rejas del diccionario. Ello dificulta la comprensión de lo hablado o escrito cuando recurren a vocablos nuevos o a acepciones inéditas: las denotaciones tiene que indagarlas la audiencia deshojando matices y rebuscando etimologías. En el diálogo entre interlocutores de ambos extremos prevalecen las matizaciones van descaminadas. Así acaece en CIBERCOP.
Existen tres palabras, informática, telemática y ciberespacio, de uso frecuente y creciente en los últimos años. Conviene aclarar el significado de estos tres términos, aunque sólo sea para desarticular los equívocos que surgen entre quienes trasegamos por el entorno de Internet.
Cuando hablamos de informática aludimos a los equipos y a los programas que hacen posible el tratamiento de la información mediante ordenadores. Cuando hablamos de telemática aludimos a la transmisión de datos informatizados a través de las redes y de los protocolos que hacen viable la telecomunicación entre ordenadores. Esta palabra se ha originado en Europa, pero no se utiliza en Estados Unidos. Cuando hablamos de ciberespacio aludimos al espacio aparente entramado al conectarse entre sí los ordenadores a lo largo y ancho del mundo.
La distinción entre cuestiones informáticas y telemáticas suelen abonar equivocaciones de muy variopinto carácter en la comunicación entre internautas. Los problemas de funcionamiento que tiene un usuario al operar en su PC mientras está desconectado suelen ser incidencias de índole informática. Ocurren y se resuelven en algún lugar o en algún lenguaje de los que residen dentro de la máquina. Son asuntos que atañen a todas las personas que trabajan con ese ordenador, requiriendo conocimientos específicos respecto al soporte físico y lógico que se traen entre manos. Los manuales que acompañan a los equipos y programas son de gran ayuda. Los problemas de funcionamiento que tiene un usuario al operar en su PC mientras está conectado suelen ser incidencias de índole telemática. Ocurren y se resuelven en algún lugar impreciso que puede estar situado a) en la propia máquina, b) en aquélla a la que se conecta, c) en la red más allá de su mesa, d) en los protocolos que abren o cierran el paso, e) en los programas propios y ajenos que están interactuando, f) en terceras personas que están atacando o tomando posesión del PC que está encima de la mesa por control remoto. En los problemas informáticos la solución está en el propio PC. En los problemas telemáticos la solución suele estar allende el propio PC. Resulta bastante complejo acotar el diagnóstico y el tratamiento de los enigmas telemáticos ya que intervienen personas, organizaciones y equipos más o menos distantes. Los usuarios que se adentran en la detección y solución de percances telemáticos precisan una formación harto más compleja y efímera que la que precisan quienes quieren salir con buen pie de un aprieto informático (para una descripción detallada, Prieto, 1997).
En este entorno el contraste entre lo real y lo artificial resulta ficticio, equivocando también a las palomas una vez más. A la realidad se le adhieren ahora dos nuevos atributos calificativos, digital o virtual, que equivocan, a su vez, el rumbo de quienes no se consideran palomas sobrevolando el ciberespacio.
La realidad digital es una manera de representar los objetos disponibles recurriendo a los dígitos, es decir, convirtiéndolos a números. Entre los dígitos se tiene querencia por los ceros y unos. Se gana así en precisión al operar con tales objetos. La realidad virtual es una manera de representar quimeras y simulacros en tres dimensiones perceptibles recurriendo a vectores, puntos, imágenes, sonidos, animaciones, giros, vueltas, evoluciones e involuciones.
Dos nuevas expresiones están empezando a surgir entre los psicólogos/as que se caracterizan como internautas: Psicología Telemática y Ciberpsicología. A pesar de su apariencia equívoca, vienen a ser equivalentes. La primera expresión tiene connotaciones tecnológicas ya que suele ser una denominación de origen recurrente en Escuelas de Ingeniería en universidades politécnicas. La segunda tiene connotaciones literarias ya que es una denominación de origen asumida en los campus universitarios de Humanidades, Bellas Artes y Ciencias Sociales.
Ambos términos acotan un nuevo ámbito de desarrollo e investigación en psicología en función a) de las transacciones que tienen lugar entre los interlocutores que intervienen (personas y bases de datos), b) de la gama de servicios disponibles (aquéllos que facilitan la comunicación o suministran información), c) del esquema temporal que está en juego (se interactúa en tiempo real o en tiempo diferido). Esta tesitura como marco de acción profesional ya ha sido abordado dilatadamente en otros textos (Prieto y Simón, 1997a; Prieto y Gouveia, 1997b).
Como ejercicio final se propone al lector el siguiente juego para poner coto a los equívocos escritos o hablados. Marque aquellas palabras de este texto cuyo sentido ha sido esclarecido a través de la lectura de estas páginas. Constatará que brillan por su ausencia en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua(1992) y en el de la Real Academia de Ciencias (1995). Estas son las secuelas de los planteamientos reactivos y defensivos a la hora de concebir un diccionario. Tampoco los encontrará en un clásico como el diccionario de María Moliner (1986) que sigue reeditándose sin cambios. Los encontrará en el diccionario CLAVE (SM, 1997). Sus autores han concebido el diccionario como un catálogo de palabras que van y vienen entre los usuarios proactivos con talante proactivo a la fecha de cierre. Así, incluso los reactivos, pueden aclararse y fijar su rumbo surcando los espacios que les ha abierto de par en par CIBERCOP.
REFERENCIAS
Moliner M. (1986) Diccionario de uso del español, versión CD-ROM, 1997, Madrid, Gredos.
Prieto J.M. (1997) La alfabetización telemática en recursos humanos. En M. Ordóñez (Ed.) Psicología del Trabajo y Gestión de Recursos Humanos (pp. 393-408). Madrid, AEDIPE-Gestión 2.000.
Prieto, J.M. y Gouveia V.V. (1997b) Psicología Telemática, en A. Cordero (Ed.) La evaluación psicológica en el año 2000. (pp. 347-378) Madrid, TEA Ediciones.
Prieto, J.M. y Simón, C. (1997a) Network and its implications for assessment. En N. Anderson y P. Herriot (Eds.) International Handbook of Selection and Assessment, (pp. 97-124) Chichester, Wiley.
Real Academia Española, (1992) Diccionario de la Lengua Española, versión CD-ROM 1995, Madrid, Espasa.
Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (1995), Vocabulario Científico y Técnico. Madrid, Espasa.
SM (1997) Diccionario de uso del español actual, versión CD-ROM, Madrid, Ediciones SM.