Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.
Papeles del Psicólogo, 1999. Vol. (72).
José M. Prieto
Coordinador Servicios de Internet del COP
Ya existen libros electrónicos que se pueden leer en la cama, en la playa, en el cuarto de baño. Son unos cuantos los colegas que van a tener que ser fieles a la palabra dada años atrás. "Cuando pueda llevar y traer los libros electrónicos en la mano, entonces comenzaré a tomar en serio esto de los libros electrónicos".
Ya no tienen que tener un PC delante para leer un informe, un libro, una novela. El salto cualitativo se ha producido, se está produciendo y la gran mayoría de los titulados superiores siguen fieles a la cultura impresa. Con ella se educaron, con ella están condicionados, con ella subliman sus ratos libres.
Es un paso tecnológico que avanza más allá: combina los ordenadores personales, las pantallas pasivas, las conexiones telemáticas y la criptografía. Consiguen que los libros, los documentos, las normativas, los manuales, los dossieres, los libros de texto, las historias clínicas, la información escrita estén disponibles sobre una pantalla plana que pueda llevarse y traerse como una agenda más de pequeño o mediano tamaño. ¿Querrá la gente leer la palabra escrita o ilustrada sobre pantallas planas?
La apariencia externa de los dos modelos ya existentes se reseña en estas dos ilustraciones. La pantalla de lectura de la máquina más pequeña, denominada Rocket e-book, mide 7,5 x 11,25 cm. La pantalla de la máquina más grande, denominada Softbook, mide 15,0 x 20,0 cm. La pequeña tiene cabida para unas cuatro mil páginas y la grande para unas cien mil. Los tamaños de letras son ajustables. Su autonomía es de 20 y de 6 horas respectivamente.
Funcionan de distinta manera. Los documentos entran y salen de la Rocket ebook a través del ordenador personal, que obtiene los ficheros a través de Internet y luego los transfiere a esta máquina. Tiene, pues, la ventaja de poder traspasar directamente documentos de factura propia desde el propio ordenador personal. Los documentos entran y salen de Softbook a través del módem que lleva incorporado y que se conecta directamente a Internet.
No precisa ordenador personal para incorporar materiales. Quien quiera traspasar documentos de cosecha propia ha de hacerlo a través de un servidor de Internet. En ambos casos, los documentos se mueven encriptados, de suerte que sólo se leen en el seno de la máquina. De esta manera se pone coto a las copias ilegales, ya que el proceso de desencriptación requiere los números de identificación de la propia máquina. Las páginas se desplazan verticalmente en Rocket ebook y en Softbook se pasan una a una en formato prefijado. Ambas máquinas permiten tomar notas, subrayar pasajes, pudiéndose leer los textos en una habitación con las luces apagadas.
En primavera, cuando este ejemplar de INFOCOP llegue a su mesa, saldrán dos nuevos equipos de pantalla plana para la lectura de libros electrónicos, de los cuales uno de ellos introduce un cambio cualitativo: permitirá leer documentos en color. La apariencia externa de los dos prototipos es la que se reseña en estas dos ilustraciones.
El equipo que presenta documentos en color se sirve de dos pantallas, aproximándose la apariencia externa a una enciclopedia abierta de par en par. Tendrá el tamaño de un libro de texto y permitirá guardar medio millón de páginas en color. De los cuatro modelos es el único que mantiene la apariencia de un libro abierto. Los otros modelos presentan el documento en una sola pantalla, por lo que su estructura recuerda las tabletas de arcilla sobre las que se empezó a escribir en Mesopotamia.
La calidad de reproducción de textos y gráficos es bastante alta en tales equipos, aunque aún está por debajo de la calidad del papel impreso y de los monitores de TV. Sacan partido del formato HTML (propiedad pública) y del formato PDF (propiedad de Adobe) de suerte que se apoyan en estándares ya establecidos y consolidados en el WWW.
La gran ventaja de estos enfoques es que, en cada máquina, se mantienen de alta sólo los libros que se quieran manejar. La máquina conoce qué libros fueron adquiridos y han sido borrados transitoriamente, por lo que pueden ser recuperados de un servidor dado o de una librería digital en el momento que se considere pertinente. Para ello se comprueba si se tiene adquirido el correspondiente derecho, mediante suscripción por ejemplo.
La gran pega es que aún no hay un estándar consensuado entre los fabricantes de estas máquinas digitales. Ya existe un grupo de trabajo creado al efecto, en el que Microsoft se ha incorporado y, a finales de 1998, tienen ya el primer borrador de acuerdo. Otra de las pegas es que, en la etapa actual, los libros electrónicos cuyos derechos se adquieren cuestan aproximadamente igual que las versiones impresas.
El gran atractivo de estos libros digitales está en su uso interno en el seno de las empresas y entornos institucionales. Pueden sustituir, por ejemplo, los manuales de formación fotocopiados o impresos, de suerte que el ahorro en reproducción de documentos se compense mediante la circulación de versiones electrónicas que puedan leerse en estos equipos. Pueden ser asimismo de gran interés para abogados, por ejemplo, ya que estas tabletas digitales pueden contener colecciones completas de textos jurídicos o sentencias que han sentado jurisprudencia. Otro tanto cabe decir para manuales de mantenimiento de equipos industriales complejos: todo el material de consulta puede estar a mano a un golpe de estilete digital.
Los asistentes personales digitales se han abierto paso entre los titulados y mandos superiores en las empresas. Son esas agendas electrónicas avanzadas de bolsillo que envían y reciben documentos electrónicos o faxes, que se conectan a Internet, que reconocen la escritura a mano y la transforman en un fichero de texto. Estos equipos son un precedente y su éxito sienta las bases para la introducción de los libros digitales en los entornos productivos.
Quienes quieran localizar información complementaria más actualizada sobre estos productos pueden encontrarla en las siguientes direcciones de internet:
Ciertamente, en su etapa actual, estos modelos no marcan el relevo del libro impreso, pero son un avance notable tras los CD-ROM que, por ejemplo, ya han marcado la fecha de caducidad de las enciclopedias impresas. El sustituto de las enciclopedias en CD-ROM pueden ser las enciclopedias digitales.
En algunos de los equipos que han puesto en marcha tales libros digitales han figurado psicólogos cognitivos que han aportado su conocimiento experto respecto a las estrategias de lectura y aprendizaje de las personas humanas al estudiar materiales online. Se han puesto en marcha líneas de investigación y líneas de desarrollo ya que el libro digital puede ser de gran ayuda para personas con discapacidades estables o temporales.
El siguiente paso será la tinta electrónica, es decir, una "tinta" (por llamarlo de alguna manera) sensible a los campos electrónicos. En realidad son partículas microscópicas que cambian de posición sobre planchas de vinilo. Según estén boca arriba o boca abajo, las pequeñas cápsulas lucen blancas o negras, alineándose hasta formar párrafos y gráficos que pueden re-escribirse una y otra vez. La idea final es que tales partículas puedan incrustarse también en cuadernillos de papel, de suerte que el texto y las ilustraciones puedan cambiar una y otra a voluntad de los contenidos que le suministre el lector electrónicamente.