Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.
Papeles del Psicólogo, 1998. Vol. (69).
Juan Carlos Duro
Director Papeles del Psicólogo e Infocop
El pasado 24 de Enero de 1998 se celebró en los locales de la UNED y organizada por la Junta de Gobierno Estatal y el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid una Jornada Monográfica sobre "La práctica de la Psicoterapia por los psicólogos" a la que asistieron más de doscientos psicólogos de todo el Estado Español.
La inauguración oficial estuvo a cargo de Don Fernando Chacón, Presidente del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid quien señaló la pertinencia de esta Jornada por los nuevos horizontes que se abren para la psicoterapia a nivel europeo y en España, tanto por la próxima aprobación del Real Decreto de creación de la Especialidad de Psicología Clínica como por la inclusión de la psicoterapia en el ámbito de los seguros privados en España, al menos en los relacionados con Muface. Estos pasos adelantes, según Chacón, generan seguridades e incertidumbres que requieren procesos de reflexión como el ofrecido en esta jornada, a la que deseó productivos resultados.
Intervino a continuación Doña Katharina Althaus, presidenta de la Federación Suiza de Psicología y Coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Psicoterapia de la EFPPA. En su presentación, Don Francisco Labrador, representante del Colegio Oficial de Psicólogos en ese grupo de trabajo de la EFPPA, hizo algunas consideraciones de interés para contextualizar la intervención de la psicóloga suiza.
En primer lugar señaló, a pesar de ciertos reparos a aceptar y adoptar el término de psicoterapeuta por parte de psicólogos provenientes de orientaciones conductuales, la extendida equiparación en Europa de las denominaciones de Psicólogo Clínico y Psicoterapeuta. La discriminación, y connotaciones que se dan en España para ambos términos no tienen mucho sentido en Europa. Allí cuando hablan de psicólogo clínico se están refiriendo también a psicoterapeuta en tanto remite a un profesional que trabaja con casos clínicos.
En segundo lugar se refirió a la necesidad que existe en Europa de fijar estándares de acreditación para la formación en psicoterapia, teniendo en cuenta que las compañías aseguradoras pagan los gastos de psicoterapeutas, habiendo más problemas con el uso de otros términos, en concreto con el de psicólogos clínicos. Se plantea entonces el problema de quién debe decidir sobre la acreditación de los psicoterapeutas, ¿Las Asociaciones profesionales de licenciados en Psicología (en el caso español el Colegio Oficial de Psicólogos) ó las Asociaciones de Psicoterapeutas, es decir de aquéllos que se autodefinen practicantes de la psicoterapia vengan de la disciplina profesional que vengan?
La extraordinaria importancia del tema originó la elaboración, por parte de la EFPPA, de unos estándares mínimos de formación consensuados y de aplicación progresiva en las distintas realidades de cada país.
Estos estándares de formación para psicólogos especialistas en Psicoterapia elaborados por la EFPPA (Ver Infocop, 68, p.4-5) fueron presentados en detalle por la coordinadora del Grupo de Trabajo que los elaboró, Doña Katharina Althaus.
Algunos puntos de esos criterios fueron objeto de debate en el coloquio posterior, especialmente el referido a las entrevistas a pacientes seleccionados por parte del supervisor "La supervisión debe tener el objetivo de asegurar que los profesionales en formación lleven a cabo su trabajo con competencia e integridad, Cuando la supervisión no se base en observación directa, debe demostrarse de forma evidente la competencia e integridad por medio de medidas como registros de los resultados, discusión de casos con un jurado, entrevistas a pacientes seleccionados ó grabaciones de sesiones específicas" (p.4) (subrayado nuestro).
Don Manuel Berdullas, Vicedecano segundo del Colegio Oficial de Psicólogos y miembro del Comité Ejecutivo de la EFPPA, intervino a continuación para hablar sobre El Colegio y la EFPPA ante las Declaraciones de Estrasburgo y Viena (Ver Infocop, 68, p.3).
Respecto a la Declaración de Estrasburgo comenzó señalando su primer punto en el que se afirma que "La psicoterapia es una disciplina específica del campo de las ciencias humanas cuyo ejercicio representa una profesión libre y autónoma" (p.3) (subrayado por el ponente). Mostró Berdullas, a través de la casuística de la mayoría de los países europeos, que es una falacia hablar de libertad y autonomía para el ejercicio de la psicoterapia ya que existen fuertes regulaciones para su práctica, y en muchos casos, como el de Alemania y Luxemburgo claramente desfavorables para los psicólogos quienes deben estar bajo la tutela médica para ejercerla. En otros casos como el de la psicoterapia infantil en países como Inglaterra se requiere una formación específica en centros acreditados siendo irrelevante la titulación previa de psicólogo. Acabó subrayando la postura del Colegio de Psicólogo, en plena coincidencia con la resolución adoptada por la EFPPA en Dublín en Julio de 1997 (Ver Infocop, 68, p.3) ya que no en vano ésta tomó como base una propuesta presentada por el mismo Colegio de Psicólogos español. En esa resolución se defiende la formación de postgrado para psicólogos especializados en psicoterapia según los estándares recomendados por la Federación Europea.
Antes del receso para la comida intervino el último ponente Don Marino Pérez Álvarez, catedrático de Psicoterapia de la Universidad de Oviedo y ponente del Documento aprobado por el Colegio Oficial de Psicólogos "La Psicoterapia como disciplina psicológica" (Ver Papeles del Psicólogo, 67).
En su disertación, con estilo académico pero con relevancia para la práctica profesional, hizo un recorrido por las cuatro tradiciones que han confluido en la Psicología, a saber:
La tradición neuropatológica que ha dado lugar a la terapia psicoanalítica y otras psicoterapias de inspiración psicoanalítica.
la tradición de la fenomenología y el existencialismo que ha dado lugar a un enfoque fenomenológico de la psicoterapia, incluyendo la terapia existencial.
La tradición humanista que ha promovido las terapias centradas en la persona y experienciales.
La tradición de la psicología científica, basada en el aprendizaje, que ha inspirado la terapia de conducta y la terapia cognitivo-conductual. Aquí diferencia Pérez Álvarez un enfoque cognitivo de la terapia de conducta y un enfoque contextual en el que se ubicaría él mismo.
Estas tradiciones están vigentes y actualizadas hoy día, aún cuando su desarrollo es distinto según los contextos. sus méritos y críticas fueron señaladas por el ponente.
Señaló tres dificultades para el ejercicio de la psicoterapia por parte del psicólogo científico-práctico.
La primera es que su tarea es científicamente confusa ya que todo sistema terapéutico es autoconfirmatorio, crea el contexto de su propia validación, lo que puede llegar a crear un problema de iatrogénesis por parte del mismo psicólogo. En este punto se basa para hacer las distinción entre terapias que "psicologizan" el problema y terapias que lo "despsicologizan", para tomar partido por éstas últimas.
La segunda dificultad viene dada porque muy a menudo el psicólogo se ve envuelto en tareas que tienen un carácter moral más que psicológico-técnico.
La última versó sobre la crítica científica e inutilidad clínica del Manual Diagnóstico DSM para su uso por parte del psicólogo.
Acabó su amplia exposición el profesor Pérez Álvarez con dos propuestas. La primera establecer unos estándares científicos sobre tratamientos empíricamente validados y de reconocida eficacia, ya que algunas terapias son más eficaces que otras para determinados problemas. Propone pues para algunos trastornos psicológicos tratamientos de primera elección o, al menos, la obligación ética de informar al cliente de la existencia de dichos tratamientos y de su efectividad. La segunda tener una postura autocrítica respecto al propio papel del psicólogo como producto social y a sus concepciones sobre la naturaleza de los problemas a tratar.
Como para provocar un mayor interés por el tema de las jornadas llamó la atención sobre la creciente (e imparable, según su opinión) introducción de otros profesionales (pediatras, trabajadores sociales,etc) en la práctica de la psicoterapia para que los psicólogos tomemos iniciativas y reforcemos nuestro papel de formadores y consultores de estos nuevos profesionales emergentes en el campo de la psicoterapia.
El debate se centró en aspectos referidos a la importancia de la palabra y la transferencia en los distintos modelos terapéuticos, a la "psicologización/ despsicologización" de los problemas de los clientes y a la necesidad de discutir más sobre un posible "vademecum" de tratamientos psicológicos.
La sesión vespertina comenzó con una Mesa Redonda, moderada por Doña Lucila de Andrés, presidenta de la la Sección de Psicología Clínica y de la Salud del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, en la que intervinieron Don Isidro Carbonero, vocal de la Junta de Gobierno del COP y su representante en la Comisión Nacional Promotora de la Especialidad en Psicología Clínica, Don Ulises Gutiérrez, psicólogo clínico en ejercicio privado, y Don josé Antonio García Higuera, vocal de la Sección de Psicología Clínica y de la Salud del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.
El primero habló sobre "La regulación de la Especialidad de Psicología Clínica" ante la inminencia de la aprobación del Real Decreto de creación de la Especialidad. Tuvo palabras de recuerdo y agradecimiento para todos aquéllos que, desde el Colegio de Psicólogos a lo largo de todas sus Juntas de Gobierno, han trabajado para su consecución, así como para aquellos que fueron pioneros en distintas comunidades autónomas como Asturias, Andalucía, Galicia, etc, y que han servido de ejemplo para las cuatro convocatorias estatales que ya se han realizado.
Destacó Carbonero algunos aspectos del Real Decreto. Por un lado el carácter de facultativos de los psicólogos que trabajan en la Sanidad Pública, equiparándolos con otros profesionales que ya poseían esta categoría, lo que contribuye al reconocimiento de la Psicología Clínica como una ciencia de la salud, como especialidad sanitaria. Por otro lado señaló el procedimiento establecido en el Real Decreto para la obtención del título de especialista, ya sea por la vía ordinaria (Formación PIR) ó por las vías extraordinarias mediante disposiciones transitorias.
Este decreto colocará a la Psicología española como adelantada de la Psicología europea al ser el primer país que regula esta formación postgrado mediante un sistema de Psicólogos Internos Residentes.
La importancia que tendrá el Real Decreto, según su opinión personal, para los psicólogos que trabajan en servicios públicos será considerable mientras que para los que ejercen la práctica privada estará en función de su pretensión ó no de hacerse con el título de especialista (lo que tendrá que hacer por la vía ordinaria ó extraordinaria). En cualquier caso obligará al psicólogo que quiera ejercer la clínica en la práctica privada a prepararse concienzudamente ante la posible competencia, en un mercado libre, con aquel otro psicólogo que ostente el título de psicólogo clínico.
La obtención del título de especialista correrá a cargo, en cualquier caso, del Ministerio de Educación y Cultura y del Ministerio de Sanidad. La formación del psicólogo en este segundo caso, es una preocupación tanto de las entidades de formación pública (la Universidad) como de los centros privados de formación. El Colegio Oficial de Psicólogos se ocupará de velar por la calidad de la formación de postgrado de sus colegiados, a través de la definición del Perfil del Psicólogo Clínico y de la Salud y de la acreditación de la formación y de los mismos psicólogos que ya la han recibido.
Don Ulises Gutiérrez habló sobre la prestación de psicoterapia por parte de las aseguradoras y las mutualidades. Éstas son elegidas por más de 500000 funcionarios para recibir atención sanitaria en las mismas condiciones –y prestaciones– que la Sanidad Pública. Las negociaciones entre las mutualidades (Muface es la más importante) y las aseguradoras se realizan anualmente.
Al estar recogido la psicoterapia en el catálogo de prestaciones de la Seguridad Social desde 1995, las mutualidades comienzan a exigírselo a las aseguradoras a partir de 1996, consiguiéndose en la negociación de 1997 que algunas pocas aseguradoras presten el servicio de psicoterapia, eso sí con enormes restricciones, siempre por indicación y mediación del psiquiatra de la aseguradora y después de pasar por el coordinador psiquiatra de la mutualidad.
Actualmente se están discutiendo las bases para regular esta prestación en base a criterios de eficacia probada, limitación de sesiones (un promedio de veinte sesiones) y de combinar el tratamiento psicoterapéutico con el tratamiento psiquiátrico.
El momento, según Gutiérrez, es importante y de ahí que el Colegio de Psicólogos esté tomando rápidas iniciativas para fomentar la participación del psicólogo en la cobertura de psicoterapia para esos mutualistas.
Finalmente llamó la atención sobre el proceso que se está iniciando con el resto de aseguradoras que cubren a más de 5 millones para que incluyan la asistencia psicoterapéutica y se refirió a los prejuicios y resistencias presentados por parte de las aseguradoras.
Don José Antonio garcía Higuera habló sobre el papel de las Secciones de Psicología Clínica y de la Salud en el marco de los Colegios de Psicólogos ante los retos de la profesión.
Para el ponente estos retos suponen:
• Superar las múltiples dicotomías en las que se desenvuelve la profesión (enfrentamiento entre escuelas, separación y desconocimiento de los ámbitos públicos y privados, divorcio entre los sectores académico y profesional).
• romper el aislamiento en el que se mueven los psicólogos clínicos.
• mejorar el título y el estatus del psicólogo en la sociedad.
Es por eso que nace la Sección de Psicología Clínica y de la Salud con voluntad de ser un cauce de estructuración y participación de los psicólogos clínicos dentro del Colegio de Psicólogos. Entre sus fines y funciones destacó García Higuera las de:
"Promover el ejercicio competente de la profesión en el ámbito de la Psicología Clínica y de la Salud. Promover criterios o requisitos de cualificación y acreditación recomendables para una adecuado ejercicio profesional de la especialidad de Psicología Clínica y de la Salud, tanto en el ejercicio privado como público".
"Incentivar el desarrollo de actividades conjuntas entre los sectores públicos y privados así como entre las diferentes corrientes y orientaciones teóricas en el ámbito de la investigación, la docencia y la terapia".
"Potenciar el desarrollo de una imagen social digna de la profesión y de su ámbito de intervención" y
" Potenciar el desarrollo científico, técnico y profesional promoviendo la cooperación, el intercambio de información y experiencia profesional y el asesoramiento a los miembros de la Sección".
El coloquio posterior se centró en la necesidad del debate sobre la eficacia probada de las técnicas y la necesaria toma de postura del Colegio sobre los mismos. Igualmente se trató la escisión del mundo académico y del mundo profesional y se detallaron algunos criterios sobre las vías extraordinarias para obtener el título de Psicólogo Clínico, en concreto para los profesores universitarios.
Se coincidió en la necesidad de abordar la situación con generosidad resaltando la extraordinaria relevancia de la próxima aparición del Real Decreto que colocará al psicólogo en igualdad de condiciones que el resto de los especialistas médicos. El psicólogo clínico será el primer especialista sanitario no médico.
La intervención de Don Francisco santolaya, Decano del Colegio Oficial de Psicólogos, giró en torno al sistema de acreditación que el Colegio está estudiando a partir de la definición de los perfiles profesionales en los distintos campos de la práctica psicológica. Santolaya enmarcó la problemática del psicólogo clínico en el panorama más general de la superpoblación de psicólogos en nuestro país y en la ampliación progresiva de los ámbitos de trabajo del psicólogo. A mayor amplitud del campo de trabajo más pérdida de identidad profesional y más posibilidad de emergencia de otras profesiones "próximas" que compiten por esa misma parcela de intervención (psicopedagogía, por ejemplo ó la nueva licenciatura de recursos humanos en discusión). Es decir que cuanto más espacios de trabajo diferenciado pierdan los psicólogos, al final únicamente quedarán los psicólogos clínicos.
Es por eso que urge la acreditación por parte del Colegio de Psicólogos para la psicoterapia, la Psicología Clínica,etc.
Unido a esto último planteó el Decano el tema del intrusismo profesional en este campo por parte de personas sin titulación ó de otros titulados afines (enfermería, trabajadores sociales, etc) que realizan formación específica pública ó privada. En muchos casos ese intrusismo, incluso está siendo fomentado por los mismos psicólogos al formar a otros profesionales no psicólogos que luego se van a convertir en su propia competencia tanto a nivel público como privado.
Las razones del Colegio para la acreditación son de varios tipos:
• Por un lado acreditar a centros públicos y privados para la formación orientará a los recién licenciados. facilitará el ejercicio profesional en otros países al ser acreditada por el Colegio la especialidad que posea.
• avalará la capacidad profesional del psicólogo ante las intervenciones, cada vez más frecuentes, en los tribunales de justicia.
• Reconocerá, en aquellos casos que reúnan los requisitos, la capacidad clínica ó psicoterapéutica de aquellos profesionales que no hayan optado (ó alcanzado) al título de especialista otorgado por el Ministerio de Educación y Cultura, vía PIR. La inscripción en un registro colegial dará carta de naturaleza a esa acreditación por parte del Colegio de Psicólogos. Estos registros podrán ser tanto de personas como de asociaciones ó entidades en lo referente a su práctica ó en cuanto a la formación que puedan impartir, respetando, en todo caso, las distintas orientaciones teórico-técnicas existentes.
Los criterios para esta acreditación están siendo objeto de estudio por parte del Colegio y se definirán en la próxima Convención del Colegio que tendrá lugar coincidiendo con el II Congreso Iberoamericano de Psicología.
En el coloquio posterior se abundó por parte de los asistentes y del propio Decano en la necesidad de evitar impartir formación de postgrado en psicología a personas no psicólogos, práctica hasta ahora frecuente no sólo en los centros privados sino en la mayoría de las Facultades de Psicología en su oferta de Títulos propios, aspecto comentado en el coloquio de la mesa redonda anterior.
Antes de la clausura de la Jornada por parte de Doña Araceli Macia, Decana de Psicología de la UNED, Don Manuel Berdullas resaltó las principales conclusiones, a saber:
• El Colegio acreditará a aquellas Asociaciones que se adhieran a los estándares de formación de la EFPPA y acreditará a los psicólogos especializados en psicoterapia formados en estas instituciones.
• El Colegio defenderá con generosidad y amplitud la acreditación de todos aquellos psicólogos que respondan a los criterios exigidos por el Real Decreto de la Especialidad de Psicología Clínica. Ha de quedar claro que la titulación de especialista no es necesaria para el ejercicio privado de la psicoterapia y que en el ámbito público reúne las características de cualquier otra especialidad, por lo que su aprobación contribuirá para la inclusión en el cuadro de especialistas de las aseguradoras que presten su servicio a las mutualidades.
• El Colegio no defenderá la denominación genérica de psicoterapeuta porque detrás de esta denominación existe una multiplicidad de profesiones que compiten con los psicólogos. El trabajo del Colegio Oficial de Psicólogos será el de promocionar al psicólogo especializado en psicoterapia.